4.29.2006

Sor Isabel de la Trinidad

Sor Isabel de la Trinidad me fue revelada en Potosí. Y pienso que también nos fue dada como acompañante del Camino Espiritual de las Hermanas y Hermanos Laicos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld.

«Que el peso de su amor nos arrastre hasta esa feliz enajenación de que hablaba el Apóstol cuando exclamaba: “Ya no soy yo quien vivo, sino que Cristo vive en mí”. Ese es el ensueño de mi alma de carmelita (...) Yo no ceso de rogar que lo realice plenamente en nosotros. Seamos para con Él una humanidad suplementaria en la cual pueda renovar plenamente su misterio. Le he pedido que venga a mí como Adorador, como Reparador, y como Salvador; no hallo palabras para expresar la paz que siente mi alma al pensar que Él suple a mis impotencias y que si caigo a cada paso, Él está a mi lado para levantarme y arrebatarme más allá, hasta Él, a lo más hondo de esa divina Esencia en la que moramos ya por la gracia y donde quisiera yo engolfarme en tales profundidades que nada sea capaz de sacarme de allí. Allí me estoy en silencio para adorar a Aquél que de modo tan divino nos amó.»

No saber cómo reaccionar ante la caída a cada paso en las propias impotencias, es lo que nos hace salir del camino. La ciencia está en aceptar la caída y reconocer que Él suple a mis impotencias... Él está a mi lado para levantarme y arrebatarme más allá, hasta Él, a lo más hondo de esa divina Esencia en la que moramos ya por la gracia. Y después, quedarse allí en silencio para adorar a Aquél que de modo tan divino nos amó. Hacerse literalmente a un lado para no ser ya nosotros quienes vivamos en esas impotencias, sino que Cristo viva allí, de manera eucarística, su Ser de Adorador, de Reparador y Salvador. Esa es la única manera de volver a ponernos de pie.

Las Hermanas y Hermanos Laicos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld, están llamadas y llamados a encontrar su lugar, su «Allí», y permanecer en silencio, ignorándose a si mismos, siendo para con Él una humanidad suplementaria en la cual pueda renovar plenamente su misterio.

No hay comentarios: