tag:blogger.com,1999:blog-269669222024-02-19T17:41:48.177-08:00Nazaret en Bolivia¿Es que acaso de Nazaret puede salir algo bueno?
No es más que el hijo del carpintero...
!Que venga y haga aquí lo que dicen que ha hecho en otras partes!Unknownnoreply@blogger.comBlogger51125tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-9056156692743154372012-09-07T06:36:00.000-07:002012-09-07T06:36:12.467-07:00Eucaristía y Eficacia...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV-WNhOe5SvZKLO-Yy5ujmRCQ2zpsVSuKL_ymXygLwaxd8d6-pNr35xdBUXy2Ay3nPGfrGFAwddEgsUpWImUWzaxcjVeykC1oECkHRE_GeSbhvsRkXJTzlDxzjXBzYj1_MLL4w/s1600/Large_WL_Photo_Karl%252520Blossfeldt%252520048.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="400" width="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV-WNhOe5SvZKLO-Yy5ujmRCQ2zpsVSuKL_ymXygLwaxd8d6-pNr35xdBUXy2Ay3nPGfrGFAwddEgsUpWImUWzaxcjVeykC1oECkHRE_GeSbhvsRkXJTzlDxzjXBzYj1_MLL4w/s400/Large_WL_Photo_Karl%252520Blossfeldt%252520048.jpg" /></a></div>
Desde el punto de vista de su propio itinerario, el itinerario de Jesús de Nazaret, la eucaristía y la muerte en la cruz son más una condición de eficacia que un sacrificio. Una vez que aprende en sí mismo el fracaso inexorable de todas las construcciones humanas (Todas sus posibles opciones están contaminadas, terminan abriéndole la puerta al «diablo», al mal…) comprende que la posibilidad de una construcción no contaminada, divina, lo obliga a implicarse de una manera que supera y subvierte todas las lógicas humanas: ofreciendo su cuerpo y sangre para que sean comida y bebida; no porque se le imponga desde afuera ese sacrificio sangriento sino porque es la única forma de responderse, de cumplirse a sí mismo, de <i>hacer nuevas todas las cosas.</i> Por eso cuando hablamos de una vida eucarística hablamos más de una vida de eficacia que de una vida de sacrificio. Vista desde afuera quizá tenga la forma de sacrificio, pero desde adentro su forma es la realización más plena de nuestra propia humanidad, que no sólo es humanidad sino divinidad. En medio de su gesto de obediencia que implica la entrega total de sí mismo, Jesús nunca se resigna, es lúcido hasta el final.
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-89745884810935055132012-09-06T09:52:00.000-07:002012-09-06T09:52:28.063-07:00Somos las cuerdas vocales que hacen posible la modulación de la Palabra… nada más
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQt4rmRQCZLAK2rCdUTpGm388KKyhrh5FR2buZBG30JQEzLb3gxDPBqhSqddF5PvF1pRBUDkyAH4XR5SbTBhwEgsR3NbMAbFk-TM-9pbBvx1kdWiKdtdKSgb6FcynXfLH0HmfS/s1600/009lSpas_nerukot1216_GTG.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="400" width="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQt4rmRQCZLAK2rCdUTpGm388KKyhrh5FR2buZBG30JQEzLb3gxDPBqhSqddF5PvF1pRBUDkyAH4XR5SbTBhwEgsR3NbMAbFk-TM-9pbBvx1kdWiKdtdKSgb6FcynXfLH0HmfS/s400/009lSpas_nerukot1216_GTG.jpg" /></a></div>
No hay manera de decir una palabra diferente al hecho de decirnos a nosotros mismos. La palabra somos nosotros, ésa es la tarea. Tenemos que ser la imagen sagrada que estamos llamados a ser para que podamos ser usados como necesiamos y queremos serlo. Lo que debe salir de nosotros, nuestro aporte a la construcción, no puede ser más que una consecuencia inevitable, un rebalse, una añadidura. Todo trabajo es en realidad una interferencia, un estorbo, pero la ironía de nuestra identidad divina, la consecuencia de nuestra caída, es que sin trabajo es imposible revelarla. La mayor parte de todo tenemos que gastarla haciendo algo que en realidad es un estorbo y haciéndolo de tal manera que no deje de ser precisamente eso,un estorbo, es decir, impidiendo la formación de un ídolo. El enviado no debe llevar nada diferente a sí mismo para que el mensaje pueda pasar a través de él y comunicarse. Somos las cuerdas vocales que hacen posible la modulación de la Palabra… nada más.
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-40968201473704660162011-05-20T14:06:00.000-07:002011-05-20T14:15:37.510-07:00Monjes Somos Todos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitVS1pf8lzJWxvc9VsjlD5Ve4z656D_DGzDv9kXdy_4HsGJw3XFq6deJ0mYuRKPWHOsTIi3r6Avx_e9iM0bz2WNJrWzSLnLLltcaFVAYugj8eSOXu86VAV-uiia3P4vAAJpTEn/s1600/MONJES+SOMOS+TODOS+1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitVS1pf8lzJWxvc9VsjlD5Ve4z656D_DGzDv9kXdy_4HsGJw3XFq6deJ0mYuRKPWHOsTIi3r6Avx_e9iM0bz2WNJrWzSLnLLltcaFVAYugj8eSOXu86VAV-uiia3P4vAAJpTEn/s400/MONJES+SOMOS+TODOS+1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5608909408587118162" /></a><br />San Basilio, uno de los padres de la Iglesia, es definido por los textos litúrgicos bizantinos como una «lumbrera de la Iglesia». Fue obispo en el siglo IV. Por él siente admiración tanto la Iglesia de Oriente como la de Occidente y es reconocido por su síntesis armoniosa de capacidades intelectuales y prácticas. En otras palabras por su equilibrio, por su armonía.<br /><br />Para Basilio, que antes de ser obispo fue monje, todas las prácticas que comúnmente se consideran «monásticas», con la sola excepción del celibato, debían ser tenidas como patrimonio común de todos los cristianos. Y si, a la vista de tales exigencias, se quejan los cristianos y protestan aduciendo que se les quiere imponer cargas insoportables, responde simplemente que no se han tomado el Evangelio en serio. Persistió hasta el final en su negativa, de dar a los monjes otro nombre si no el de «cristianos». <br /><br />San Juan Crisóstomo, contemporáneo de Basilio, va un poco más lejos y afirma por su parte que los vocablos monje y laico no se encuentran en la Biblia: «esta distinción se ha introducido por invención de los hombres. Las Escrituras nada saben de semejantes distingos, sino que quieren que todos vivan vida de monje, aun cuanto tengan mujeres». <br /><br />Muchos hombres que tenían mujer y mujeres que tenían hombre se lo tomaban en serio. San Paulino de Ñola era miembro de una familia senatorial e inmensamente rica. Nació en Burdeos, donde recibió la educación correspondiente a un joven de su alcurnia. Siguió luego el cursus honorum: en 378 fue cónsul, y en 379 gobernador de Campania. En 385 se casó con la noble española Tarasia; pero al cabo de unos años de matrimonio, hacia el año 393, ambos esposos decidieron de común acuerdo vivir juntos una vida monjes. <br /><br />La pareja organizó en Ñola una fraternitas monacha, es decir, según todas las apariencias, un monasterio un poco especial. El mismo dirigía a los monjes; Tarasia, a las monjas. En aquella doble comunidad no faltaban ni la soledad ni un cierto apartamiento del mundo; pero en determinadas épocas del año afluían los peregrinos y viajeros, y se establecían numerosos contactos con el mundo exterior. <br /><br />Claro que por esas mismas fechas las críticas no se hacían esperar, algunas tan elocuentes que francamente da gusto leer. Rutilio Namaciano iba bordeando en una nave la costa italiana cuando, escribe: «he aquí que aparece Capria, isla repelente, llena de estos hombres que huyen de la luz. Ellos mismos se dan el nombre griego de monjes, pues quieren vivir solos, sin testigos. Temen los favores de la fortuna, al mismo tiempo que sus reveses. ¿Es posible hacerse voluntariamente infeliz por miedo de llegar a serlo? ¿Qué clase de rabia es la de esos cerebros al revés? ¡A fuerza de temer la desgracia no pueden tolerar la felicidad! Tal vez, verdaderos forzados, se inflijan ellos mismos el castigo que merecen por sus crímenes; tal vez su negro corazón esté hinchado de negra hiel». <br /><br />Fernando Torres Pedroza en su libro «Monjes somos todos», acudiendo a dos «Padres» contemporáneos, Raimon Panikkar y Charles de Foucauld, se mete en el debate proponiendo que Olvidemos los monasterios y la imagen que tenemos de ellos y de la gente que los habita, y pensemos en que el Ser monje es una manera de desarrollar ciertas posibilidades humanas y espirituales que todos tenemos, independientemente de la forma concreta como cada uno escoja desarrollarlas. Pensemos que se puede Ser monje sin necesidad de vivir como nos imaginamos que viven los monjes tradicionales en sus monasterios. <br /><br />Raimon Panikkar, en su libro Elogio de la Sencillez, se presenta así: «Desde mi primera juventud me he sentido siempre monje, pero monje sin monasterio, es decir, sin muros, salvo los del planeta entero. E incluso éstos –así me lo parecía– tenían que ser trascendidos –probablemente por inmanencia– sin llevar un hábito o, si acaso, con los vestidos comunes a todos los miembros de la familia humana. Y también esos vestidos debían ser descartados, porque todos los vestidos culturales no son más que revelaciones parciales de aquello que ocultan: la desnudez pura de la trascendencia total, visible solamente a la mirada simple de los limpios de corazón». <br /><br />Pues bien, alguien que desde su primera juventud se ha sentido monje sin monasterio, define así el Ser monje:<br /> <br />«Por monje, entiendo aquella persona que aspira alcanzar el fin último de la vida con todo su ser, renunciando a todo lo que no es necesario para ello, es decir, concentrándose en este único y singular objetivo. Precisamente esta singularidad, o más bien la exclusividad del fin que rehúsa todos los demás fines subordinados, aunque legítimos, distingue al camino monástico de todos los demás caminos espirituales hacia la perfección o salvación. El monje desea ser liberado, y está tan concentrado en eso que renuncia a los frutos de su acción, distinguiendo lo real de lo que no lo es, y por eso está dispuesto a seguir la praxis necesaria. Si en cierto sentido se supone que todo el mundo aspira al fin último de la vida, el monje es el más radical y exclusivo en su cometido. Todo lo que no sea medio hacia ello es ignorado; todo lo que no sea el camino es marginado».<br /> <br />«Pienso que el monje es la expresión de un arquetipo, arquetipo que constituye una dimensión constitutiva de la vida humana. Este arquetipo es en cada persona una cualidad única que a la vez necesita y rechaza la institucionalización. Esta concepción ha sido siempre una creencia básica de toda tradición. Los grandes monjes se han sentido siempre preocupados cuando el monje ha sido una fi gura reconocida por el mundo y ha recibido la bendición de la sociedad. El monje es una figura altamente personal. Por eso la tradición ha considerado al eremita –el idiorrítmico– como el monje perfecto. <br /><br />«Mi hipótesis es que lo monacal, es decir, el arquetipo del cual el monje es una expresión, corresponde a una dimensión de lo humano, de modo que todo ser humano tiene potencialmente la posibilidad de realizar esa dimensión. Lo monacal es una dimensión que tiene que ser integrada a otras dimensiones de la vida humana para conseguir lo humano. No sólo de pan vive el hombre. Arquetipo, para mí, representa literalmente un «tipo fundamental», es decir, un constituyente básico o relativamente permanente de la vida humana. Puede también significar algo que está escondido en la naturaleza humana, porque es causa y efecto de nuestro comportamiento básico y nuestras convicciones». <br /><br />Con relación a los hombres que tienen mujer y a las mujeres que tienen hombre, dice Panikkar: «Un problema que no quisiera ver excluido a priori es el de los monjes casados. La cuestión de los monjes casados debe ser considerada no solamente desde el punto de vista del monje, sino también con respecto al cambio que implica en la misma concepción del matrimonio. Los monjes casados cambiarán nuestra percepción del matrimonio, en la misma medida, por lo menos, en que ellos cambien nuestras nociones de monasticismo». <br /><br />Y la mejor presentación de Charles de Foucauld a un extraño, la hizo su amigo y director espiritual, el Padre Huvelín: «Nada de raro ni de extraordinario encontrará usted en el padre De Foucauld, sino una fuerza irresistible que empuja, un instrumento duro para una ruda tarea (...) firmeza, deseo de ir hasta el final en el amor y en la entrega, de sacar todas las consecuencias, nunca desánimo, nunca (...) todas las objeciones que se le ocurren, ¡cuántas veces se me han ocurrido¡ Sólo me he rendido ante la experiencia, y tras largas pruebas (...) ¡Déjele ir y vea!»<br /> <br />Más allá de cualquier discurso o concepción religiosa, un monje no es más que un ser humano que aspira alcanzar el fin último de la vida con todo su ser. ¿Qué ser humano, independientemente de todos sus condicionamientos sociales, religiosos o culturales no desea alcanzar el fin último de la vida con todo su ser? Incluso los actos humanos más destructivos manifiestan también de alguna manera esa aspiración. No reconocer y aceptar nuestra irrevocable identidad y vocación monástica es lo que nos hunde personal y socialmente en el desorden, en el sufrimiento, en la desarmonía. Sin ser raros ni extraordinarios, una fuerza irresistible nos empuja, somos instrumentos duros para una ruda tarea, pero utilizar los medios necesarios es un problema de opción.<br /> <br />De eso se trata este libro: «Monjes somos todos».<br /><br /> <br /><br />Http://www.elaleph.com/libro/Monjes-somos-todos-de-Fernando-Torres-Pedroza/212754/<a href="Http://www.elaleph.com/libro/Monjes-somos-todos-de-Fernando-Torres-Pedroza/212754/ "></a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-43336653262372108912009-09-21T15:46:00.000-07:002009-09-23T18:38:53.453-07:00«Cada ser humano tiene una dimensión monástica y cada uno debe realizarla de forma distinta»<a style="color: rgb(0, 0, 0);" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_9ZG7isluCjnCPtakW0KB7lukTIAluLt0z0zXvr6Ydi-n_2v4pGg7GfhWvnIiVuYqEL3N3AKd1TA11_l4gXWTVaJeDmZuQG0jOWCyH1CGkiaHe_iS5bnLXcznUy1KfxUOqSXA/s1600-h/Monte_Athos.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 250px; height: 165px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_9ZG7isluCjnCPtakW0KB7lukTIAluLt0z0zXvr6Ydi-n_2v4pGg7GfhWvnIiVuYqEL3N3AKd1TA11_l4gXWTVaJeDmZuQG0jOWCyH1CGkiaHe_iS5bnLXcznUy1KfxUOqSXA/s400/Monte_Athos.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5384056250458144130" border="0" /></a>
<br /><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link style="color: rgb(0, 0, 0);" rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CADMINI%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype style="color: rgb(0, 0, 0);" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Arial Unicode MS"; panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1 -369098753 63 0 4129279 0;} @font-face {font-family:Calibri; panose-1:2 15 5 2 2 2 4 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1073750139 0 0 159 0;} @font-face {font-family:Georgia; panose-1:2 4 5 2 5 4 5 2 3 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} @font-face {font-family:"\@Arial Unicode MS"; panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1 -369098753 63 0 4129279 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} p.MsoBodyText, li.MsoBodyText, div.MsoBodyText {margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; text-align:justify; line-height:150%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:Georgia; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 177pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:10pt;" ><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 177pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:10pt;" ><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 177pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:10pt;" ><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 177pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:10pt;" ><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 247.8pt; text-align: left; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);" align="left"><b style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:18pt;" >
<br /></span></b></p><div style="text-align: center;"><i style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:10pt;" >Abba José dijo a Lot: «Tú no puedes convertirte en monje si no te conviertes totalmente en un fuego que se consume»</span></i></div><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 247.8pt; text-align: left; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);" align="left">
<br /><i style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:10pt;" lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Cuando se utiliza la palabra «monje» inmediatamente pensamos en esos hombres o mujeres que viven «encerrados» en un edificio que llamamos «monasterio» y que se dedican casi exclusivamente a rezar.<span style=""> </span>Desde esa visión popular y tradicional los monjes son dentro de la iglesia hombres y mujeres que viven una «vida muy religiosa» pero que no se dedican a actividades como la educación, la pastoral, el cuidado de los enfermos, la organización de comunidades, etc.<span style=""> </span>Sólo se dedican a rezar y a cierto tipo de trabajos manuales sencillos como la elaboración de artesanías, o galletitas, o al trabajo en el campo.<span style=""> </span>También se tiende a pensar que los monjes son hombres y mujeres que han sufrido algún tipo de «fracaso amoroso» y por eso se han encerrado en un monasterio, o que tienen un temperamento «tímido» que les impide dedicarse a otro tipo de actividades, o que son personas demasiado «buenitas» incapaces de mezclase con el mal y la «mierda» del mundo.
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Si nos limitamos a esa visión popular nosotros seríamos, dentro de <st1:personname productid="la Fraternidad Mon£stica" st="on"><st1:personname productid="la Fraternidad" st="on">la Fraternidad</st1:personname> Monástica</st1:personname> del Sagrado Corazón, un grupo de laicos con familias e hijos que estaríamos buscando imitar la forma de vida de esos «monjes», encerrándonos de alguna manera, dedicándole el mayor tiempo posible a la oración y renunciando a nuestras responsabilidades pastorales, sociales y políticas dentro de la iglesia y la sociedad.<span style=""> </span>Estaríamos buscando una vía de escape, un rinconcito sin muchos problemas donde hacernos un poco «santitos» sin contaminarnos demasiado con el desorden, el mal y la «mierda» del mundo.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Si no superamos esa visión tradicional y popular, y no entendemos nuestro SER monástico de otra manera, nuestro intento de SER una Fraternidad Monástica no tendría ningún sentido.<span style=""> </span>Tendríamos que quitar la palabra «monástica» de nuestro nombre.<span style=""> </span>Si somos una Fraternidad Monástica no es porque nos parezca bonito, o más «santo», imitar la vida de los monjes, sino porque dentro del marco mayor de la espiritualidad de Carlos de Foucauld Ser Monjes hace parte del llamado que se nos hace, parte de nuestra Vocación, de nuestra identidad espiritual.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Vamos a empezar con un ejemplo.<span style=""> </span>Si se nos dice que alguien es un «gran deportista» podemos hacernos una idea de él sin necesidad de saber qué deporte específico practica.<span style=""> </span>Sabremos que es alguien que se ocupa de desarrollar sus posibilidades físicas, que cultiva el desarrollo de su cuerpo con disciplina y esfuerzo.<span style=""> </span>La manera concreta como lo haga es secundaria.<span style=""> </span>Puede ser futbolista, o nadador, o corredor de pista, puede practicar un deporte que le exija jugar en equipo o uno que le permita hacerlo en solitario.<span style=""> </span>Hay muchas formas completamente distintas de llegar a ser un gran deportista.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Hagamos lo mismo con nuestra investigación de lo «monástico».<span style=""> </span>Olvidemos los monasterios y la imagen que tenemos de ellos y de la gente que los habita y pensemos en que el SER monje es una manera de desarrollar ciertas posibilidades humanas y espirituales que todos tenemos, independientemente de la forma concreta como cada uno escoja desarrollarlas.<span style=""> </span>Pensemos en que se puede SER monjes sin necesidad de vivir como viven los monjes que tradicionalmente conocemos.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Desde luego, para ser un gran deportista hay que buscar un camino que nos permita desarrollar nuestro propio cuerpo.<span style=""> </span>El hecho de que haya muchos caminos posibles no quiere decir que se pueda llegar a ser un gran deportista sin escoger por lo menos uno de ellos.<span style=""> </span>Lo mismo pasa con el SER monjes.<span style=""> </span>El hecho de que pensemos que podemos SER monjes sin vivir como viven los monjes que conocemos en sus monasterios no quiere decir que si reconocemos que ése es nuestro llamado no tengamos que hallar nuestra propia manera de SER monjes.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">En este camino vamos a utilizar el trabajo de un autor llamado Raimon Panikkar que nació en Barcelona en 1918,<span style=""> </span>hijo de madre catalana y de padre hindú.<span style=""> </span>Es un sacerdote católico que ha trabajado mucho la espiritualidad pero vista no sólo desde el punto de vista cristiano católico sino en diálogo con las tradiciones espirituales orientales: hindú, budista, islámica, etc.<span style=""> </span>Ha hecho muchos aportes al tema de lo «monástico» pero nunca ha vivido como monje en ningún monasterio.<span style=""> </span>Su definición del SER monje es esta:
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">“Por monje, entiendo aquella persona que aspira alcanzar el fin último de la vida con todo su ser, renunciando a todo lo que no es necesario para ello, es decir, concentrándose en este único y singular objetivo.<span style=""> </span>Precisamente esta singularidad, o más bien la exclusividad del fin que rehúsa todos los demás fines subordinados, aunque legítimos, distingue al camino monástico de todos los demás caminos espirituales hacia la perfección o salvación.<span style=""> </span>El monje desea ser liberado, y está tan concentrado en eso que renuncia a los frutos de su acción, distinguiendo lo real de lo que no lo es, y por eso está dispuesto a seguir la praxis necesaria.<span style=""> </span>Si en cierto sentido se supone que todo el mundo aspira al fin último de la vida, el monje es el más radical y exclusivo en su cometido.<span style=""> </span>Todo lo que no sea medio hacia ello es ignorado; todo lo que no sea el camino es marginado.”</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">“Pienso que el monje es la expresión de un arquetipo, arquetipo que constituye una dimensión constitutiva de la vida humana.<span style=""> </span>Este arquetipo es en cada persona una cualidad única que a la vez necesita y rechaza la institucionalización.<span style=""> </span>Esta concepción ha sido siempre una creencia básica de toda tradición. <span style=""> </span>Los grandes monjes se han sentido siempre preocupados cuando el monje ha sido una figura reconocida por el mundo y ha recibido la bendición de la sociedad.<span style=""> </span>El monje es una figura altamente personal.<span style=""> </span>Por eso la tradición ha considerado al eremita -el idiorrítmico- como el monje perfecto.”</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">“Mi hipótesis es que lo monacal, es decir, el arquetipo del cual el monje es una expresión, corresponde a una dimensión de lo humano, de modo que todo ser humano tiene potencialmente la posibilidad de realizar esa dimensión.<span style=""> </span>Lo monacal es una dimensión que tiene que ser integrada a otras dimensiones de la vida humana para conseguir lo humano.<span style=""> </span>No sólo de pan vive el hombre.<span style=""> </span>Arquetipo, para mí, representa literalmente un «tipo fundamental», es decir, un constituyente básico o relativamente permanente de la vida humana.<span style=""> </span>Puede también significar algo que está escondido en la naturaleza humana, porque es causa y efecto de nuestro comportamiento básico y nuestras convicciones.”</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Primera explicación: cuando hablamos de arquetipo nos referimos a un modelo, a una imagen ideal.<span style=""> </span>Esto no es del todo exacto pero nos ayuda a comprender.<span style=""> </span>Podemos decir por ejemplo: «el Che es el arquetipo del Revolucionario»; o<span style=""> </span>«Albert Einstein es el arquetipo del científico»; o «<st1:personname productid="la Madre" st="on">la Madre</st1:personname> teresa es el arquetipo del servicio a los más pobres».<span style=""> </span>Todos, hombres y mujeres, tenemos la posibilidad de llegar a ser revolucionarios, o científicos, o servidores de los más pobres, y esas figuras que llamamos arquetipos nos los recuerdan, pero cada uno desarrolla esas posibilidades a su manera y hasta cierto punto, o desarrolla otras que nos recuerdan otros arquetipos.<span style=""> </span>Incluso alguien que haya optado por ser completamente anti-revolucionario o anti-científico, o que no le interese para nada servir a los más pobres, no por ello pierde esa semilla interior que le seguirá diciendo a lo largo de toda su vida: «puedes ser revolucionario, o científico, o servir a los más pobres».</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Otro ejemplo nos permitirá comprender mejor esta noción de paradigma. El espinoso (<i>Gasterosteus aculeatus</i>) es un pequeño pescado de los estanques y ríos. El estudio de varios de ellos puso de manifiesto que el espinoso organiza su actividad biológica (reproducción, alimentación) de manera circular alrededor de un punto central (una piedra, una raíz). Este punto central no presenta ninguna utilidad biológica para el pez, en otras palabras: no le «sirve» para nada, ni como refugio, ni como lugar para poner sus huevos, ni como fuente de alimento. Pero lo más sorprendente es que si se retira esta pequeña piedra o raíz el espinoso parece completamente desorientado, deja de reproducirse y termina por morir. De cierta manera, la piedra constituye el paradigma del espinoso, su manera de ver el mundo y la palanca de su actividad diaria.<span style=""> </span>Es un «centro» que no le representa ninguna utilidad práctica, no le da nada que le sirva para solucionar los problemas de su supervivencia, pero si pierde ese «centro» pierde la motivación para seguir viviendo.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Un arquetipo es una invitación que desde dentro de nosotros mismos se nos hace para que desarrollemos determinadas dimensiones humanas.<span style=""> </span>Una invitación más profunda que nuestra propia conciencia y nuestras propias opciones racionales.<span style=""> </span>Una invitación que no podemos controlar ni anular.<span style=""> </span>En ese sentido, cuando hablamos del monje como arquetipo nos referimos a la posibilidad y la aspiración que tiene todo ser humano de </span><i style=""><span style="font-family:Calibri;">alcanzar el fin último de la vida con todo su ser, renunciando a todo lo que no es necesario para ello, es decir, concentrándose en este único y singular objetivo.</span></i><span style="font-family:Calibri;"> <span style=""> </span>Una invitación que sigue siendo válida aunque en nuestra vida cotidiana nos dediquemos a cosas completamente distintas a las que se dedican los monjes tradicionales.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Un ejemplo práctico: dos madres de familia.<span style=""> </span>Vistas desde afuera a la hora de recoger sus hijos de la escuela, pueden parecer iguales.<span style=""> </span>Cumplen con su rol de esposas y madres, trabajan y se sacrifican para darle el mayor bienestar posible a su familia.<span style=""> </span>Pero puede ser que una de ellas se conforme con eso, con cumplir ese rol, y no sienta la necesidad de buscar nada que esté más allá.<span style=""> </span>Se imagina que la plenitud será cuando sus hijos sean profesionales, puedan defenderse solos en la vida y le den muchos nietos.<span style=""> </span>Se instala en su rol de esposa y madre y ahí se queda.<span style=""> </span>Con eso le basta.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Pero la otra, aunque exteriormente haga casi lo mismo, puede pensar que <i style="">el fin último de su vida</i> no se agota en su rol de esposa y madre.<span style=""> </span>Busca algo que está más allá y que toca su intimidad humana más profundamente de lo que pueden hacerlo sus hijos y su esposo.<span style=""> </span>Descubre que para llegar a ser el arquetipo de mujer a que se siente llamada, es decir, para realizarse plenamente como ser humano, no puede limitarse a sus roles de esposa y madre y tiene que vivir otros roles que no son necesariamente los de esposa y madre.<span style=""> </span>En cierto sentido se pude decir que «renuncia» a que sus roles de esposa y madre determinen toda su vida y se concentra en un objetivo que considera mayor.<span style=""> </span>No se siente llamada a abandonar su familia pero si a integrar en su vida de pareja y de madre otros espacios que le permitan desarrollarse plenamente de acuerdo al arquetipo que desde su interior se le revela.<span style=""> </span>Esta mujer, hay que decirlo, aunque jamás en su vida pise un monasterio, tiene una vocación monástica.<span style=""> </span>Aunque toda su vida se dedique principalmente a ser esposa, madre, abuela, vivirá de alguna forma en cada uno de los actos que realiza una «renuncia interior» a todo lo que no le sea necesario para concentrarse en <i style="">el único y singular objetivo de su vida,</i> es decir, para llegar a SER la persona humana y divina que Dios espera de ella a través del cumplimiento de su vocación.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">En últimas, la vocación profunda de cada ser humano: llegar a ser plenamente hijo o hija de Dios, no se agota en ningún rol o arquetipo específico: padre, madre, esposo, esposa, hijo, hija, hermanita, profesional, sacerdote, obispo, cocinero, artista, revolucionario, científico, deportista...<span style=""> </span>De alguna manera, cada hombre y cada mujer aspira a serlo todo y el hecho de que su vida concreta le impida desarrollar materialmente todas esas semillas no quiere decir que esa aspiración se pierda o sea sólo una ilusión.<span style=""> </span>Es la aspiración a una plenitud mayor que cualquier plenitud humana.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Segunda explicación: la palabra «idiorrítmico», tiene mucho que ver con la tradición monástica de la iglesia ortodoxa oriental.<span style=""> </span>En esa tradición los monasterios pueden ser cenobitas o idiorrítmicos. En los primeros todos los monjes cumplen unas reglas muy estrictas, sometidos a la autoridad de un abad. Las propiedades son comunes y están repartidas por igual y todos los monjes comen juntos en el refectorio cada día.<span style=""> </span>En los monasterios idiorrítmicos no hay comunidad de propiedades y cada monje se viste y se alimenta con sus propios recursos.<span style=""> </span>Para nosotros el monje idiorrítmico se asemeja mucho al ermitaño, que puede vivir cerca de un monasterio y compartir algunas veces con los monjes que viven en él pero que organiza su vida en su ermita, determinando «a su manera» un ritmo propio de oración, de estudio, de trabajo, de comidas, de descanso.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Es obvio que nosotros como familias dentro de nuestra Fraternidad Monástica seríamos más bien una comunidad idiorrítmica porque aunque podamos llegar a compartir ciertos espacios o propiedades comunes, tenemos que vestir y alimentar a nuestras familias con nuestros propios recursos, determinando, cada familia, su ritmo propio de vida en sus diferentes aspectos.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Otro elemento importante:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">“Me hago eco de la tradición que ve al monje como un ser solitario (no un aislado), viviendo quizá en una familia (espiritual), pero no como miembro de un mundo encerrado en sí mismo.<span style=""> </span>La vocación monástica es esencialmente personal.”</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Esa esposa y madre con vocación monástica, a pesar de que nunca en su vida viva sola, es en cierto sentido una «solitaria».<span style=""> </span>Su familia humana es también su familia espiritual pero eso no quiere decir que viva en </span><i style=""><span style="font-family:Calibri;">un mundo encerrado en sí mismo.<span style=""> </span></span></i><span style="font-family:Calibri;">Por eso su vocación monástica es <i style="">esencialmente</i> <i style="">personal.</i></span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><i style=""><span style=""> </span><o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Pero, cómo llegó ella a ser monje:</span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">“El monje al fin y al cabo se convierte en monje no por un proceso de reflexión o por un mero deseo, sino que llega a monje como resultado de un impulso, fruto de una experiencia que eventualmente le conduce a hacer un cambio y, en último análisis, a romper algo en su vida (vivir una conversión) por amor de aquella «cosa» que supera o trasciende todo lo demás.<span style=""> </span>Uno no se hace monje para hacer algo o ni siquiera para alcanzar algo, sino para SER (todo, uno mismo, el ser supremo…).<span style=""> </span>El monje no se convierte en monje sólo por un deseo.<span style=""> </span>Le será dicho una y otra vez que debe eliminar todos los deseos.<span style=""> </span>Hablo de una aspiración, de una urgencia interior.<span style=""> </span>Nadie se hace monje porque él lo quiera.<span style=""> </span>El monje es conducido, por decirlo así, por una experiencia que sólo puede articularse en la práctica de la propia vida.<span style=""> </span>Es un experimentar la presencia del fin último de la vida, por un lado, y su ausencia (por no haberlo conseguido), por otro.<span style=""> </span>La espiritualidad monástica ha profundizado en este tópico de la iniciación a la vida monástica más que en cualquier otro tema.<span style=""> </span>En cierto sentido, el monje es a la vez el aspirante a la perfección y el perfecto.<span style=""> </span>Existe una tensión entre la experiencia de la plenitud del objetivo, por un lado, y la de estar todavía en camino, por otro.”
<br /></span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Ahora sigamos desmenuzando la definición de la identidad del monje:</span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">…</span></i><i style=""><span style="font-family:Calibri;">esta singularidad, o más bien la exclusividad del fin que rehúsa todos los demás fines subordinados, aunque legítimos, distingue al camino monástico de todos los demás caminos espirituales hacia la perfección o salvación.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Cuidar enfermos, dictar catequesis, educar, organizar grupos, son todas actividades <i style="">legítimas</i> que desde luego tienen que ver con nuestra identidad cristiana.<span style=""> </span>Son actividades a través de las cuales muchos hombres y mujeres desarrollan su vocación, ya sea como laicos o religiosos.<span style=""> </span>Sin embargo, quien tiene una vocación monástica aunque realicé en su vida cotidiana esas actividades tiene por dentro una especie de instinto espiritual profundo que le dice que todos esos son fines <i style="">subordinados</i>.<span style=""> </span>Su singularidad humana lo orienta con exclusividad hacia un fin específico y mayor que muchas veces no se puede definir con palabras: <i style="">la perfección o la salvación</i>.<span style=""> </span>Ese fin mayor hace que viva en un permanente <i style="">deseo de ser liberado</i> de todos los demás fines subordinados, <i style=""><span style=""> </span>y está tan concentrado en eso que renuncia a los frutos de su acción.</i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><i style=""><span style=""> </span><o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Si a un monje que cuida enfermos se le pregunta cuáles son los <i style="">frutos de su acción,</i> no nos dirá que son la salud de los enfermos, porque para él hay algo que es mucho más real que eso.<span style=""> </span>Ella o él no está llamado a <i style="">hacer</i> o <i style="">alcanzar</i> algo, aunque ese algo sea tan importante y valioso como la salud de un enfermo, sino a SER un cierto tipo de ser humano que tiene conciencia de que </span><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">es a la vez el aspirante a la perfección y el perfecto. </span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><i style="">Renunciar a los frutos de su acción</i> no quiere decir que sea irresponsable o mediocre en el cumplimiento de las tareas que realiza, quiere decir que su radicalidad interior lo lleva a fijarse siempre, más allá de todos sus posibles logros humanos, grandes o pequeños, en el fin <i style="">último de su vida.</i><span style=""> </span>Utiliza todas las posibilidades de su humanidad como medio, como <i style="">camino</i>,<span style=""> </span>para cumplir ese <i style="">fin último de su vida</i> y asume una praxis, un comportamiento, que le permita darle un orden a su vida en el que las distracciones o las tareas secundarias son cada vez más marginadas.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Este instinto espiritual monástico, el arquetipo monástico, es algo que está presente en todo ser humano, incluso en aquellos que se morirían de la risa si se lo dijéramos.<span style=""> </span>Incluso en aquellos que no se consideran para nada religiosos.<span style=""> </span><i style="">Todo</i></span><i style=""><span style="font-family:Calibri;"> ser humano tiene potencialmente la posibilidad de realizar esa dimensión.<span style=""> </span>Lo monacal es una dimensión que tiene que ser integrada a otras dimensiones de la vida humana para conseguir lo humano </span></i><span style="font-family:Calibri;">(lo humano integral y pleno, lo humano desde el punto de vista de nuestra identidad de hijos e hijas de Dios).<span style=""> </span>El grado en el cual cada ser humano realiza su propia e inevitable vocación monástica es algo <i style="">altamente personal</i> que ninguna forma de comunidad puede garantizar.<i style=""> </i>Es <i style="">una cualidad única que a la vez necesita y rechaza la institucionalización.<span style=""> </span></i>Por eso<i style=""> los grandes monjes se han sentido siempre preocupados cuando el monje ha sido una figura reconocida por el mundo y ha recibido la bendición de la sociedad.</i><span style=""> </span>El monje no se puede justificar a sí mismo por su hacer, por sus logros humanos, sean los que sean, sólo se puede justificar por su SER.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">Metámonos ahora en el problema de la institucionalización:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">Este arquetipo monástico bajo diferentes nombres lo encontramos en la mayoría de las tradiciones humanas.<span style=""> </span>Por eso es bastante comprensible que precisamente quienes han cultivado esta dimensión con más diligencia hayan intentado institucionalizarla.<span style=""> </span>Y ésta es la paradoja: una vez lo monacal es institucionalizado, empieza a ser una especialización y corre el riesgo de ser exclusivo.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">No todo el mundo puede o debe entrar en un monasterio, pero todo el mundo tiene una dimensión monástica que debería ser cultivada.<span style=""> </span>Lo monacal es un constituyente, una parte, una dimensión del ser humano, un arquetipo; pero el monasterio es un totum, una organización global de la vida humana.<span style=""> </span>El monje metido en un marco institucionalizado sufre a menudo por el hecho de que sus impulsos vitales hacia la plenitud humana son recortados<span style=""> </span>simplemente por el hecho de ser absorbidos en la institución totalizante, y muchas veces sacrificados a beneficio de la institución.<span style=""> </span>La experiencia muestra que demasiado a menudo el monje se encuentra buscando fuera del monasterio la perfección humana a la que aspira.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">Las instituciones son necesarias, y cuanto más humana es una necesidad más necesaria es la institución.<span style=""> </span>El matrimonio podría ser un ejemplo y el monasticismo otro.<span style=""> </span>Pero en el momento en que la institución monopoliza los valores que representa, aparece el peligro de la «institucionalización».<span style=""> </span>La institución es la ritualización de los medios; pero cuando los medios se vuelven fines, la institución se vuelve totalitaria.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">Admito que una de las crisis del monaquismo actual es precisamente que algo que pertenece a la naturaleza humana como una de sus dimensiones constituyentes pierde buena parte de su fuerza y de su universalidad una vez que pasa a ser una forma particular de vida organizada.<span style=""> </span>Lo monacal -que cuando es bien entendido se entrelaza con otras dimensiones del ser humano y podría ser un elemento esencial para alcanzar la plenitud humana- se convierte entonces en un ideal totalitario y pierde su propia fuerza.<span style=""> </span>Pero, a la inversa, no hay organismo sin organización.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">No estoy en contra de las instituciones.<span style=""> </span>La sociedad no puede existir sin instituciones.<span style=""> </span>Pero yo hago una distinción entre institución e institucionalismo.<span style=""> </span>Este último aparece cuando la institucionalización absorbe la vida de una institución.<span style=""> </span>Pienso que una institución debería ser no solamente una organización, sino también un organismo.<span style=""> </span>Y esta tensión entre organismo y organización es delicada.<span style=""> </span>La organización funciona cuando hay dinero; el organismo funciona cuando hay vida.<span style=""> </span>Y esto es más que una metáfora.<span style=""> </span>Ninguna suma de dinero (léase armas) protegerá las instituciones del primer mundo si su organismo está enfermo.<span style=""> </span>La organización necesita un marco; el organismo requiere un cuerpo.<span style=""> </span>La organización necesita un jefe, un líder, un impulso del exterior para que funcione.<span style=""> </span>El organismo necesita un alma, salud, es decir, la interacción armónica de todas las partes del todo.<span style=""> </span>Una organización equivale a la suma de partes, y cada parte es reemplazable por una réplica idéntica.<span style=""> </span>Un organismo es más que la suma de sus componentes, y ninguno puede ser reemplazado por un duplicado exacto, porque cada uno es único.<span style=""> </span>Cuando está enfermo debe regenerarse a sí mismo desde dentro.<span style=""> </span>Un organismo muere cuando el alma se va, cuando el corazón cesa de latir o el cerebro cesa de vibrar.<span style=""> </span>Una organización tiene más resistencia porque su estructura es más fuerte y puede funcionar por inercia, con tal de que le sea inyectada alguna forma elemental de energía; tiene un poder de inercia más elevado.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">No quiero decir que no haya que favorecer las comunidades monásticas.<span style=""> </span>Mi opinión es que si lo monacal es un constituyente de la dimensión humana, entonces esta dimensión no puede nunca hallar su total expresión en una institución que está destinada a ser privilegio de unos pocos.<span style=""> </span>Si la dimensión monástica existe en todos, por lo menos potencialmente, la institución del monasticismo debería ser igualmente abierta a todos.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">Evidentemente, las personas que comparten un ideal común pueden y aun deben reunirse para descubrir los medios de realizar ese ideal.<span style=""> </span>Esto es más que legítimo.<span style=""> </span>Pero esto tiene más a justificar otras formas de vida religiosa que el monasticismo.<span style=""> </span>Una congregación religiosa en el sentido canónico de la iglesia romana, por ejemplo, ciertamente aspira a ala santificación de sus miembros, pero su «razón de ser» es aquella afinidad específica de la institución: ocuparse de los pobres, enseñar a la gente, defender los santos lugares, acudir a las necesidades espirituales o curar y proteger a los enfermos o a los peregrinos, o extender el reinado de Cristo, etc.<span style=""> </span>El monasticismo como tal no tiene ningún propósito ideal de este tipo, es decir, no aspira a realizar nada «fuera de sí mismo».<span style=""> </span>El monasterio entonces no debería ser el lugar donde se establecen los monjes sino la escuela donde esta dimensión humana es cultivada y trasmitida.
<br /></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family:Calibri;">Hemos de recuperar la dimensión monástica del hombre como una dimensión constitutiva del ser humano.<span style=""> </span>Si podemos demostrar esto entonces lo monacal no es el monopolio de unos pocos, sino que es una riqueza humana canalizada en diferentes grados de pureza y conciencia por distintas personas.<span style=""> </span>Pero esta riqueza también puede ser frustrada.<span style=""> </span>Cada ser humano tiene una dimensión monástica, y cada uno debe realizarla de forma distinta.<span style=""> </span>El monasticismo en sus formas históricas habría sido pues no sólo un intento de cultivar esta dimensión primordial de una forma particular, sino también un compromiso público a desarrollar, de una forma ejemplar y acorde con el entorno cultural, el núcleo más profundo de nuestra humanidad.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">A partir de aquí pienso que ya va quedando claro que cuando decimos que la nuestra es una Vocación Monástica no nos estamos refiriendo al deseo de imitar de alguna manera la vida de los monjes que conocemos.<span style=""> </span>El ser monje no es un privilegio de quienes viven en monasterios sino una dimensión humana y espiritual que todos los hombres y mujeres, sin importar cuál sea su condición, estamos invitadas e invitados a desarrollar.<span style=""> </span><i style="">En la medida en que intentemos unificar nuestras vidas alrededor del centro, todos tenemos algo de monje.</i><span style=""> </span>Estamos pues en camino de hallar nuestro CENTRO y discernir cómo vamos a desarrollar esa vocación monástica dentro de nuestra Fraternidad Monástica del Sagrado Corazón y dentro del marco específico de la espiritualidad del Beato Charles de Foucauld.<span style=""> </span>El reto es desarrollar nuestras propias formas monásticas asumiendo un <i style="">compromiso público</i> dentro de la iglesia y la sociedad en general y de acuerdo a nuestra propia tradición y <i style="">entorno cultural.</i></span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><i style=""><o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Nosotros somos ya una institución eclesial asumida públicamente por la iglesia de Potosí, pero aspiramos a ser </span><i style=""><span style="font-family:Calibri;">no solamente una organización, sino también un organismo.</span></i><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span>A pesar de nuestra corta historia ya sabemos en carne propia que la <i style="">tensión entre organismo y organización es delicada.<span style=""> </span></i>Hasta ahora hemos funcionado porque hemos tenido vida y no dinero pero como familias sabemos que si o si tenemos que buscar dinero para alimentar y vestir con nuestros propios recursos a nuestras familias.<span style=""> </span>Necesitamos un marco institucional pero también necesitamos un cuerpo, es decir, necesitamos defender y alimentar nuestra alma, nuestra salud, la interacción armónica de todas las partes que forman nuestro todo.<i style=""> </i>Ninguno de nosotros puede ser reemplazado por un duplicado exacto, porque cada uno es único.<span style=""> </span>Cuando alguno está enfermo debe regenerarse a sí mismo desde dentro con el acompañamiento de todas y todos.<span style=""> </span>Cuando alguno está enfermo somos todos los que estamos enfermos.<span style=""> </span>No es una metáfora, es una realidad.<span style=""> </span>Así sucede en todos los cuerpos vivos.</span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">A partir de esta visión de la identidad monástica, la tarea más urgente de los monjes hoy sería:</span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">…buscar a Dios por los caminos de la política, la sociedad, la economía, la ciencia y la cultura, y no buscarlo perpetuando instituciones automarginadas y apolíticas, olímpicamente distanciadas de las cuestiones económicas, que rehúsan con aires de superioridad las disputas científicas, y se proclaman refinadamente supraculturales.<span style=""> </span>Un Dios así sería una abstracción, no un Dios viviente ni ciertamente (en el ejemplo de la tradición judeo-cristiana-islámica) el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob.</span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Y los pasos a seguir:</span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">“Primero: necesidad de formación.<span style=""> </span>El primer paso hacia la formación es una in-formación autentica.<span style=""> </span>Las tradiciones monásticas, en general, no tienen suficiente conocimiento del estado del mundo, el cual empeora y se debilita de día en día.<span style=""> </span>Con esto no quiero decir que deban ser informados, a través de los medios modernos de comunicación o periódicos, de la última noticia de lo que está ocurriendo en algún lugar, etc., que sólo serviría para distorsionar la visión y la perspectiva genuina de la aventura global de la realidad en su camino hacia el centro, hacia su destino como quiera que lo interpretemos.<span style=""> </span>Pero hay una gran falta de información.<span style=""> </span>Esta arrogante despreocupación o desinterés o indiferencia ante las cuestiones del mundo, actualmente sólo puede aparecer como la menos monástica de las virtudes, ya que fomenta la crueldad de la indiferencia, la insensibilidad y la ignorancia culpable.<span style=""> </span>Muchos anacoretas de tiempos antiguos se hicieron cenobitas con el fin de ser medios de edificación para sus hermanos.</span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Quizá los nuevos monasterios deberían ser centros donde se estudie y se cultive la verdadera “construcción” del mundo.</span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Segundo: un estudio contemplativo o una aproximación profunda a estos problemas, de modo que no se consideren como simples cuestiones técnicas o como simples datos informativos, científicos o logísticos.<span style=""> </span>Los dilemas globales de hoy no están sujetos a soluciones inmediatas o técnicas, así que todo lo que hemos estado diciendo aquí acerca de la contemplación debería tener un apoyo directo en el modo como abordamos los problemas humanos urgentes de la vida de cada día:<span style=""> </span>sociedad, política, ciencia, cultura, etc.</span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Debería surgir una metodología sui generis que integre la actividad de la contemplación y la vida de acción contemplativa.<span style=""> </span>No quisiera que se interpretasen mal mis palabras como si tal estudio se tuviese que reducir sólo a cuestiones sociológicas.<span style=""> </span>Un conocimiento en profundidad de la propia tradición, por ejemplo, es igualmente imperativo.<span style=""> </span>Además, ya no podemos conocernos a nosotros mismos correctamente sin conocer a nuestros vecinos, e incluso sus opiniones sobre nosotros.<span style=""> </span>El conocimiento de otras tradiciones espirituales es también un imperativo monástico.<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Tercero: una invitación a la acción.<span style=""> </span>Para el monasticismo, invitar a la acción no significa activismo o un simple politiqueo.</span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Y una invitación final de Panikkar:</span></p><p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">… me siento impulsado a hacer una propuesta concreta a la luz de todo lo que hemos dicho.<span style=""> </span>Va en contra de mi estilo, porque la historia demuestra que las cuestiones de este calibre no pueden ser resueltas organizando comisiones, sino más bien con el esfuerzo y la experiencia de unas pocas almas valientes.<span style=""> </span>Quisiera transmitir la urgencia de construir una comisión o un grupo, o un simposio sobre la formación monástica en nuestro mundo contemporáneo.<span style=""> </span>Esto podría quizá crear la atmósfera propicia para que se produzca un cambio más existencial.<span style=""> </span>El tiempo no puede estar ya más maduro.</span></i></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i style=""><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">Nosotros, todas y todos quienes estamos comprometidos con el caminar de <st1:personname productid="la Fraternidad Mon£stica" st="on">la Fraternidad Monástica</st1:personname> del Sagrado Corazón, hemos venido haciendo parte de ese <i style="">simposio sobre la formación monástica en nuestro mundo contemporáneo.</i><span style=""> </span>En el corazón de América Latina, Bolivia, y en el corazón de ese corazón, Potosí, estamos empeñadas y empeñados en <i style="">crear la atmósfera propicia para que se produzca un cambio más existencial.<span style=""> </span></i>Las búsquedas y cambios recientes en nuestro propio país, con sus luces y sus sombras, son una señal tenue pero cierta de que <i style="">el tiempo no puede estar ya más maduro.</i><span style=""> </span>El fruto real de esa madurez tenemos que SER primero nosotras y nosotros mismos, sin que por ello eludamos nuestra responsabilidad de <i style="">buscar a Dios por los caminos de la política, la sociedad, la economía, la ciencia y la cultura, y no buscarlo perpetuando instituciones automarginadas y apolíticas, olímpicamente distanciadas de las cuestiones económicas.</i><span style=""> </span>Estamos llamadas y llamados a sumar nuestro <i style="">esfuerzo y experiencia</i> al de esas <i style="">pocas almas valientes</i> que en los cuatro rincones del planeta se han propuesto asumir los retos de mayor calibre que enfrenta hoy la humanidad.<span style=""> </span>Y si nos permitimos hablar así no es por orgullo sino porque nuestra identidad monástica nos permite<i style=""> experimentar la presencia del fin último de la vida, por un lado, y su ausencia (por no haberlo conseguido), por otro.</i><span style=""> </span><i style="">El monje es a la vez el aspirante a la perfección y el perfecto.<span style=""> </span></i>Nuestra mirada contemplativa nos permite por un lado experimentar la plenitud de nuestro objetivo, pero por otro también nos impone cargar con la incomodidad y el sufrimiento de estar todavía en camino.<i style=""> Somos conducidos por una experiencia </i>oscura<i style=""> que sólo puede articularse en la práctica de nuestras propias vidas.</i></span></p><p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><i style=""><span style=""> </span></i><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyText" style="margin-left: 35.4pt; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(0, 0, 0);" align="center"><b style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:18pt;" lang="ES-CO">«Soy Monje, no Misionero, hecho para el Silencio, no para <st1:personname productid="la Palabra" st="on">la Palabra</st1:personname>…»</span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(0, 0, 0);" align="center">
<br /><b style=""><span style=";font-family:Calibri;font-size:18pt;" lang="ES-CO"><o:p></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Me encanta esta expresión de Charles de Foucauld porque sin ningún rodeo nos coloca en el centro de su contradicción interior, en el núcleo de ese estallido en que consistió su aventura humana y espiritual. <span style=""> </span>Evidentemente fue monje y lo fue tan bien que sus superiores ya tenían previsto para él un futuro brillante en su comunidad.<span style=""> </span>Pero dejó el monasterio porque el llamado de Nazaret fue más fuerte.<span style=""> </span>En el contexto eclesial de su época no había matices, el no ser monje lo convertía en misionero, pero a lo largo de su vida se resistió radicalmente a ser considerado misionero: «no soy misionero: Dios no me ha dado lo necesario para ello, es la vida de Nazaret la que yo trato de llevar aquí». Imposible negar que en su vida, a pesar de todas sus evoluciones, hay mucho de identidad monástica, pero también es imposible negar que su vivencia de la espiritualidad de Nazaret rompía permanentemente sus propios esquemas monásticos.<span style=""> </span>Cuando se vio forzado a dar explicaciones matizó su propia contradicción argumentando que era «monje-misionero».</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">El hecho es que no alcanzó a dejarnos a sus herederos algo que se pudiera catalogar como una conclusión final y estructurada de sus búsquedas espirituales.<span style=""> </span>Tampoco podemos saber si en algún momento hubiera estado en condiciones de hacerla y menos si ésa hubiera sido su intención.<span style=""> </span><span style=""> </span>Cuando muere asesinado el 1 de diciembre de 1916, deja a sus espaldas una estela de fracasos en lo que tiene que ver con sus intenciones de ser Fundador.<span style=""> </span><span style=""> </span>Su gran amigo y director espiritual, el padre Huvelín, se lo advirtió desde el principio y con toda claridad cuando estando todavía en <st1:personname productid="la Trapa" st="on">la Trapa</st1:personname> comenzó a exponerle ese deseo, le aconseja prudentemente practicar las virtudes «dentro de la obediencia a la regla», y agrega que «para lo demás se verá más tarde; y fuera de todo ello usted no está hecho en manera alguna para dirigir a otros».<span style=""> </span>A pesar de la advertencia Foucauld decide no dejarlo para más tarde y se atreve a escribir una «regla».<span style=""> </span>Su director espiritual, que a regañadientes y lamentándolo, había aceptado que dejara <st1:personname productid="la Trapa" st="on">la Trapa</st1:personname> y se instalara en Nazaret, sigue siendo claro con relación a su «regla»: «lo que me espantaría sobre todo, hijo mío querido, es verlo a usted fundar, o pensar en fundar alguna cosa… su regla es absolutamente impracticable».<span style=""> </span>Tenía razón de espantarse, Foucauld «no estaba hecho en manera alguna para dirigir a otros» y todos sus intentos de estructurar la vivencia de sus intuiciones espirituales en una «regla» resultaron siendo «absolutamente impracticables».</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Quienes luego de su muerte estructuraron sus intuiciones espirituales en «reglas» que si demostraron ser practicables, optaron por desdibujar casi por completo el ingrediente monástico de su espiritualidad y afirmaron una cierta manera de entender la espiritualidad de Nazaret.<span style=""> </span>Clausuraron el monasterio y optaron por la «fraternidad», intuyendo que implícitamente ésa era la solución de la contradicción de Carlos de Foucauld, y buscaron leer su vida y sus escritos en esa clave para demostrar que tenían razón.<span style=""> </span>La época era propicia para darle la espalda al monasterio con cierto orgullo y afirmar la novedad de la «fraternidad». <span style=""> </span>El problema fue que esa época resultó demasiado corta y a menos de 100 años de su muerte cambió radicalmente.<span style=""> </span>Como ya sabemos, no vivimos hoy una época de cambios sino un cambio de época porque sin duda lo que enfrenta hoy la especie humana no es de ninguna manera secundario o accesorio, es el núcleo de su propia supervivencia.<span style=""> </span>O cambiamos en serio, radical y esencialmente, y cambiamos todos porque nunca como hoy todos hemos estado implicados, o nos enfrentamos al fin de nuestra historia, que no es el triunfo del libre mercado sino el triunfo de la muerte sobre el depósito de vida que hemos logrado acumular todos hasta ahora.
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Seguramente si esa época en que se le dio la espalda al monasterio y se afirmó la novedad de la «fraternidad» hubiera sido más larga las cosas hoy serían diferentes.<span style=""> </span>Pero en el actual contexto, el triunfo de la «fraternidad» sobre el monasterio no nos va a conducir a nada que responda realmente a los desafíos de la nueva época, por eso hoy también nosotros, apenas 100 años después de la muerte de nuestro inspirador, con herramientas de una época pasada, no sabemos bien cómo dirigir a otros y no logramos explicitar «reglas» que sean practicables.<span style=""> </span>A mi modo de ver, esta doble incapacidad tiende a esterilizar la espiritualidad de Carlos de Foucauld.<span style=""> </span>Si no aprendemos, en esta época, a dirigir a otros y no logramos explicitar nuestra espiritualidad en «reglas» que sean practicables de acuerdo a la realidad de los hombres y las mujeres de hoy, no lograremos que las intuiciones espirituales de Charles de Foucauld alimenten nuestro propio y actual seguimiento de Jesús de Nazaret.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">A primera vista puede sonar muy fuera de lugar la afirmación de que los hombres y las mujeres de hoy para vivir una determinada espiritualidad necesitan de gente que los sepa guiar y de «reglas» que puedan practicar.<span style=""> </span>En el contexto de supuesta libertad ilimitada que se predica, y que pretende abarcar todas las dimensiones humanas, y en una época en que las estructuras tradicionales (religiosas, culturales, sociales y políticas) pierden cada vez más fuerza y más adeptos, hasta el extremo de casi colapsar, puede parecer que lo que menos necesitan y desean los hombres y las mujeres hoy son precisamente «reglas» y gente que los guíe.<span style=""> </span>Nada menos cierto.<span style=""> </span>Por el contrario, si de algo está inundado hoy el mundo es precisamente de «reglas» que los hombres y mujeres obedecen casi con una ceguera absoluta, y de personajes que los guían y a los cuales siguen como corderos que se dejan llevar dócilmente al matadero.<span style=""> </span>Nunca como hoy los hombres y las mujeres han obedecido tan fácilmente y han respetado sin cuestionar las «reglas» que se les imponen.<span style=""> </span>El hecho de que los lenguajes que utilizan sus líderes para guiarlos y los medios que usan para difundir esos lenguajes generen la apariencia contraria y hayan logrado imponer un malentendido premeditado, no quiere decir que ésa no sea la realidad.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Visto a la luz, o mejor dicho, a la oscuridad de la actual coyuntura humana, Carlos de Foucauld se revela más que como un fracasado como alguien que vio mucho más lejos de lo que él mismo se hubiera atrevido a imaginar.<span style=""> </span>Su insistencia en esa «regla» que trató de gestar a lo largo de su vida, y su propia incapacidad para guiar a otros, no son la señal de un fracaso sino de una anticipación.<span style=""> </span>Vio tan lejos que por eso su propia estrechez humana y las limitaciones de su condición histórica parecieron ser sólo la evidencia de ese fracaso, pero es precisamente su aventura inconclusa la que nos entrega, en esta nueva época, como un tesoro abierto, la semilla de sus intuiciones espirituales.<span style=""> </span>El tiempo está maduro para esa semilla; hoy si somos los hombres y mujeres que su «regla» necesitaba y esperaba; hoy si estamos en condiciones de dejarnos guiar por él hasta el lugar que en él El Espíritu nos anticipó.<span style=""> </span>Tenemos los datos suficientes, la nueva época nos los da.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Los hombres y mujeres de hoy podemos elegir ser los primeros de una Nueva Humanidad o resignarnos a ser no más que los últimos de una humanidad en extinción. Todo lo humano vive hoy ese tránsito: es al mismo tiempo desenlace y principio.<span style=""> </span>Somos desconocidos para nosotros mismos y vivimos a la espera de alguien que nos revele que somos más, que podemos ir más allá, que tenemos con qué hacerlo. <span style=""> </span></span><span style="font-family:Calibri;">La tensión interior, que muchas veces llega casi al extremo de ser contradicción, entre el rigor meticuloso y exagerado de su «regla», y la capacidad de «vivir al día», dejándose guiar por los acontecimientos, es lo que hace de Foucauld un hombre más de nuestro tiempo que de su tiempo. Un hombre inacabado, sin conclusiones finales, pero que no renuncia al llamado de su plenitud, que no anula su capacidad de crear y que por eso puede asumir responsabilidades en la construcción de algo realmente nuevo. No hay libertad sin «regla».<span style=""> </span>No se puede «vivir al día», dejarse conducir por los acontecimientos, sin el rigor y la radicalidad interior de una «regla». Es en la obediencia donde el ser humano puede hacer efectiva su libertad más allá de todas las esclavitudes humanas. El grado más alto de esclavitud es una vida sin «regla». La ausencia de «regla» no tiene nada que ver con la libertad, es la manifestación de la obediencia implícita a la «regla» de la muerte.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Citando a Gandhi, el escritor argentino Ernesto Sábato, se refiere así a la muy publicitada ausencia de «regla» de la globalización:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">«Cuando la cantidad de culturas relativiza los valores, y la “globalización” aplasta con su poder y les impone una uniformidad arrogante, el ser humano, en su desconcierto, pierde el sentido de los valores y de sí mismo y ya no sabe en quién o en qué creer. Como dijo Gandhi:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">No quiero cerrar los cuatro rincones de mi casa ni poner paredes en mis ventanas. Quiero que el espíritu de todas las culturas aliente en mi casa con toda la libertad posible. Pero me niego a que nadie me sople los peones. Me gustaría ver a esos jóvenes nuestros que sienten afición a la literatura aprender a fondo el inglés y cualquier otra lengua. Pero no me gustaría que un solo indio se olvidase o descuidase su lengua materna, que se avergonzase de ella o que la creyese impropia para la expresión de su pensamiento y de sus reflexiones más profundas. Mi religión me prohíbe hacer de mi casa una prisión».<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family:Calibri;">
<br />Estamos hablando de una vocación contemplativa y la responsabilidad del contemplativo es absoluta, es responsable de todos y de todo.<span style=""> </span>El contemplativo </span><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">tiene prohibido hacer de su casa una prisión.</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"> <span style=""> </span></span><span style="font-family:Calibri;">Y lo único que puede ponerlo al nivel necesario para asumir esa responsabilidad es una «regla».<span style=""> </span>Una «regla» permite que a uno <i style="">nadie le sople los peones</i>,<span style=""> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">dejando <i>que el espíritu de todas las culturas aliente en nuestra casa con toda la libertad posible, </i></span><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span>sin necesidad de </span><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;">cerrar los cuatro rincones de la casa, ni poner paredes en las ventanas.<span style=""> </span></span></i><span style="font-family:Calibri;">Desde luego, una «regla», cualquier «regla», sin importar qué tan bien pueda estar elaborada de acuerdo a su intencionalidad, es en sí misma un objeto muerto.<span style=""> </span>Es como un corazón extirpado del cuerpo al cual debe alimentar;<span style=""> </span>puede ser perfecto, tener todas las condiciones para ser un corazón sano, pero no sirve para nada.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="font-family:Calibri;"> <span style=""> </span></span><span style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Desde el punto de vista utilitario, la relación del contemplativo con su regla es parecida a la del artista con sus herramientas de trabajo.<span style=""> </span>Un pintor, por ejemplo, para crear sus cuadros necesita un sustento, una tela, un pedazo de madera o de vidrio, una pared, cualquier superficie que le permita expresarse.<span style=""> </span>Esa superficie le impone unos límites y le exige aplicar ciertas técnicas específicas.<span style=""> </span>Necesita pigmentos para desarrollar su propuesta de formas y colores, y necesita instrumentos para esparcirlos, ya sean pinceles, sus propias manos, o cualquier cosa que le sirva para eso.<span style=""> </span>De nada le vale tener una creatividad interior muy grande si no logra desarrollar su técnica tanto como esa creatividad le exija, de acuerdo a sus propias tendencias personales.<span style=""> </span>El uso de los instrumentos que le permiten aplicar su técnica, por decirlo así, las reglas que necesita seguir para poder expresarse, no son una camisa de fuerza, pero son tan necesarias como su propia creatividad porque le permiten pasar del deseo al acto.<span style=""> </span>Sin ellas y sin su fidelidad a ellas su ser de artista se frustra.<span style=""> </span>A medida que avanza en el cumplimiento de su vocación su habilidad se desarrollará más y podrá ser más libre a la hora de explayar su creatividad, pero esa libertad estará sustentada por la evolución y no por la eliminación de las reglas que le impone su propia técnica, incluso si decide en determinado momento cambiar radicalmente su técnica de trabajo, la nueva técnica no será un comienzo desde cero sino un salto evolutivo de su técnica anterior.<span style=""> </span>Exteriormente podrá no manifestarse pero interiormente seguirá haciendo parte de la base, del sustento esencial.<span style=""> </span>El corazón de toda libertad, de toda creatividad, es una «regla».</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Todo artista y todo contemplativo vivirá siempre la misma tensión interior que vivió Foucauld: por un lado la nostalgia por una técnica, por una «regla» perfecta que se acomode plenamente a las tendencias de su creatividad, y por otro el llamado hacia la espontaneidad absoluta, vivir al día, dejarse llevar por los acontecimientos.<span style=""> </span>Pero será artista o contemplativo sólo en la medida en que logre «negarse a sí mismo» para que más allá de su perfección técnica o su fidelidad religiosa se realice en su SER ese ingrediente que podríamos llamar de «divinidad» y que es el único que le permitirá resolver su tensión interior no en el sentido de un acomodo, de una claudicación o una renuncia a la búsqueda, sino como una forma de «transfiguración», de comunión con la plenitud, con el todo.<span style=""> </span>En últimas, el artista y el contemplativo, a pesar de ser los dos tipos humanos que más empeñados están en construirse a sí mismos, en expresarse a sí mismos, no se «hacen», se «dejan hacer».<span style=""> </span>La fidelidad a sus reglas es la que les permite que sea su identidad divina la protagonista de su Ser y de su acción, más allá de todos sus talentos y limitaciones humanas. Buscan y necesitan expresar en sí mismos algo mayor que sí mismos.<span style=""> </span>Tienden hacia el rigor y la perfección no para instalarse en ellos, para ser figuras decorativas, sino para ir más allá, para hundirse y perderse en la «regla» inalcanzable humanamente de lo absoluto: «<i style="">Nuestras instalaciones se derrumban antes de estar terminadas, todo nos arrastra a las cosas eternas».</i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><i style=""><o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">En eso estamos quienes en la búsqueda de la experiencia de Dios nos sentimos llamados, en esta nueva época, por la espiritualidad de Carlos de Foucauld: tenemos que escoger entre ser los primeros en vivir esa espiritualidad de una forma novedosa y adecuada a nuestra realidad, o resignarnos a no echar raíces en el clima contemporáneo.<span style=""> </span>Esa forma novedosa tiene que ver para nosotros, Fraternidad Monástica del Sagrado Corazón, con el establecimiento de un nuevo equilibrio entre el monasterio y la «fraternidad».<span style=""> </span>Sin perder la «fraternidad» tenemos que volver a dibujar nuestra identidad monástica que en el transcurso de la anterior época tendimos a ignorar.<span style=""> </span>La insistencia, teórica y práctica, de Carlos de Foucauld, en su identidad monástica, que vivió dentro de las coordenadas de su época, es la misma insistencia que lo monástico hace hoy desde el interior de los hombres y las mujeres de esta época. <span style=""> </span>Pienso que lo que Carlos de Foucauld afirmaba era lo mismo que dice Panikkar en un lenguaje de nuestra época,<span style=""> </span>que<span style=""> </span></span><i style=""><span style="font-family:Calibri;">lo monacal, es decir, el arquetipo del cual el monje es una expresión, corresponde a una dimensión de lo humano, de modo que todo ser humano tiene potencialmente la posibilidad de realizar esa dimensión.<span style=""> </span>Lo monacal es una dimensión que tiene que ser integrada a otras dimensiones de la vida humana para conseguir lo humano… </span></i><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span></span><i style=""><span style="font-family:Calibri;">No todo el mundo puede o debe entrar en un monasterio, pero todo el mundo tiene una dimensión monástica que debería ser cultivada.<span style=""> </span>Lo monacal es un constituyente, una parte, una dimensión del ser humano… </span></i><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span></span><i style=""><span style="font-family:Calibri;">Cada ser humano tiene una dimensión monástica y cada uno debe realizarla de forma distinta.<span style=""> </span></span></i><span style="font-family:Calibri;"><span style=""> </span>Pero además de afirmar eso, afirmó también la otra gran intuición espiritual de esta época: Nazaret.<span style=""> </span>Y lo hizo no sólo como un hombre de su época sino también como un hombre de nuestra época, porque sin renunciar nunca al rigor de su «regla» siempre se atrevió a «vivir al día», obedeciendo con entera libertad el llamado de los acontecimientos cotidianos.<span style=""> </span>Imposible no recordar aquí esta descripción-presentación que de él hace su director espiritual, el <span style="">P. Huvelín:</span></span><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"> «Nada de raro ni de extraordinario encontrará usted en el padre De Foucauld, sino una fuerza irresistible que empuja, un instrumento duro para una ruda tarea ... firmeza, deseo de ir hasta el final en el amor y en la entrega, de sacar todas las consecuencias, nunca desánimo, nunca ... todas las objeciones que se le ocurran, ¡cuántas veces se me han ocurrido¡<span style=""> </span>Sólo me he rendido ante la experiencia, y tras largas pruebas ... ¡Déjele ir y vea!»
<br /></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family:Calibri;"><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">Evidentemente, es eso lo que estamos hoy llamados a hacer: ¡dejarnos ir a nosotros mismos y ver de lo que somos capaces!<span style=""> </span>La tarea actual es dura y para ella son necesarios instrumentos duros, firmes, capaces de ir hasta el final en el amor y en la entrega, capaces de sacar todas las consecuencias sin desanimarse nunca, nunca.<span style=""> </span>Pero la fuerza irresistible que nos puede empujar no es un voluntarismo, ni siquiera una sabiduría humana, sólo nos la puede dar nuestra identidad monástica.<span style=""> </span>Nos corresponde habitar una época extrema en la cual todos nuestros posibles </span><span lang="ES-CO" style="font-family:Arial;">«</span><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;">haceres</span><span lang="ES-CO" style="font-family:Arial;">»</span><span lang="ES-CO" style="font-family:Calibri;"> están enfermos<o:p></o:p></span></p> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-52666513564665279032009-01-27T16:39:00.000-08:002009-01-27T16:53:37.987-08:00 "Consecuencias" del Monje<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5lHZr1FMLWE1zSdra8Wm7YaluKOyr4tkcb-HChLNzHqbhv2Csk7GrXQszQzzSm5lsRTfrdp7QfeTQtYab_81sj_s7ESDEHJXnl3r0mceTPWin4k0ZIpntTl2Av2JVLHGb3rX-/s1600-h/celda.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 352px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5lHZr1FMLWE1zSdra8Wm7YaluKOyr4tkcb-HChLNzHqbhv2Csk7GrXQszQzzSm5lsRTfrdp7QfeTQtYab_81sj_s7ESDEHJXnl3r0mceTPWin4k0ZIpntTl2Av2JVLHGb3rX-/s400/celda.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296141126866049826" /></a>
<br /><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link style="color: rgb(0, 0, 0);" rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CADMINI%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype style="color: rgb(0, 0, 0);" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName" downloadurl="http://www.microsoft.com"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Arial Unicode MS"; panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1 -369098753 63 0 4129279 0;} @font-face {font-family:"Franklin Gothic Book"; panose-1:2 11 5 3 2 1 2 2 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} @font-face {font-family:Times; panose-1:2 2 6 3 5 4 5 2 3 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:536902279 -2147483648 8 0 511 0;} @font-face {font-family:"\@Arial Unicode MS"; panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1 -369098753 63 0 4129279 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:Times; mso-fareast-font-family:Times; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES-TRAD;} @page Section1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">… al igual que se forman los ventisqueros cuando cesa el viento, así mismo cuando cesa la verdad surge una institución. Pero la verdad sigue soplando por las alturas y al final acaba por destruirla.<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: right; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);" align="right"><b><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Henry David Thoreau<o:p></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><b><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><b><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Desde el punto de vista de sus consecuencias, un monje es un ser humano capaz de <i style="">hacer cesar su propio viento</i> para <i style="">obedecer al ventisquero que se forma después,</i> obedeciendo hasta el extremo de llegar a <i style="">ser institución,</i> pero sin dejar de ser también, <i style="">en las alturas, </i>ese <i style="">viento que sigue soplando y al final acaba por destruirla.</i><span style=""> </span>Para ser monje se necesita ineludiblemente una institución, y mientras más fuerte mejor, pero dentro de ella, siendo fiel a ella, es un ser humano radicalmente des-institucionalizado que vive-anticipando una libertad absoluta en el sentido del memorial eucarístico, porque </span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">cuando cesa la verdad surge una institución</span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">.<span style=""> </span>Como lo expresa Juan Pablo II en su encíclica Ecclesia de Eucharistia: <i style="">«<st1:personname productid="La Eucarist■a" st="on">La Eucaristía</st1:personname> hace presente el sacrificio de <st1:personname productid="la Cruz" st="on">la Cruz</st1:personname>, no se le añade y no lo multiplica. Lo que se repite es su celebración memorial, la «manifestación memorial» (<span style="">memorialis demonstratio</span>), por la cual el único y definitivo sacrificio redentor de Cristo se actualiza siempre en el tiempo.»<span style=""> </span></i>Ser <i style="">manifestación memorial</i> es la única forma de «demostrar», actualizándolo en el tiempo, <i style="">el único y definitivo sacrificio redentor de Cristo.</i><span style=""> </span>La Eucaristía no es institución, es memorial.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Por eso si en el presente siglo los hombres y mujeres que sean <b>memorial</b> no toman el volante, la humanidad definitivamente se irá al despeñadero.<span style=""> </span>Obvio.<span style=""> </span>A estas alturas y simas de la aventura humana el poder tiene que estar en manos de quienes sean capaces de ser al mismo tiempo institución y viento porque sólo ellos pueden impedir que <i style="">cese la verdad.</i><span style=""> </span>La verdadera y por lo tanto la única política humana tiene que ser forzosamente Eucarística, <b>memorial</b>.<span style=""> </span>Política en el sentido de esta definición que da el diccionario: <i style="">«Hábil para tratar a la gente o dirigir un asunto: hay que ser muy político para llevar a cabo este proyecto sin ofender a ninguno de los afectados.»</i><span style=""> </span>Y hoy por hoy, la institución más hábil para tratar a la gente y dirigir sus asuntos sin ofender a ninguno de los afectados, es, sin duda, la institución monástica.<span style=""> </span><span style=""> </span>En términos de Vida no podemos añadir ni multiplicar nada, por ahí lo único que logramos es exacerbar nuestros tumores; de lo que se trata es de actualizar en nuestro tiempo y circunstancias la plenitud que ya somos y que no podemos dejar de ser de ninguna manera: </span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">El hombre sabio, entonces, cuando ha de gobernar, sabe cómo no hacer nada. Al dejar las cosas estar, descansa en su naturaleza original. Aquel que gobierne respetará al gobernado ni más ni menos que en la medida en que se respete a sí mismo. Si ama su propia persona lo suficiente como para dejarla descansar en su verdad original, gobernará a los demás sin hacerles daño. Dejadlo que evite que los profundos impulsos de sus entrañas entren en acción. Dejadlo estar tranquilo, sin mirar, sin oír. Dejadlo estar sentado como un cadáver, con el poder del dragón vivo en torno de sí. En completo silencio, su voz será como el trueno. Sus movimientos serán invisibles, como los de un espíritu, pero los poderes del Cielo irán con ellos. Inalterado, sin hacer nada, verá todas las cosas madurar a su alrededor. ¿De dónde sacará tiempo para gobernar?</span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"> (Thomas Merton comentando/parafraseando al filósofo chino Chuang Tzu)<b><o:p></o:p></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><span style=""> </span><span lang="ES-TRAD">Y continúa Thoreau:<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">Este mundo es un lugar de ajetreo. ¡Qué incesante bullicio! Casi todas las noches me despierta el resoplido de la locomotora. Interrumpe mis sueños No hay domingos. Sería maravilloso ver a la humanidad descansando por una vez. No hay más que trabajo, trabajo, trabajo. No es fácil conseguir un simple cuaderno para escribir ideas; todos están rayados para los dólares y los céntimos. Un irlandés, al verme tomar notas en el campo, dio por sentado que estaba calculando mis ganancias. ¡Si un hombre se cae por la ventana de niño y se queda inválido o si se vuelve loco por temor a los indios, todos lo lamentan principalmente porque eso le incapacita para... trabajar! Yo creo que no hay nada, ni tan siquiera el crimen, más opuesto a la poesía, a la filosofía, a la vida misma, que este incesante trabajar. <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">El monje toma notas en el campo no para calcular sus ganancias sino para investigar la forma de parar su incesante trabajar.<span style=""> </span>Sin embargo, hay que resaltarlo: está en el campo y toma notas en </span><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">un simple cuaderno para escribir ideas</span><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">.<span style=""> </span>En medio del resoplido de la locomotora irrumpe con su domingo.<span style=""> </span>Es el anuncio que en él o ella se hace memorial.<span style=""> </span>Su tarea es hacer que en sí mismo la humanidad descanse por una vez.<span style=""> </span>Es siempre un ser humano que se calló por la ventana de niño y quedó inválido o se volvió loco, alguien incapacitado para… trabajar.<span style=""> </span>No puede ser cómplice del crimen y por eso no le queda otra que la poesía, sin olvidar, claro, que <span style=""> </span><i style="">«</i></span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">un poeta es la cosa menos poética del mundo.»</span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"> (Keats)<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><span style=""> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);">
<br /><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><span style=""></span></span><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><b style=""><span style="font-family: Arial;">Violentando cajas fuertes<o:p></o:p></span></b></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Como garantía contra los ladrones que roban bolsos, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">desvalijan equipajes y revientan cajas fuertes,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">uno debe asegurar todas las propiedades <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">con cuerdas, cerrarlas con candados,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">acerrojarlas con cerrojos.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Esto (para los propietarios) <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">es del más elemental sentido común.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Pero cuando aparece un ladrón fuerte, se lleva todo,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">se lo echa a la espalda y sigue su camino, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">con un solo temor:<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">que cedan las cuerdas, candados y cerrojos.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Así, lo que el mundo llama buen negocio <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">noes más que una forma de amasar un botín, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">empaquetarlo y asegurarlo,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">formando una carga cómoda <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">para los ladrones más audaces.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">¿Quién hay, entre los llamados inteligentes,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">que no desperdicie su tiempo amasando <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">un botín para un ladrón mayor que él?<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><span style=""> </span>***<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">En la tierra de Khi, de pueblo a pueblo,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">se podía oír el canto de los gallos, el ladrido de los perros.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Los pescadores lanzaban sus redes,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">los campesinos araban los anchos campos,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">todo estaba pulcramente señalado con líneas de demarcación. <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">En quinientas millas cuadradas<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">había templos para los antepasados, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">altares para los dioses de los campos y espíritus del grano.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Cada cantón, condado y distrito<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">era gobernado con arreglo a las leyes y estatutos...<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Hasta que una mañana el fiscal general, Tien <span style=""> </span>Khang Tzu,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">liquidó al rey y se apoderó de todo el Estado.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">¿Quedó acaso conforme con robar la tierra?<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">No, se apoderó también de las leyes y de los estatutos,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">y con ellos de todos los abogados, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">por no mencionar a la policía.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Todos formaban parte del mismo paquete.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Por supuesto, la gente llamaba ladrón a Khan Tzu,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">pero lo dejaban tranquilo<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">viviendo tan feliz como los Patriarcas.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Ningún pequeño Estado levantaba la voz contra él,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">ningún gran Estado hizo el más mínimo movimiento en su contra.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Así que durante doce generaciones el estado de Khi<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">perteneció a su familia. <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Nadie interfirió sus derechos inalienables.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><span style=""> </span>***<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">El invento <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">de los pesos y medidas<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">hace más fácil el robo.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">La firma de contratos, la implantación de sellos,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">hacen más seguro el robo.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Enseñar amor y obligaciones<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">suministra un lenguaje adecuado<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">con el cual demostrar que el robo<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">es en realidad para el bien de todos.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Un hombre pobre ha de ser ahorcado,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">por robar una hebilla de cinturón,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">pero si un hombre rico roba todo un Estado<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">es aclamado como el estadista del año.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">De modo que, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">si queréis escuchar los mejores discursos <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">sobre el amor, el deber, la justicia, etc.,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">escuchad a los hombres de Estado.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Pero cuando el arroyo se seca,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">nada crece en el valle.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Cuando el montículo se aplana,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">el hueco junto a él se llena.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Y cuando los hombres de Estado y los abogados<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">y los predicadores del deber desaparecen,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">no hay tampoco más robos<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">y el mundo queda en paz.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Moraleja: cuanto más acumules principios éticos<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">y deberes y obligaciones,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">para meter en cintura a todo el mundo,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">más botín acumulas para los ladrones como Khang.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">Por medio de argumentos éticos y principios morales,<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">se demuestra finalmente <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">que los mayores crímenes eran necesarios, <o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">y que de hecho fueron un señalado beneficio<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><i style=""><span style="font-family: Arial;">para la humanidad.<o:p></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">(Chuang Tzu, leído, «interpretado», por Thomas Merton)<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">El monje demuestra, hace memorial con su ser de lo verdaderamente necesario.<span style=""> </span>Es eficaz y <i style="">no hace daño porque</i> </span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">ama su propia persona lo suficiente como para dejarla descansar en su verdad original, </span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">evitando<i style=""> que los profundos </i>(y artificiales)<i style=""> impulsos de sus entrañas entren en acción.</i><span style=""> </span>Gobierna, es decir, </span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">trata a la gente, <span style=""> </span>dirige los asuntos, lleva a cabo los proyectos, sin ofender a ninguno de los afectados,</span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"> <span style=""> </span></span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;">viendo todas las cosas madurar a su alrededor.<span style=""> </span></span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoNormal"><span style="font-family: "Franklin Gothic Book";"><o:p> </o:p></span></p> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-35331709610327696222009-01-27T16:34:00.000-08:002009-01-27T16:55:11.898-08:00Identidad Monástica<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcDJ-_HXXJnrDMsmnyhnw_4dRAN0tgxUXWH258_If83IH49OAX2Xa28q7691HGQaXYSTjZU8nSgE0J8IUCvc809FDOur9WDmQ1OH1t9djOKpsGgVLBsowHeX3fVNBOD28qXkIc/s1600-h/monje+trbajando.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcDJ-_HXXJnrDMsmnyhnw_4dRAN0tgxUXWH258_If83IH49OAX2Xa28q7691HGQaXYSTjZU8nSgE0J8IUCvc809FDOur9WDmQ1OH1t9djOKpsGgVLBsowHeX3fVNBOD28qXkIc/s400/monje+trbajando.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296141666114137570" /></a>
<br /><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link style="color: rgb(0, 0, 0);" rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CADMINI%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype style="color: rgb(0, 0, 0);" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName" downloadurl="http://www.microsoft.com"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Arial Unicode MS"; panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1 -369098753 63 0 4129279 0;} @font-face {font-family:Georgia; panose-1:2 4 5 2 5 4 5 2 3 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} @font-face {font-family:"\@Arial Unicode MS"; panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1 -369098753 63 0 4129279 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} p.MsoBodyText, li.MsoBodyText, div.MsoBodyText {margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; text-align:justify; line-height:150%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:Georgia; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">Si hubiera que darle un nombre a lo monástico entendido como un ingrediente o un matiz de la identidad humana, yo lo llamaría <b style=""><i style="">ritmo.</i></b><span style=""> </span>El monje, que todo ser humano <i style="">ES</i>, aspira a que su vida tenga el ritmo de Dios.<span style=""> </span><st1:personname productid="La Verdad" st="on">La Verdad</st1:personname> hecha carne no puede ser otra cosa que ritmo.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">El Diccionario de <st1:personname productid="la Lengua Espaola" st="on"><st1:personname productid="la Lengua" st="on">la Lengua</st1:personname> Española</st1:personname> da cuatro definiciones de ritmo: <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">1. Orden al que se sujeta la sucesión de los sonidos en la música. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">2. Ordenación armoniosa y regular, basada en los acentos y el número de sílabas, que puede establecerse en el lenguaje.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">3. Orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">4. Velocidad a que se desarrolla algo. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">Todo aquello que «no es verdad» no es otra cosa que una distorsión del ritmo.<span style=""> </span>Pero esto no quiere decir que exista un ritmo ideal e inamovible al cual todo lo que suceda deba sujetarse mecánica o moralistamente.<span style=""> </span>Afirmar que Dios es ritmo es sólo una forma de afirmar que Dios es silencio porque la interpretación simultanea de todos los ritmos posibles (es decir, lo que <i style="">hace</i> Dios: música) va más allá de cualquier posibilidad humana de percepción, nos desborda por completo.<span style=""> </span>Y frente al silencio no nos queda otra que obedecer aquello que se nos revela.<span style=""> </span>Una de las revelaciones del orden al que se sujeta la sucesión de los sonidos de la música divina es Jesús de Nazaret: una ordenación armoniosa y regular, basada en los acentos… que puede establecerse en el lenguaje.<span style=""> </span>Obedecer lo que se nos revela en Jesús de Nazaret es darle a nuestra vida un orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas: imprimirle la velocidad pertinente (verdadera) a nuestro propio desarrollo.<span style=""> </span>La verdad no es una imposición desde afuera, es la revelación de lo que sucede adentro, una manifestación, una epifanía, una interpretación musical de identidad.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family: Arial;">«En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte". El les respondió: "Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!». <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: right; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);" align="right"><span style="font-family: Arial;">(<span style="">Lucas 13,31-35)<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">Ante el avance de la muerte que lo quiere copar, los colmillos del zorro, el monje Jesús de Nazaret afirma su propio ritmo: </span><i style=""><span style="font-family: Arial;">hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.<span style=""> </span></span></i><span style="font-family: Arial;"><span style=""> </span>Con su ritmo, que es su manera de hacer vida, lo que defiende es el lugar en que «debe» morir: Jerusalén, precisamente aquel <i style="">que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados.<span style=""> </span></i>Y debe morir allí para ser eficaz, para que su fracaso humano, su imposibilidad de <i style="">reunir bajo sus alas a los pollitos, </i>haga que<i style=""> la casa les quede vacía, </i>es decir, desencadene un ritmo que anticipe ese día (que vendrá después pero que ya sucede) en que digan:<i style=""> ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!</i><span style=""> </span>Quien sabe vivir al ritmo que le permite morir en el lugar en que «debe» morir, aunque experimente la frustración y el vacío cosecha bendiciones.<span style=""> </span>Es lo que nos envía a que vayamos a decirle al zorro, nuestro propio camino hacia Jerusalén.<span style=""> </span>Un anuncio musical.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">El monje, mediante su fidelidad al ritmo que le revela Jesús de Nazaret, <span style=""> </span>siendo dócil al orden al que se sujeta la sucesión de los sonidos en la música que se le da, escoge todos los acentos, interpreta todas las posibilidades musicales: hace silencio, es eco de Dios.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">El desarrollo inarmónico y desacompasado de lo humano genera ritmos aparentes.<span style=""> </span>Es una manera de afirmar que en realidad niega.<span style=""> </span><i style=""><span style="">«Disparos sobre una idea», como dice Benjamín Constant del ingenio. Efectivamente, el ingenio mata la idea, el problema, la pregunta. Es la costumbre más nefasta que se pueda adquirir. Hay un automatismo del ingenio del que hay que huir como de la peste y del que es necesario curarse si uno llega a contraerlo. El ingenio es una debilidad, sobre todo cuando es premeditado, quiero decir, explotado. </span></i><span style="">(A. Artaud).<span style=""> </span>El ingenio que no está en sintonía con el modo de hacer de Dios no genera música sino ruido, interferencia, <i style="">es la costumbre más nefasta que se pueda adquirir.<span style=""> </span><o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">Ese <i style="">automatismo del ingenio</i> que es el sustento dinámico del tumor que hoy se llama «civilización» es la enfermedad de la que el monje intenta curarse.</span><span style="font-family: Arial;"><span style=""> </span>Sabe que en<i style=""><span style=""> el orden del espíritu, cualquier producción hecha sin necesidad es un pecado contra el espíritu </span></i><span style="">(A. Artaud), por eso se impone un ritmo dentro del cual todo lo que hace responde exclusivamente a una necesidad espiritual.<span style=""> </span>No cede ante su propia debilidad explotándose a si mismo en el sentido del tumor, se niega a ser cómplice.<span style=""> </span>La única premeditación que acepta es la de la revelación que se le hace. <span style=""> </span>Vive sólo el afán de cada día porque sabe que el resto es añadidura.<i style=""> <span style=""> </span></i>Es así como su ser genera el vacío que preña la realidad con la espera de la bendición. Así </span><i style="">reúne a los hijos de Jerusalén como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos.</i><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0);"><i style=""><span style="font-family: Arial;"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;">El monje opta por ser bendición, es el motivo de su obediencia.<span style=""> </span>Su ser es un vacío disponible dentro del cual Dios vuelve a tejer una sucesión armónica que tiene consecuencias «inesperadas» sobre la realidad.<span style=""> </span>Es así como construye, negándose a <i style="">matar la idea, el problema, la pregunta.</i><span style=""> </span>Por eso R. Panikkar puede afirmar que </span><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Quizá los nuevos monasterios deberían ser centros donde se estudie y se cultive la verdadera “construcción” del mundo… </span></i><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">realizando…<i style=""> un estudio contemplativo o una aproximación profunda a los problemas, de modo que no se consideren como simples cuestiones técnicas o como simples datos informativos, científicos o logísticos.<span style=""> </span>Los dilemas globales de hoy no están sujetos a soluciones inmediatas o técnicas.<span style=""> </span></i>El silencio del monje no es huida ni claudicación, es un estudio contemplativo, una aproximación profunda a los problemas, una forma de buscar soluciones sin considerar los dilemas globales de hoy como simples cuestiones técnicas o simples datos informativos, científicos o logísticos.<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Y continúa Panikkar: <i style="">aquí me siento impulsado a hacer una propuesta concreta…<span style=""> </span>Va en contra de mi estilo, porque la historia demuestra que las cuestiones de este calibre no pueden ser resueltas organizando comisiones, sino más bien con el esfuerzo y la experiencia de unas pocas almas valientes.<span style=""> </span>Quisiera transmitir la urgencia de construir una comisión o un grupo, o un simposio sobre la formación monástica en nuestro mundo contemporáneo.<span style=""> </span>Esto podría quizá crear la atmósfera propicia para que se produzca un cambio más existencial.<span style=""> </span>El tiempo no puede estar ya más maduro.<span style=""> </span></i>Más que la formación monástica en nuestro mundo contemporáneo, habría que decir la formación monástica del mundo contemporáneo.<i style=""> <o:p></o:p></i></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">El esfuerzo y la experiencia de esas pocas almas valientes ya está convocando a ese <i style="">simposio sobre la formación monástica en </i>(de)<i style=""> nuestro mundo contemporáneo.<span style=""> </span></i>La <i style="">madurez</i> del tiempo así lo impone.<span style=""> </span>Se nos ha encomendado la responsabilidad de <i style="">crear la atmósfera propicia para que se produzca un cambio más existencial, </i>somos los anfitriones.<i style=""><o:p></o:p></i></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></i></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><i style=""><span style="line-height: 150%; font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></i></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><i style=""><span style="font-family: Arial;">… en estos principios entiendo está todo el bien para lo de adelante; porque como hallan el camino, por él se van las de después.<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="text-align: right; color: rgb(0, 0, 0);" align="right"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Santa Teresa de Jesús<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Desde un punto de vista objetivo, vivimos un tiempo y unas circunstancias en las que apenas si alcanzaremos a ocuparnos de (nuevamente) principiar.<span style=""> </span>No somos gente que vaya a ver <i style="">lo de adelante.</i><span style=""> </span>El camino que seamos capaces de construir sólo lo notarán quienes vengan <i style="">después.</i><span style=""> </span>Es lo que una lectura mesurada y objetiva de los datos que se nos imponen nos dice que debemos esperar.<span style=""> </span>Sin embargo, hacer camino, así sea uno que por ahora tenga mucho de invisible, implica tomar opciones concretas cada día, y en tiempos tan confusos es imposible predecir qué desarrollo y qué resonancia inmediata pueden tener esas opciones.<span style=""> </span>Por ahí puede resultar que somos una generación destinada, en contra de todas sus evidencias, a ver el florecimiento de lo inesperado.<span style=""> </span>Es objetivo, irónicamente objetivo, permanecer abiertos también a esa posibilidad.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Éste es el pentagrama sobre el cual <st1:personname productid="La Fraternidad Mon£stica" st="on"><st1:personname productid="La Fraternidad" st="on">La Fraternidad</st1:personname> Monástica</st1:personname> del Sagrado Corazón tiene que ir colgando las notas de su propio aporte, en comunión con el gran desplazamiento espiritual que vive la humanidad y siendo fieles a las opciones que definen su identidad y vocación particular y que le permitirán <i style="">principiar</i> como estamos llamados a hacerlo.<span style=""> </span>Tenemos que ir generando una familia espiritual muy amplia, capaz de darle abrigo y alimento a una gran diversidad, pero capaz también de realizar fielmente todos los desplazamientos que ese principio -que no nos inventamos nosotros sino que nos es dado- nos señale como necesarios e innegociables.<span style=""> </span>En la práctica significa ser blandos y rígidos al mismo tiempo.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Lo que se nos ha dado y de lo cual somos responsables, es una semilla.<span style=""> </span>Nadie ha visto todavía cuál será la forma que tendrá esa planta, por eso, después de haber sembrado nos toca estar muy atentos a todo lo que brote del terreno porque no sabemos cuáles son los cuidados necesarios para llegar hasta el fruto.<span style=""> </span>A medida que crece tenemos que ir aprendiendo con ella, pero anticipándonos el mínimo suficiente y tomando previsiones para que los cambios inevitables del clima no la aplasten antes de que tenga un tamaño y una fuerza interna que le permitan defenderse sola.<span style=""> </span>Quizá sea un tipo de planta que germina fácilmente pero de la cual sólo están llamados a sobrevivir los brotes más fuertes, o puede ser lo contrario, un tipo de cultivo destinado a producir rápido e intensivamente.<span style=""> </span>No podemos instalarnos en nuestros propios gustos y expectativas porque nos haríamos muy lentos para acoger las sorpresas y novedades que nos salgan al paso, pero tampoco podemos olvidar que es en nuestro Ser más profundo donde reside la respuesta que Dios espera de nosotros.<span style=""> </span>No nos va a exigir lo que no somos, pero tampoco estamos seguros de saber lo que realmente somos.<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Sin embargo, tal parece que sólo después de pasar (minuciosamente) por la muerte somos capaces de entender que la única salida es caminar juntos.<span style=""> </span>Es lo que la historia nos señala.<span style=""> </span>Sea como sea las cosas deben hacerse a «nuestra» manera.<span style=""> </span>Todo medio para conseguir ese fin está justificado.<span style=""> </span>Al otro lado piensan lo mismo y usan los mismos medios justificándolos con sus propios argumentos.<span style=""> </span>Conclusión: uno de los dos debe morir.<span style=""> </span>Pero como ninguno de los dos muere, el sufrimiento, la destrucción y la muerte se extienden a su antojo.<span style=""> </span><b style="">No hay sino una manera eficaz de hacer opción por los pobres: haciendo opción por eso más grande que es lo único capaz de disolver la limitación humana: la misericordia.</b><i style=""><span style=""> </span></i>Eficacia en los términos más concretos socioeconómicos y políticos.<span style=""> </span>Para que los pobres mejoren lo que ponen en su plato cada día lo que hace falta no es ser más luchadores sino más «grandes».<span style=""> </span>Es el camino de Jesús de Nazaret.<span style=""> </span>O todo y todos avanzamos, o nada y ninguno avanza.<span style=""> </span>Es el gran dilema que, también como monjes, nos corresponde enfrentar hoy.<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">¿En qué consiste ser «grande»? <span style=""> </span>En no distraerse.<span style=""> </span>El problema son las distracciones.<span style=""> </span>Si cada ser humano permaneciera en «su» lugar, si no cediera a la tentación de ocupar otros lugares que no le corresponden, reinarían el orden y la armonía.<span style=""> </span>Cesaría la muerte.<span style=""> </span>Nuestro paso obligado por la muerte es el camino hacia la toma de posesión de nuestro lugar.<span style=""> </span>Cada uno de nosotros va a morir todas las veces que le hagan falta hasta cumplir ese objetivo.<span style=""> </span>En eso consiste vivir.<span style=""> </span>Lo único que existe es la vida, la muerte no es más que un síntoma de desorden.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Cuando Jesús decide callarse y no toma el camino de la lucha, de la resistencia, lo que hace es permanecer en <i style="">su</i> lugar.<span style=""> </span>Las consecuencias que los otros le obligan a cargar por ello, la cruz, son el resultado de su ignorancia: <i style="">no saben lo que hacen.</i><span style=""> </span>El que se deja manipular por la ignorancia de los demás, se distrae, parece que reacciona, que lucha, podría tener argumentos para defenderse, pero en realidad lo que hace es ceder al desorden, permitir que la muerte suceda y le suceda.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">La medida de la fidelidad al propio lugar, es decir, la medida de la propia grandeza (de la propia santidad) es la que determina nuestra capacidad real de construir, de hacer vida.<span style=""> </span>Ser «grandes» (ser santos) en un mundo habitado por seres que en su mayoría <i style="">no saben lo que hacen,</i> implica ser capaces de cargar con las consecuencias de un desencuentro permanente: cargar con la cruz.<span style=""> </span>No es un asunto de coraje, es un asunto de lucidez espiritual, de fidelidad al propio lugar.<span style=""> </span>Es así como vivimos nuestra ciudadanía espiritual en Jerusalén.<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><i style=""><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Estamos en un mundo que es menester pensar lo que pueden pensar de nosotros para que hagan efecto nuestras palabras.<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoBodyText" style="text-align: right; color: rgb(0, 0, 0);" align="right"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Teresa de Jesús<o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">¡Ay Teresa, qué cosas dices!<span style=""> </span>Entonces hay que lograr que lo que <i style="">puedan pensar de nosotros</i> sea lo «necesario», según la situación y los interlocutores, para que <i style="">hagan efecto nuestras palabras.</i><span style=""> </span>He ahí la necesidad de que nuestro lenguaje espiritual tenga los <i style="">acentos</i> necesarios para que lo que anunciamos haga efecto.<span style=""> </span>Quien convence es el Ser, y un Ser es una determinada acentuación. En el imperio de los disfraces, de las manipulaciones mediáticas, no nos queda otra que ser capaces de pasar, con nuestro ser, por encima de los ropajes del otro, para establecer comunicación con su ser, porque sólo a ese nivel se puede dar un verdadero diálogo.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Eso quiere decir que se puede dar perfectamente el caso de estar comunicándonos muy profundamente con otro que cree o piensa que no se está comunicando con nosotros, o incluso que somos sus enemigos.<span style=""> </span>No sabemos en quién nuestras palabras harán efecto realmente, es decir, no serán sólo intercambio de ropajes, de apariencias, sino sacramento, comunión.<span style=""> </span>Y muchos de quienes creen o piensan estarse comunicando porque usan entre ellos muchas palabras, pueden estar en realidad a años luz de encontrarse.<span style=""> </span>Nunca se sabe con quien uno se está realmente comunicando porque las resonancias y sintonías que surgen entre los diferentes acentos, entre los diferentes seres, se nos escapan.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">Por eso, cuando lo interpelan diciéndole: <i style="">-Oye, tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablar contigo,</i> Él contestó: <i style="">¿quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?<span style=""> </span></i>Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: Aquí<i style=""> están mi madre y mis hermanos.<span style=""> </span>Porque cualquiera que pone por obra el designio de mi Padre del cielo, ése es hermano mío y hermana y madre</i> (Mat. 12, 47-50)<i style="">. </i><span style=""> </span>Es una corrección espiritual de formas.<span style=""> </span>Hacer la voluntad de Dios es lo que nos permite la manifestación real de nuestro ser.<span style=""> </span>Por eso sólo quienes hacen la voluntad de Dios son dueños de su ser y pueden establecer comunicación, aunque en el plano de las apariencias humanas no den señales de estarse comunicando.<span style=""> </span>Es a ese nivel que se desarrollan nuestros verdaderos parentescos, que hacemos parte de una «familia».<span style=""> </span>Por eso, a pesar de que en esa circunstancia concreta pareciera que la comunicación entre Jesús y su madre se cuestionara, incluso que se rompiera, nadie como ellos estaban en una más plena comunicación en el sentido de que ponían por obra, fielmente, el designio del Padre sobre cada uno.<span style=""> </span>Son técnicas monásticas, contemplativas, de comunicación, que como anfitriones de ese simposio tenemos que saber utilizar.<span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p><p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD"><o:p>
<br /></o:p></span></p> <p style="color: rgb(0, 0, 0);" class="MsoBodyText"><span style="font-family: Arial;" lang="ES-TRAD">¡Vamos a morir a Jerusalén!<o:p></o:p></span></p> Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-6527172123562781662008-10-09T09:24:00.000-07:002008-11-03T16:38:07.451-08:00Para AnaLa cita está en el libro de las Fundaciones, Cap. 8Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-14973379307126451412007-07-23T15:11:00.000-07:002009-02-02T09:07:34.779-08:00Viajeros...<span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-size:100%;" ><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg86DNMyXKFCwOSZdzvYbMIrYuFdzvv-2UeqvdEJLfRtugCzn1iGlJkxKXPGlGJ6WYAmLIGwvLhS4Xnsi1OmXgci0Qfpl5cwaBo2Rwh3lAI8NYShOuXeGGrCRCPOfKn6-kB8mzF/s1600-h/6.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg86DNMyXKFCwOSZdzvYbMIrYuFdzvv-2UeqvdEJLfRtugCzn1iGlJkxKXPGlGJ6WYAmLIGwvLhS4Xnsi1OmXgci0Qfpl5cwaBo2Rwh3lAI8NYShOuXeGGrCRCPOfKn6-kB8mzF/s400/6.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5090519249078513074" border="0" /></a></span> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;" align="center"><i style=""><span style="line-height: 150%;font-size:14;" ><br /></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;" align="center"><i style=""><span style="line-height: 150%;font-size:14;" >«Los viajes son los viajeros. <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;" align="center"><i style=""><span style="line-height: 150%;font-size:14;" >Lo que vemos no es lo que vemos,<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;" align="center"><i style=""><span style="line-height: 150%;font-size:14;" >Sino lo que somos»</span></i><span style="line-height: 150%;font-size:11;" > <o:p></o:p></span></p><br /><br /><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;" align="center"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;" align="center"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">En una pared del centro de Cochabamba alguien escribió este graffiti: <i style="">«La confusión es clarísima, tenemos que solucionar la crisis».</i><span style=""> </span>En sintonía con este graffiti<span style=""> </span>y respondiendo al tema de nuestro encuentro: <i style="">«<span style="">Ser contemplativo hoy en la realidad de Bolivia», </span></i><span style="">Carlos de Foucauld hubiera podido escribir en una pared vecina su propia versión contemplativa:</span> <i style="">Es la gracia de Jesús la que lo hace todo, pero, aunque hay que contar con ella, hace falta también encontrar los medios que nos parezcan adecuados.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><i style=""><o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">En este primer párrafo está dicho todo, pero para que los científicos no se sientan ofendidos démosle también la oportunidad de hablar:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">«E</span><span style="line-height: 150%;">n la última década, ha aparecido un “movimiento” intelectual y académico denominado “<i>transdisciplinariedad</i>”, el cual desea ir “<i>más</i> <i>allá</i>” (<i>trans</i>), no sólo de la unidisciplinariedad, sino también, de la <i>multi</i>disciplinariedad y de la interdisciplinariedad.<span style=""> </span>Aunque la idea central de este movimiento no es nueva, su intención es superar la<i> parcelación y fragmentación del conocimiento</i> que reflejan las disciplinarias particulares y su consiguiente hiperespecialización, y, debido a esto, su <i>incapacidad</i> para comprender las complejas realidades del mundo actual, las cuales se distinguen, precisamente, por la multiplicidad de los nexos, de las relaciones y de las interconexiones que las constituyen.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Las realidades del mundo actual se han ido volviendo cada vez más complejas. A lo largo de la segunda parte del siglo XX y, especialmente, en las últimas décadas, las interrelaciones y las interconexiones de los constituyentes biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales y ecológicos, tanto a nivel de las naciones como a nivel mundial, se han incrementado de tal manera, que la investigación científica clásica y tradicional <span style=""> </span>se ha vuelto corta, limitada e insuficiente para abordar estas nuevas realidades. Han revelado su insuficiencia, sobre todo, los enfoques <i>unidisciplinarios </i>o <i>monodisciplinarios, </i>es decir, aquellos que, con una visión <i>reduccionista, </i>convierten todo lo nuevo, diferente y complejo, en algo más simple y corriente, quitándole su novedad y diferencia y convirtiendo el futuro en pasado. De esta manera, se cierra el camino a un progreso originario y creativo, y se estabiliza a la generación joven en un estancamiento mental.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">En las últimas décadas, en efecto, un limitado número de académicos ha enfrentado este problema, en las universidades más progresistas del planeta, iniciando, primero, unos estudios <i>multidisciplinarios, </i>luego, estudios <i>interdisciplinarios </i>y, finalmente, estudios <i>transdisciplinarios</i> o <i>metadisciplinarios; </i>es decir, estudios que ponen el énfasis, respectivamente, en la <i>confluencia </i>de saberes, en su <i>interacción e integración </i>recíprocas, o en su <i>transformación y superación.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">El acometer esta tarea no es cosa fácil. Tiene dificultades de muy diversa naturaleza. La primera y más importante de todas es la referida al <i>lenguaje. </i>Las realidades nuevas no pueden ser designadas o nombradas con términos viejos, pues, al hacerlo, se pierde la comprensión y la comunicación de su novedad y, sencillamente, ¡no nos entendemos! Esto es lo que le pasó a los físicos, a principios del siglo XX, al descubrir toda la dinámica de la mecánica cuántica, irreducible a los términos de la física newtoniana anterior. Necesitamos acuñar <i>términos nuevos, </i>o redefinir los ya existentes, generar nuevas metáforas que revelen las nuevas interrelaciones y perspectivas, para poder abordar estas realidades que desafían nuestra mente inquisitiva. Y no sólo los términos para designar partes, elementos, aspectos o constituyentes, sino, y sobre todo, la <i>metodología</i> para enfrentar ese mundo nuevo y la <i>epistemología</i> en que ésta se apoya y le da significado, lo cual equivale a sentar las bases de un <i>nuevo paradigma científico.» </i><span style="">[<span style="">Miguel Martínez Mígueles.<span style=""> </span>Transdisciplinariedad: un enfoque para la complejidad del mundo actual]</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""><span style=""><o:p></o:p></span></span></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">¡Quién creyera entonces lo cerca que estamos hoy los contemplativos de los científicos!<span style=""> </span>Aprovechando ese parentesco y aceptando la invitación a abrirnos a nuevos lenguajes y metáforas podríamos afirmar que la espiritualidad de Carlos de Foucauld aspira a ser hoy una espiritualidad <i>transdisciplinaria.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"> <span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Carlos de Foucauld es un hombre complejo.<span style=""> </span>Pretender negar o atenuar la complejidad de su espiritualidad con la intención de afirmar una supuesta sencillez evangélica es, como lo diría nuestro primo científico: <i style="">convertir todo lo nuevo, diferente y complejo, en algo más simple y corriente, quitándole su novedad y diferencia y convirtiendo el futuro en pasado. De esta manera, se cierra el camino a un progreso originario y creativo, y se estabiliza a la generación joven en un estancamiento mental.<span style=""> </span></i>La eficacia del método evangelizador de Carlos de Foucauld, Nazaret, el «apostolado de la bondad», se afirma no en un esfuerzo de rigor moralista sino en una lucidez humana que casi nunca se explicita con la suficiente fuerza: <i style="">Los indígenas nos reciben bien.<span style=""> </span>Pero esto no es sincero: ceden ante la necesidad.<span style=""> </span>¿Cuánto tiempo necesitan para que sean reales los sentimientos que simulan?<span style=""> </span>Quizá no los tengan jamás.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><i style=""><span style=""> </span></i><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Este hecho, este no hacerse ilusiones con respecto a los “buenos sentimientos” que pudieran despertar en los otros todo su esfuerzo de bondad, no le impide establecer con ellos un tipo de comunicación descrita muy bien por su amigo el general Laperrine que se irritaba con quienes lo criticaban por no «evangelizar»: <i style="">¿Y sus conversaciones? ¿Y su ropa? Cuando alguien se presenta ante la puerta de la ermita, fray Carlos aparece, con la mirada llena de serenidad y la mano tendida, envuelto en una túnica blanca, en la cual hay cosido un corazón rojo coronado por una cruz. Esa imagen del Sagrado Corazón proclama la fe de ese hombre blanco, y toda su vida pone de manifiesto el Evangelio. Los indígenas no se equivocan.<span style=""> </span></i>Volviendo a nuestro parentesco con ese limitado número de académicos que está enfrentado este problema de la complejidad en las universidades más progresistas del planeta, podríamos entender en la afirmación del general Laperrine que la espiritualidad de Carlos de Foucauld <i style="">no sólo tiene términos para designar partes, elementos, aspectos o constituyentes, sino, y sobre todo, es una <span style="">metodología</span> para enfrentar ese mundo nuevo… lo cual equivale a sentar las bases de un <span style="">nuevo modelo de espiritualidad.</span></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><i style=""><o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Partiendo de aquí podríamos afirmar que el énfasis de la manera novedosa que tiene Carlos de Foucauld de evangelizar, su eficacia espiritual (que a nosotros nos gusta llamar «eficacia eucarística»), no está en ser muy riguroso en la explicitación y observancia de determinado código moral, o muy «religioso» en cuanto a actos de piedad o devoción, sino en saberse colocar de tal manera que <i style="">los otros no se equivoquen.<span style=""> </span></i>Ésa es su manera de comunicar <st1:personname productid="la Buena" st="on">la Buena</st1:personname> Nueva, que en términos cristianos llamamos evangelización.<i style=""> </i>Ésa es también, volviendo a nuestro graffiti inicial, su forma de aportar para <i style="">solucionar la crisis… </i>aunque quizá nunca logre despertar en los demás unos bonitos sentimientos que le permitan alimentar la ilusión de que <i style="">no ceden ante él por pura necesidad.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">¿De qué sirve una evangelización triunfalista realizada en base a grandes obras sociales o a la multiplicación de sacramentos si al final lo que logramos con todo ese alboroto es que <i style="">los indígenas se equivoquen…?</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><i style=""><o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Si nos ceñimos a la objetividad del lenguaje es evidente que la confusión es precisamente lo contrario a la claridad.<span style=""> </span>Sin embargo, en la perspectiva de <i style="">generar nuevas metáforas que revelen nuevas interrelaciones y perspectivas,</i> nuestro graffiti puede afirmar sin ningún pudor que en <st1:personname productid="la Bolivia" st="on">la Bolivia</st1:personname> del año 2007 la <i style="">confusión es clarísima.</i><span style=""> </span>No es una afirmación novedosa, es lo mismo que se ha venido repitiendo durante los últimos años refiriéndose, con sus propios condimentos locales, no sólo a la realidad boliviana sino mundial: es la humanidad entera la que atraviesa una <i style="">confusión clarísima.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">En ese contexto, de lo que se trata, para nosotros contemplativos, es de sabernos colocar en esa realidad de tal manera que quienes toquen a nuestra puerta puedan escuchar aquello que estamos llamados (y obligados) a comunicar, es decir, <i style="">no se equivoquen,</i> y para ello <i style="">tenemos que encontrar los medios que sean realmente adecuados.</i><span style=""> </span>¿Qué es lo que estamos llamados y obligados a comunicar?<span style=""> </span>Pues que <i style="">Es la gracia de Jesús la que lo hace todo.<span style=""> </span></i>Como lo esperaba Carlos de Foucauld de sus posibles compañeros de aventura:<i style=""> …Viéndolos se debe ver en qué consiste la vida cristiana, qué es la religión cristiana, qué es el Evangelio, quién es Jesús… deben ser un Evangelio vivo: las personas alejadas de Jesús, deben, sin libros ni palabras, conocer el Evangelio por su manera de vivir.</i><span style=""> </span>Estamos llamadas y llamados a mostrarnos, a revelarnos a nosotros mismos.<span style=""> </span>Ésa es nuestra manera eficaz de enfrentar la <i style="">crisis.<span style=""> </span></i>Y no son nuestras palabras ni nuestros libros los que nos revelan, es <i style="">nuestra manera de vivir.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><i style=""><o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Sin embargo, quien hoy se atreve a vivir con la puerta abierta se halla frente a una realidad que cada día que pasa se hace más compleja, constituida por múltiples relaciones, interconexiones y nexos.<span style=""> </span>Como se afirmaba más arriba: <i style="">Las realidades del mundo actual se han ido volviendo cada vez más complejas. A lo largo de la segunda parte del siglo XX y, especialmente, en las últimas décadas, las interrelaciones y las interconexiones de los constituyentes biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales y ecológicos, tanto a nivel de las naciones como a nivel mundial, se han incrementado de tal manera, que la investigación científica clásica y tradicional<span style=""> </span>se ha vuelto corta, limitada e insuficiente para abordar estas nuevas realidades</i>.<span style=""> </span>Exactamente lo mismo podríamos afirmar en términos religiosos: <i style="">nuestra espiritualidad clásica y tradicional se ha vuelto corta, limitada e insuficiente para abordar estas nuevas realidades.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">¿Cómo hallar una manera de vivir que nos permita ser una revelación viva de <i style="">la manera como HOY la gracia de Jesús lo hace todo?</i><span style=""> </span>¿Cómo desarrollar un lenguaje que de cuenta de la novedad compleja del Evangelio en el centro mismo de una realidad que nos desborda y que se multiplica en todas las direcciones posibles con una rapidez cancerosa?</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Esa respuesta no nos la puede dar una palabra, un libro, una doctrina.<span style=""> </span>Sólo una persona que haya sido capaz de hacer de sí mismo la revelación más plena posible de la divinidad en el centro mismo de lo humano podría comunicarnos esa experiencia.<span style=""> </span>Esa persona es para nosotros Jesús de Nazaret, quien a pesar de contar a su favor con el hecho y la gracia de ser Hijo de Dios, tuvo también que encontrar, con sus propios recursos humanos, <i style="">los medios que le parecieron adecuados.</i><span style=""> </span>Invitándonos a ese itinerario espiritual, Carlos de Foucauld nos sugiere: <i style="">Expulsar lejos de nosotros el espíritu militante… leyendo y releyendo sin cesar el Santo Evangelio para tener siempre delante de nosotros el espíritu, los actos, las palabras, los pensamientos de Jesús, para pensar, hablar y actuar como Jesús.</i><i style=""><span style=""> </span></i>Y con su realismo habitual también nos recuerda que:<i style=""> Esto tendrá inconvenientes, pero es mejor obedecer a Dios antes que a los hombres.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">La pregunta, en palabras de Carlos de Foucauld, sería ¿<i style="">cómo pensar, hablar y actuar como Jesús de Nazaret lo haría para vivir el anuncio de <st1:personname productid="la Buena Nueva" st="on"><st1:personname productid="la Buena" st="on">la Buena</st1:personname> Nueva</st1:personname> en medio de la complejidad de <st1:personname productid="la Bolivia" st="on">la Bolivia</st1:personname> de hoy?</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Pienso no ser exagerado al afirmar que Bolivia, corazón de América Latina, es un lugar privilegiado para realizar la búsqueda (la investigación) de una manera radicalmente novedosa de vivir.<span style=""> </span>Aquí, desde el punto de vista humano y espiritual, contamos gratuitamente con informaciones que en muchos lugares el mundo ya han sido casi abolidas de la memoria de los seres humanos.<span style=""> </span>Frente a la aparente pobreza de Bolivia y la aparente riqueza el mundo ultra tecnificado, habría que recordar lo que dice el escritor Manuel Vásquez Montalbán:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">Inútil escrutar tan alto cielo; <o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">inútil cosmonauta el que no sabe el nombre de las cosas que le ignoran, <o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">el color del dolor que le mata; <o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">inútil cosmonauta el que contempla estrellas para no ver las ratas.</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">El problema es que desde hace un buen tiempo ya nuestra comprensión de lo que es «radical» y lo que es «novedad» se viene revelando como vieja, caduca, insuficiente. <span style=""> </span>Se habla por ejemplo de cosas como una <i style="">nueva evangelización</i> pero en realidad lo que se hace es regresar a metodologías que afirman lo más viejo de la vieja evangelización.<span style=""> </span><span style=""> </span>Se quiere volver a preñar de significado ciertas palabras pero <i style="">convirtiendo todo lo nuevo, diferente y complejo, en algo más simple y corriente, quitándole su novedad y diferencia y convirtiendo el futuro en pasado.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"> <span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Gabriel García Márquez pronunció este discurso el 8 de marzo de 1999, en la sesión inaugural del foro América Latina y el Caribe frente al Nuevo Milenio, llevado a cabo en París:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;" align="center"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Ilusiones para el Siglo XXI</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;" align="center"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«El escritor italiano Giovanni Papini enfureció a nuestros abuelos en los años cuarenta con una frase envenenada: "América está hecha con los desperdicios de Europa". Hoy no sólo tenemos razones para sospechar que es cierto, sino algo más triste: que la culpa es nuestra.</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">Simón Bolívar lo había previsto, y quiso crearnos la conciencia de una identidad propia en una línea genial de su Carta de Jamaica: "Somos un pequeño género humano". Soñaba, y así lo dijo, con que fuéramos la patria más grande, más poderosa y unida de la tierra. Al final de sus días, mortificado por una deuda de los ingleses que todavía no acabamos de pagar, y atormentado por los franceses que trataban de venderle los últimos trastos de su revolución, les suplicó exasperado: "Déjennos hacer tranquilos nuestra Edad Media".</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">Terminamos por ser un laboratorio de ilusiones fallidas. Nuestra virtud mayor es la creatividad, y sin embargo no hemos hecho mucho más que vivir de doctrinas recalentadas y guerras ajenas, herederos de un Cristóbal Colón desventurado que nos encontró por casualidad cuando andaba buscando las Indias.</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">(…)<br /></span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><br />A ustedes, soñadores… les corresponde la tarea histórica de componer estos entuertos descomunales. Recuerden que las cosas de este mundo, desde los transplantes de corazón hasta los cuartetos de Beethoven estuvieron en la mente de sus creadores antes de estar en la realidad. No esperen nada de siglo XXI, que es el siglo XXI el que los espera todo de ustedes. Un siglo que no viene hecho de fábrica sino listo para ser forjado por ustedes a nuestra imagen y semejanza, y que sólo será tan glorioso y nuestro como ustedes sean capaces de imaginarlo.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Siguiendo el hilo de este discurso, y haciéndolo sonar en el centro mismo de la actual complejidad de la realidad boliviana, podríamos afirmar con Carlos de Foucauld que: <i style="">Si no somos capaces de que estos pueblos se unan a nosotros, nos rechazarán.<span style=""> </span></i>Desde luego, nosotros no venimos de afuera, no somos extranjeros, <i style="">estos pueblos</i> somos nosotros mismos que estamos llamados a ser <i style="">capaces de unirnos a nosotros mismos, </i>a nuestra propia y rica complejidad,<i style=""> </i>para<i style=""> </i><i style="">dejar de rechazarnos, porque Hoy tenemos razones para sospechar que la culpa de ese rechazo es en gran parte nuestra.<span style=""> </span></i>No es otro el objetivo que hasta ahora ha tenido, y que por siempre tendrá, el proceso de Formación y Vida de <st1:personname productid="la Fraternidad" st="on">la Fraternidad</st1:personname> de Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld: <i style="">Liberar nuestra virtud mayor, la creatividad. <span style=""> </span></i>La gracia de Jesús que lo hace todo no es otra que nuestra propia gracia de Hijas e Hijos de Dios.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Evo Morales, en su discurso de posesión como presidente, recordaba:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">“Quiero decirles, para que sepa la prensa internacional, a los primeros aymaras, quechuas que aprendieron a leer y escribir, les sacaron los ojos, cortaron las manos para que nunca más aprendan a leer, escribir. Hemos sido sometidos, ahora estamos buscando cómo resolver ese problema histórico, no con venganzas, no somos rencorosos.</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">Estamos acá para decir, basta a la resistencia. De la resistencia de 500 años a la toma del poder para 500 años, indígenas, obreros, todos los sectores para acabar con esa injusticia, para acabar con esa desigualdad, para acabar sobre todo con la discriminación, opresión donde hemos sido sometidos como aymaras, quechuas, guaraníes.”</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Como contemplativas y contemplativos podemos asumir plenamente la afirmación de que <i style="">Estamos acá para decir, basta a la resistencia. </i><span style=""> </span>El contemplativo es precisamente alguien que en comunión con el gesto eucarístico de Jesús de Nazaret, hace el tránsito de la resistencia al poder. <span style=""> </span>Pero no es un tránsito inocente, políticamente neutro, es un tránsito que se hace desde aquellos a quienes <i style="">les sacaron los ojos, cortaron las manos para que nunca más aprendan a leer, escribir. </i><span style=""> </span>Es dentro de esa dinámica, que no es otra que la de la misericordia, que Carlos de Foucauld, aún sabiendo que<i style=""> esto tendrá inconvenientes, </i>busca los<i style=""> lugares perfectos para la toma de contacto, </i>para<i style=""> establecerse en pleno centro de los campamentos.<span style=""> </span></i>Es así como se explica la eficacia eucarística de su metodología de evangelización: <i style="">Expulsar lejos de nosotros el espíritu militante… leyendo y releyendo sin cesar el Santo Evangelio para tener siempre delante de nosotros el espíritu, los actos, las palabras, los pensamientos de Jesús, para pensar, hablar y actuar como Jesús.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">En el Discurso al Primer Congreso Constituyente de Bolivia, el 25 de mayo de 1826, Simón Bolívar exclamaba:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">« ¡Legisladores! Vuestro deber os llama a resistir el choque de dos monstruosos enemigos que recíprocamente se combaten, y ambos os atacarán a la vez: la tiranía y la anarquía forman un inmenso océano de opresión, que rodea a una pequeña isla de libertad, embestida perpetuamente por la violencia de las olas y de los huracanes, que la arrastran sin cesar a sumergirla. Mirad el mar que vais a surcar con una frágil barca, cuyo piloto es tan inexperto.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">La validez y actualidad de sus palabras, dirigidas hoy, 181 años después a <st1:personname productid="la Asamblea Constituyente" st="on"><st1:personname productid="la Asamblea" st="on">la Asamblea</st1:personname> Constituyente</st1:personname> de Sucre, es evidente.<span style=""> </span>Los dos mismos monstruos desatados: la tiranía y la anarquía, continúan atacándonos a la vez.<span style=""> </span>Seguimos intentando surcar el mar en una frágil barca, y, como se empeñan en remarcar cada día los medios de comunicación: <i style="">nuestro piloto es inexperto…</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"> <span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Frente a esta realidad que algunos días puede parecer destinada ineludiblemente al caos, caen bien algunas afirmaciones del pensador Edgar Morin:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">« ¿Civilizar <st1:personname productid="la Tierra" st="on">la Tierra</st1:personname>? ¿Pasar de la especie humana a la humanidad? ¿Pero qué esperar del Homo sapiens demens? ¿Cómo ocultar el gigantesco y terrorífico problema de las carencias del ser humano? En todo tiempo, por todas partes, dominación y explotación han predominado sobre la ayuda mutua y la solidaridad; en todo tiempo, por todas partes, el odio y el desprecio han predominado sobre la amistad y la comprensión, por todas partes las religiones de amor y las ideologías de fraternidad han aportado más odio e incomprensión que amor y fraternidad.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«Debemos superar la repulsión ante lo que no se adecua a nuestras normas y tabúes, y superar la enemistad contra el extranjero, sobre el que proyectamos nuestros temores a lo desconocido y lo extraño. Ello exige un esfuerzo recíproco procedente de ese extranjero, pero hay que comenzar por comenzar...»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«Las únicas resistencias están en las fuerzas de cooperación, comunicación, comprensión, amistad, comunidad, amor, siempre que estén acompañadas por la perspicacia y la inteligencia, cuya ausencia puede, por el contrario, favorecer las fuerzas de la crueldad... Son siempre las más débiles, pero gracias a ellas hay sociedades vivibles, familias amantes, amistades, amores, abnegaciones, caridades, compasiones, entusiasmos y, gracias a ellas, de caos en tumbo, de tumbo en caos, el mundo funciona, caín-sinamente sin verse total y permanentemente sumergido por la barbarie. Estas virtudes comportan en sí mismas crueldad para quien les es exterior, antagonista o simplemente indiferente, pero son ellas las que hacen vivible la vida, no deseable la muerte; son ellas las que, en el nivel de los humanos, mantienen lo que hay de más precioso y que, al mismo tiempo, es lo más mortal y amenazado, y el amor por encima de todo.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«Estas débiles fuerzas son las que nos permiten creer en la vida, y la vida lo que nos permite creer en estas débiles fuerzas. Sin ellas, sólo habría el horror de la pura coerción, de la destrucción en masa, de la desintegración generalizada. La peor crueldad del mundo y lo mejor de la bondad del mundo están en el hombre.»<br /></span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«Debemos resistirnos a lo que separa, a lo que desintegra, a lo que aleja, sabiendo que la separación, la desintegración, el alejamiento ganarán la partida. La resistencia es lo que acude en ayuda de esas débiles fuerzas, es lo que defiende lo frágil, lo perecedero, lo hermoso, lo auténtico, el alma. Es lo que puede abrir una brecha en el caparazón de la indiferencia para, de sonrisa en sonrisa, consolar los llantos. Sonreír, reír, bromear, jugar, acariciar, abrazar es también resistir.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«Resistir, resistir primero a nosotros mismos, nuestra indiferencia y nuestra falta de atención, nuestro cansancio y nuestro desaliento, nuestros malos impulsos y mezquinas obsesiones. Resistir por/para/con amistad, caridad, piedad, compasión, ternura, bondad. La resistencia a la crueldad del mundo debe intentar mantener la unión en la separación, atar lo que es libre dejándolo libre, provocar el arrepentimiento concediendo el perdón.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«La aventura sigue siendo desconocida. Tal vez la era planetaria se hunda antes de haber podido florecer. Tal vez la agonía de la humanidad sólo produzca muerte y ruinas. Pero lo peor no es seguro todavía, no todo está todavía decidido. Sin que exista por ello certidumbre, ni siquiera probabilidad, hay posibilidad de un porvenir mejor.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«La tarea es inmensa e incierta. No podemos sustraernos a la desesperanza, ni a la esperanza. La misión y la dimisión son igualmente imposibles. Debemos armarnos de una «ardiente paciencia». Estamos en vísperas, no de la lucha final, sino de la lucha inicial.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;">«Proseguir el esfuerzo cósmico desesperado que, en el humano, toma la forma de una resistencia a la crueldad del mundo es lo que yo denominaría esperanza.»</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Lo expresado hasta aquí es un buen resumen de lo que hoy en Bolivia estamos llamadas/os a vivir como Fraternidad de Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld. Es nuestro aporte contemplativo.<span style=""> </span>Dicho en otras palabras: un contemplativo es alguien que, mediante la experiencia de su propio ser de Hija o Hijo de Dios, HACE la claridad en medio de la confusión y soluciona la crisis.<span style=""> </span>En palabras de Carlos de Foucauld: <i>Veamos las cosas como son, a la gran luz de la fe, que ilumina nuestros pensamientos con una claridad tan luminosa que nos hace ver las cosas con una visión diferente de la de las pobres almas del mundo. La costumbre de mirar las cosas a la luz de la fe nos eleva por encima de la niebla y el barro de este mundo y nos transporta a otra atmósfera, a pleno sol, a una calma serena, a una paz luminosa, por encima de la región de las nubes, los vientos y las tempestades, fuera de la zona del crepúsculo y de la noche.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">El ver del contemplativo no es teoría, su ver es el hecho de implicarse.<span style=""> </span>¿Implicarse en qué?<span style=""> </span>En todo.<span style=""> </span>¿Qué es todo?<span style=""> </span>Todo es desde lo más pequeño, cotidiano y aparentemente intrascendente, hasta lo más grande, global y complejo.<span style=""> </span>Desde la forma de cocinar la sopa del día hasta las investigaciones científicas y sociales más especializadas, pasando por toda la gama posible de las creaciones artísticas y técnicas.<span style=""> </span>Para eso no hace falta colocarse en un lugar especial o privilegiado, no hace falta tener colgada en la pared del living una colección impresionante de títulos universitarios, basta con echar raíces en el metro cuadrado de tierra que la vida nos impone.<span style=""> </span>El hecho de implicarse no es señal de ningún tipo de autosuficiencia, de mérito o de seguridad humana. <span style=""> </span>Lo que damos como contemplativos es algo que sólo es real en el momento mismo de darse, de comunicarse. Un paso más allá lo perdemos, volvemos a estar desnudos.<span style=""> </span>El contemplativo no es objeto de nada, no le aporta «peso» a la realidad, no estorba de ninguna manera: <i style="">La virtud del contemplativo es que dispensa de sus virtudes a los demás; su virtud positiva es a fin de cuentas la de Dios, que él realiza en su visión </i>(Frithjof Schuon)<i style="">.<span style=""> </span></i>No se implica porque sea o se sienta capaz de dar una respuesta, se implica porque no selecciona, lo acoge y lo acepta todo: se asume como implicado… y ésa es precisamente la respuesta.<span style=""> </span>Mientras menos capacidades humanas tenga para justificarse la intensidad de su eficacia contemplativa será mayor. Su único premio, si es que se puede llamar así, consiste en que, como dice Santo Tomás:<i style=""> Es más perfecto iluminar que ver la luz solamente, y comunicar a los demás lo que se ha contemplado, que sólo contemplar</i>.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><i style=""><o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">En su camino de búsqueda de mejores condiciones de vida para sus mayorías tradicionalmente discriminadas y empobrecidas, Bolivia vive hoy, sin duda, una gran crisis.<span style=""> </span>La solución a esa crisis, de una complejidad enorme, no es nada fácil.<span style=""> </span>En eso todos estamos de acuerdo (aunque es un acuerdo interiormente preñado de desacuerdos). Lo que pasa allí, en el centro de esa crisis es ese Todo al cual somos enviados como contemplativos: nuestro lugar de misión.<span style=""> </span>Dadas las condiciones de globalización que para bien y para mal vive hoy la humanidad, que no podemos evitar de ninguna manera, es un hecho que gran parte de las fuerzas que determinarán nuestro destino en medio de la crisis se nos imponen desde afuera y lo único que podemos hacer es tratar de establecer con ellas una negociación que nos resulte favorable.<span style=""> </span>Es lo que con mayor o menor sabiduría intenta hacer el actual gobierno.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Sin embargo, a pesar de todos los condicionamientos externos disponemos de un ingrediente original que hace parte de ese tesoro que de maneras muy diversas han sabido mantener vivo todos aquellos que han quedado puerta fuera del banquete excluyente de la prosperidad.<span style=""> </span>Los aparentemente vencidos y echados fuera, tejen, la mayoría de veces sin ser concientes de ello, una propuesta distinta de humanidad, un ser humano nuevo.<span style=""> </span><span style=""> </span>Y a los dueños del poder les interesa que sigan ignorándolo.<span style=""> </span>Para describir ese ingrediente original, nuestra participación en esa semilla de nueva humanidad, vamos a utilizar aquí una expresión de San Juan de <st1:personname productid="la Cruz" st="on">la Cruz</st1:personname>: <i style="">una chispa de puro amor es más preciosa ante Dios, más útil para el alma y más rica en bendiciones para <st1:personname productid="la Iglesia" st="on">la Iglesia</st1:personname> que todas las obras piadosas juntas, aun cuando, según las apariencias, uno no haga nada.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Con estas treinta y ocho palabras San Juan de <st1:personname productid="la Cruz" st="on">la Cruz</st1:personname> nos regala el manual más perfecto posible de eficacia contemplativa.<span style=""> </span>El único objetivo que para nosotros tiene sentido es vivir esa <i style="">chispa de puro amor.</i><span style=""> </span>Suena fácil, tendemos muy rápidamente a identificar esa chispa con aquellos sentimientos que consideramos espontáneamente como «amor».<span style=""> </span>Suponemos que por tener una familia, un padre y una madre, una esposa o un esposo, unos hijos, ya está garantizada nuestra experiencia de esa <i style="">chispa de puro amor.</i><span style=""> </span>¡Cuántas veces nuestros bonitos sentimientos hacia los demás, nuestras <i style="">obras piadosas,</i> nos alimentan esa ilusión!<span style=""> </span>Sin embargo, la verdad es que ninguno de nuestro lazos humanos, sean los que sean, puede llegar a tener esa calidad <i style="">preciosa ante Dios. </i><span style=""> </span>El lugar, la manera, las circunstancias, el tiempo en que Dios nos llama a cada una y cada uno a vivir esa <i style="">chispa de puro amor,</i> son un secreto que sólo Él conoce y comunica.<span style=""> </span>Y Él hace muy poco caso de todas nuestras posibles «familiaridades» humanas.<span style=""> </span>Nada puede ser más fuerte que nuestro propio llamado a la castidad, que no tiene nada que ver con el hecho de ser «laico» o «religioso», o con el hecho de tener o no relaciones sexuales.<span style=""> </span>Nuestro único fin posible es Dios mismo y en medio de nuestra existencia Él siempre halla la manera de cortar nuestros vínculos con todo lo demás, porque es un Dios celoso que no soporta absolutos diferentes a Él.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">El contemplativo no es alguien que marche hacia adelante en ese camino, es alguien que regresa.<span style=""> </span>No somos seres vivos ni seres muertos, somos seres resucitados.<span style=""> </span>Ese sentido de resucitados, de hacer parte de un pueblo que regresa después de haber vivido una gran victoria, que es profundamente bíblico y cristiano, es el único fundamento indestructible de la resistencia.<span style=""> </span>En realidad resistir es no resistir porque ya ganamos. Lo que hacemos es volver a tomar posesión de la herencia que nos corresponde. <span style=""> </span>Es de esa conciencia de lo que se habla, y no de otra cosa, cuando se dice: <i style="">Expulsar lejos de nosotros el espíritu militante…</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Gran parte de lo que hoy aparece en la vida de nuestro propio pueblo (de nuestros propios pueblos…) como incapacidad para avanzar en ese camino que se llama «desarrollo» tiene que ver con un tipo de <i style="">eficacia diferente</i> que sólo puede ser reconocida con la mirada de otros seres humanos: es una <i style="">chispa de puro amor.</i><span style=""> </span>Como contemplativos y contemplativas estamos llamadas y llamados a ser esos otros seres humanos que en medio de la crisis son testigos de lo que en realidad está sucediendo, es decir, de los que en Dios está sucediendo.<span style=""> </span>Más que ser o querer ser los protagonistas, los orientadores, somos quienes aprenden a dejarse llevar. <span style=""> </span>Desde luego esa gran parte de <i style="">eficacia diferente</i> no lo es todo, mucha basura que se ha acumulado en el camino, deformaciones, vicios, errores.<span style=""> </span>Es por eso que nadie, ni siquiera <st1:personname productid="la Hija" st="on">la Hija</st1:personname> o el Hijo de Dios que ya somos y que regresa, nos puede liberar de la responsabilidad de discernir, de<i style=""> encontrar los medios que nos parezcan adecuados.</i><span style=""> </span>Por eso somos misioneros y nos reconocemos implicados en todo.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Cuando San Juan de <st1:personname productid="la Cruz" st="on">la Cruz</st1:personname> dice que esa <i style="">chispa de puro amor es más útil para el alma y más rica en bendiciones para <st1:personname productid="la Iglesia" st="on">la Iglesia</st1:personname> que todas las obras piadosas juntas, </i>no está haciendo un ejercicio de piedad poética, está hablando de eficacia en los términos más pragmáticos que se puedan concebir. <span style=""> </span>En el lugar en donde más falta objetiva harían <i style="">obras piadosas</i> un contemplativo lo que busca es <i style="">la chispa de puro amor</i> porque sabe que esa chispa guarda el secreto que hará posible que todas las respuestas que se den a las necesidades concretas conduzcan realmente a algo que merezca el nombre de «desarrollo».<span style=""> </span>Evidentemente, aunque les suene mal a unos oídos como los nuestros exageradamente acostumbrados a un lenguaje “piadoso”, el único lugar en que nos resulta posible hallar esa <i style="">chispa</i> es en nosotros mismos. <span style=""> </span>Y aquí tenemos que recordar que <i style="">No hay ningún «egoísmo» posible en la actitud del contemplativo, pues su «yo» es el mundo, el «prójimo». Lo que se realiza en el microcosmos irradia en el macrocosmos, a causa de la analogía de todos los órdenes cósmicos. La realización espiritual es una especia de «magia» que se comunica necesariamente al ambiente. El equilibrio del mundo tiene necesidad de contemplativos </i>(Frithjof Schuon)<i style="">.<span style=""> </span></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">Sólo quien ha sido dócil a la propuesta vocacional que le hace Dios y ha logrado hallar en sí mismo esa <i style="">chispa de puro amor</i> (en el lugar y en las circunstancias que le son impuestas), está en condiciones de dar.<span style=""> </span>No de darse a si mismo sino de dar el aporte que la realidad espera de él para construir el Reino de Dios.<span style=""> </span>Sólo así se puede ser padre o madre, o esposo o esposa, o hijo o hermano de alguien.<span style=""> </span>No de ese alguien que nosotros quisiéramos o nos gustaría sino de ese alguien que se nos da.<span style=""> </span>En otras palabras, y para ser más exacto, lo que me permite a mí (como vocación) ser el esposo de mi esposa no es lo que yo haga por ella o sienta por ella, no es que viva con ella durante cincuenta años o que engendremos juntos diez hijos, es que yo cumpla cabalmente la vocación que en el secreto más profundo de mi propia intimidad Dios me regala. <span style=""> </span>Ése es el tipo de parentesco que les corresponde a los Hijos y las Hijas de Dios… sólo así se puede construir familia, humanidad, iglesia.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;">De todas estas cosas Bolivia, nuestra Bolivia, el Corazón de América Latina, es una excelente maestra… <i style="">aun cuando, según las apariencias, parezca que no hace nada.</i> Y aquí, en el párrafo final, volvemos al título que le dio a nuestro documento el poeta portugués Fernando Pessoa. El Corazón de América latina está de viaje, pero <i style="">el viaje son los viajeros,</i> somos nosotros mismos. Muchos, adentro y afuera, quieren que veamos lo que a ellos les parece, lo que creen que está bien. Sin embargo, en medio de la crisis nuestro oficio es resistir: <i style="">Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.<o:p></o:p></i></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%; color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 150%;"><span style=""> </span><o:p></o:p></span></span></p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: arial;font-size:100%;" > </span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-57877675724760608072007-04-11T06:21:00.000-07:002009-01-30T16:06:08.616-08:00Amores Dificiles<span style="color: rgb(0, 0, 0);font-size:100%;" ><a style="font-family: arial;" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim2inw35IeXqVlOt6JeHYyl4Bp3fkfqx9UP8g508qJo2oNyv2bsqYohDNfps7UjzDYbQnqyKn2Ejg-xk44BpgP3fug9NVjQWlypAzF_XaR3iSzZHxUiLvb-lnXz3sMpCgXE6uW/s1600-h/insectos+2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5052161615804870514" style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center;" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim2inw35IeXqVlOt6JeHYyl4Bp3fkfqx9UP8g508qJo2oNyv2bsqYohDNfps7UjzDYbQnqyKn2Ejg-xk44BpgP3fug9NVjQWlypAzF_XaR3iSzZHxUiLvb-lnXz3sMpCgXE6uW/s400/insectos+2.jpg" border="0" /></a><br /></span><div style="text-align: justify; font-family: arial; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-size:100%;">Es tal la cantidad de desinformación acumulada en torno a nuestra identidad divina que no sirve de nada pretender llegar a ella utilizando los caminos oficiales y bien pavimentados, tenemos que encontrar un atajo. Y a propósito de atajos he aquí algo que dijo el poeta ruso Joseph Brodsky durante la inauguración de la primera feria del libro de Turín, Italia, en 1988:<br /><br /></span><span style="color: rgb(255, 102, 102);font-size:100%;" ><em>«La manera de desarrollar buen gusto en literatura es leer poesía. Si piensan que estoy hablando por partidismo profesional, que estoy tratando de defender los intereses de mi gremio, están equivocados: no soy sindicalista. La clave consiste en que siendo la forma suprema de la locución humana, la poesía no es sólo la más concisa, la más condensada manera de transmitir la experiencia humana; ofrece también los criterios más elevados posibles para cualquier operación lingüística, especialmente sobre papel.</em></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="color: rgb(255, 102, 102);font-size:100%;" ><em></em></span><span style="font-size:100%;"><br /><em><span style="color: rgb(255, 102, 102);">Mientras más poesía lee uno, menos tolerante se vuelve a cualquier forma de verbosidad, ya sea en el discurso político o filosófico, en historia, estudios sociales o en el arte de la ficción. El buen estilo en prosa es siempre rehén de la precisión, rapidez e intensidad lacónica de la dicción poética. Hija del epitafio y del epigrama, concebida al parecer como un atajo hacia cualquier tema concebible, la poesía impone una gran disciplina a la prosa. Le enseña no sólo el valor de cada palabra sino también los patrones mentales mercuriales de la especie, alternativas a una composición lineal, la destreza de evitar lo evidente, el énfasis en el detalle, la técnica del anticlímax. Sobre todo, la poesía desarrolla en la prosa ese apetito por la metafísica que distingue a una obra de arte de las meras belles lettres. Hay que admitir, sin embargo, que en este aspecto particular la prosa ha demostrado ser una discípula más bien perezosa».</span></em><br /><em></em><br />La Bolivia que es rehén de <em>la precisión, rapidez e intensidad lacónica</em> de su herencia espiritual indígena, es un excelente atajo hacia cualquier tema concebible. Relacionarse con ella le impone una gran disciplina a la prosa, es decir, a los argumentos contaminados de esa racionalidad occidental tan poco apetente de metafísica y por eso mucho más parecida a las meras belles lettres que a la verdadera obra de arte. Esa Bolivia enseña no sólo el valor de cada palabra sino también los patrones mentales mercuriales de la especie. Es por eso que resultan tan grotescos (y hacen tanto daño) los intentos de los propio bolivianos de interpretarla utilizando no el buen gusto de su poesía sino la verbosidad de un periodismo prosaico mal aprendido y de quinta categoría. Es claro, pero no sobra decirlo, que ser vulnerable al lenguaje poético no tiene nada que ver con refinamientos intelectuales. En poesía no se convence con argumentos eruditos sino con la visión de ese más allá siempre un poco velado al que sólo es posible llegar transitando el atajo que se nos ofrece. Y para utilizar un atajo más vale un buen machete, una cantimplora llena de agua y unas botas impermeables, que un automóvil que sólo sirve para ser usado en lugares previa y largamente domesticados. Pero hay todavía una dificultad anterior y mayor que deben enfrentar quienes se atreven a los atajos: <em><span style="color: rgb(255, 102, 102);">La ley actual no es más que la acumulación de intentos interminables de impedir al hombre que cumpla sus deseos de cambiar la vida por un instante de poesía. Es cierto que los hombres que necesitan ese cambio no son muchos; pero los hay, y es contra ellos que la ley se erige, para degradarlos en lo posible</span></em> (Yukio Mishima). La espiritualidad indígena sabe que SER consiste en cumplir el deseo de cambiar la vida por un instante de poesía; y ese saber no es espiritualmente democrático sino dictatorial porque impone una sola opción: todo o nada. No hay negociación que logre la tolerancia a permanecer en un punto intermedio. Cualquier punto intermedio mata la poesía. Pero ese saber no puede comunicarse sino mediante <em>la disciplina, el rigor y la condensación del lenguaje poético</em> que ofrece los criterios más elevados posibles para cualquier operación lingüística. Más que lenguaje, en el sentido burdo de lo que hemos llegado a entender como lenguaje, es un hundimiento vertiginoso (ritual) en ese instante de poesía que (se sabe) es el único capaz de cambiarlo todo; y de ese hundimiento surgen las alternativas a una composición lineal, la destreza de evitar lo evidente, el énfasis en el detalle, la técnica del anticlímax.<br /><br />Ahora que, cuando la poesía ha sido reprimida brutalmente y obligada a negarse a sí misma para que un cuerpo humano pueda sobrevivir, cuando la conciencia de su propio valor le ha sido arrancada de su memoria, las dos vertientes de su ofrecimiento, su todo y su nada, se profundizan tanto que terminan siendo dos atajos que desembocan directamente en el cielo o en el infierno. No hay territorios intermedios, es cierto, pero el cielo y el infierno tienen mucho que ver el uno con el otro, no están tan separados como suponemos, se incluyen entre si. Allí, en medio de ese drama la poesía alcanza su nivel más alto. Desde el punto de vista del crecimiento interno que necesita una vocación poética, un lugar y unos seres humanos en los que haya sucedido eso, son ideales por el rigor que imponen; siempre y cuando, claro, se esté en condiciones de ser vulnerable a la poesía que se esconde (a una gran profundidad) tras una apariencia de máscara rígida y monótona. Si se toma el atajo de la poesía el lugar al que se llega es siempre la propia poesía; en ella la experiencia de lo otro se da de forma radical pero en un proceso de toma profunda del propio territorio. No se sale, se entra para llegar a un fondo en el que todos los fondos confluyen y se hacen uno. Por eso es la forma suprema de la locución humana, la formulación de la eterna pregunta: </span><span style="color: rgb(255, 102, 102);font-size:100%;" ><em>¿Por qué no se permite a algunos llevar a cabo lo que es hermoso mientras lo feo y lo repugnante, que se cumple con el único fin de obtener dinero, se halla libremente tolerado e incluso encuentra estímulos?</em> </span><span style="font-size:100%;">(Yukio Mishima).</span></div><span style="color: rgb(0, 0, 0);font-size:100%;" ><br /></span><div style="text-align: justify; font-family: arial; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-size:100%;"><br />Pero la propia poesía, la de todos, vengamos de donde vengamos, también ha sido de muchas maneras reprimida brutalmente y obligada a negarse a sí misma. Quizá no hasta el extremo de arrancar de su memoria la conciencia de su propio valor, pero si hasta el extremo de lograr una docilidad a La ley actual que no es más que la acumulación de intentos interminables de impedir al hombre que cumpla sus deseos de cambiar la vida por un instante de poesía. Esa ley puede mantenerse mientras logre que nuestra expresión humana se mantenga limitada a los términos de una prosa sin ese apetito por la metafísica que distingue a una obra de arte de las meras belles lettres. Por eso el cambio, y me refiero al cambio en los términos más concretos y materiales posibles, sociopolíticos, no puede nacer sino del reencuentro del ser humano, de todo el ser humano, con su propia poesía. No sirven de mucho los análisis, la concientización, los consensos: los únicos que nos pueden llevar a eso diferente que no es más que nuestra propia realidad divina son los atajos. </span></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-82370117154748649242007-02-13T10:02:00.000-08:002008-12-09T01:28:32.626-08:00¿No es éste el hijo del carpintero?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVbv5Bdn038mTE0HCHvjk6eKyODKv6ULr08C-VzlhawFLQNfDXMJqSTarO8SOq2CMfilJAKI8Vt-sDFbldp9jVHI8rlcxAbreW11dtGIS4oefxFQymwd8k_zM0OvqkD4U-I-4h/s1600-h/capilla.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5031021904957775458" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVbv5Bdn038mTE0HCHvjk6eKyODKv6ULr08C-VzlhawFLQNfDXMJqSTarO8SOq2CMfilJAKI8Vt-sDFbldp9jVHI8rlcxAbreW11dtGIS4oefxFQymwd8k_zM0OvqkD4U-I-4h/s400/capilla.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;">Según la tradición más comúnmente aceptada, Jesús vivió treinta años de su vida en Nazaret y dedicó sólo sus tres años finales a la llamada «vida pública». Eso quiere decir que vivió el noventa y uno por ciento de su vida en Nazaret, y apenas el nueve por ciento lo dedicó al anuncio más o menos explícito de lo que ahora los cristianos llamamos Evangelio, Buena Nueva. Y aún en esos tres años finales, el Evangelio nos dice que muchas veces intentó pasar desapercibido, buscó los lugares apartados y solitarios, evadió el acoso de las multitudes.<br /><br />La manera como Jesús vivió esos treinta primeros años no le dejó entrever a sus vecinos nada extraordinario. Fue tan común y corriente, tan parecido a lo que vivían todos los hombres de su pueblo y de su misma condición social, que cuando lo ven retornar a su patria precedido por una gran fama, exclaman escandalizados: <em>¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?</em><span style="font-size:85%;"> (Mt 13, 54-56).<br /></span><br />La reacción de sus vecinos deja ver claro lo seguros que estaban de que alguien como ellos, que viviera en sus mismas condiciones, que tuviera las mismas carencias y oportunidades en la vida, no podía de ninguna manera llegar a ser alguien importante y reconocido. Estaban destinados a ser para siempre unos don nadie y punto, ahí terminaba su historia. Ni se les ocurría la posibilidad de que pudiera ser de otra manera.<br /><br />Sabían bien que el poder que mostraba su vecino no se lo daba ningún privilegio hereditario, social, religioso o académico. No era uno de esos afortunados que por tener muñeca con algún poderoso hubiera logrado matricularse en una escuela especial. Tampoco era alguien que hubiera establecido algún tipo de relación que le permitiera escalar social o religiosamente. Era simplemente el hijo del carpintero y el hecho de que su familia viviera en una casa igual a la de todos, y tuviera que trabajar como las demás para poder sobrevivir, les daba derecho a sospechar y descalificarlo.<br /><br />Aún hoy en pleno siglo XXI la mayoría de los cristianos siguen considerando este tiempo vivido por Jesús en Nazaret como una simple “preparación” de los que realmente serían importantes: sus últimos tres años de fama y poder que lo convirtieron en un personaje. Aún hoy la valoración que se hace de lo que vivió Jesús en Nazaret tiende a quedarse en un plano más bien superficial, se considera como un gesto de “buena voluntad” de Dios, una manera de congratularse con nosotros, como cuando un rico va de visita y se disfraza de pobre para que el pobre no se sienta avergonzado de su pobreza.<br /><br />No tenemos por qué extrañarnos: hemos optado por construir un mundo y un tipo de ser humano para el cual lo que vale es lo que se hace, lo que se dice, lo que se ve, no lo que se es. El que vale es el que tiene títulos, amigos con influencia, estructuras que lo respalden, cargos de poder social o político o religioso que lo hagan aparecer como importante. Nuestra manera de percibir a Dios no puede ser ajena a las orientaciones más profundas de nuestro ser.<br /><br />Sin embargo, lo que vive Jesús en Nazaret no es un teatro, es una opción por el ser. No por cualquier ser sino por el ser humano más plenamente desarrollado en todos sus sentidos posibles. Asumir que la Encarnación del Hijo de Dios fue un mero disfraz, o un puro gesto de buena voluntad, le quita a nuestra fe todo su sentido y la convierte en un discurso humano que sirve para justificar “religiosamente” nuestra opción por las apariencias.<br /><br />El Hijo de Dios no hace teatro: nace como hombre en el lugar y en las circunstancias en las cuales es posible desarrollarse más plenamente como ser humano a imagen y semejanza de su Padre. En Nazaret Jesús no es un Dios que “parece” hombre, es Dios siendo plenamente hombre y plenamente Dios. Pero atreverse a Ser en lugar de parecer es un camino demasiado riesgoso porque en él podemos descubrir que nuestro verdadero desarrollo humano nos quiere conducir a algo que no nos gusta, que nadie valora como importante: ser un simple hijo de carpintero.<br /><br />Jesús, Dios encarnado, que nace en las condiciones humanas en las cuales nació, no busca parecer muy bueno, o muy débil, o muy tierno, para obtener nuestra adhesión sentimental. Nace como el primero de los Hombres Nuevos de una Nueva Creación. Está empezándolo todo otra vez, no sintiendo lástima, ni juzgando. Y lo que nos dicen sus primeros treinta años de vida es que la forma de participar como seres humanos Nuevos en esa Nueva Creación pasa por la obediencia a Nazaret. En eso consistió la aventura espiritual del Hermano Carlos de Foucauld, del beato Carlos de Jesús, en aprender a obedecer a Nazaret.<br /><br />Obedecer a Nazaret porque las riquezas están aquí, no hay que ir a buscarlas a ninguna parte. Parece no haber nada, parece que la arena gris e insípida de lo cotidiano lo cubre todo, parece una realidad tan cercana y familiar que a nadie se le ocurriría esconder justamente allí un tesoro. Pero es verdad, lo que tanto anhelamos lo tenemos al alcance de la mano todos los días. ¿Cómo entender y asimilar ésto?<br /><br />La encarnación del Hijo de Dios fue un hecho real lleno de consecuencias dentro de las cuales vivimos inmersos. ¿Acaso vemos el aire que respiramos? ¿Acaso alguien que se hunde en el océano puede ver la totalidad de la masa de agua que lo está envolviendo? Lo mismo sucede con la vida y su mensaje, lo perdemos de vista por estar sumergidos en él de cuerpo entero y porque muy pocas veces tenemos la oportunidad de apreciar desde afuera la intensidad real de la existencia en medio de la cual somos acogidos permanentemente.<br /><br />El peso y el misterio que tiene para Jesús el tiempo vivido en Nazaret, es el mismo peso y el mismo misterio que tiene para todo ser humano su propio ser. Es fácil conocer lo que una persona hace, o dice, o piensa, pero no es fácil saber lo que una persona es. No es fácil ni siquiera para la propia persona. Más allá de los límites de nuestra intimidad más profunda, todos representamos un cierto papel social. Hacemos, pensamos, hablamos, y con todo eso creamos y sostenemos una imagen que nos permite ocupar determinado lugar, mantener ciertos privilegios. Por eso, quienes se exaltaron con lo que Jesús hacía, o decía, pero no se dejaron tocar por el misterio más profundo de lo que Él era más allá de todas sus inevitables imágenes, vivieron la cruz como el final de una ilusión.<br /><br />En esa hora crucial Jesús hubiera podido afirmarse en alguna de sus apariencias: de reformador social y político, de profeta, de gran sanador, de hombre muy sabio, y parado allí hubiera movido fuerzas a su favor y tal vez impedido su muerte. Sin embargo, la fidelidad a su ser más profundo lo llevó a renunciar a esa lucha para no mentirse a sí mismo, para no quedarse a medio camino; no se vendió a ninguna de las apariencias que sus propios talentos humanos le ofrecían, no traicionó el lugar en el cual se formó como persona a imagen y semejanza de su Padre: no renunció a ser el hijo del carpintero de Nazaret. Y fue esa opción, ese fracaso en términos humanos, el que le dio a su aventura espiritual una eficacia capaz de atravesar los siglos encarnándose nuevamente en todas las situaciones humanas.<br /><br />Hoy sabemos que esa eficacia es una eficacia eucarística y que está al alcance de cualquier ser humano que como Él decida ser fiel a su identidad de hijo o hija de Dios. Es de eso mismo de lo que nos da testimonio el fracaso humano y la eficacia eucarística del hermano Carlos de Jesús.<br /><br />No son nuestros afanes, nuestras construcciones y nuestros argumentos, es nuestro ser de hijos e hijas de Dios el que le anuncia a los pobres la Buena Nueva, proclama la liberación a los cautivos, devuelve la vista a los ciegos, da libertad a los oprimidos y proclama el año de gracia del Señor. Por eso es lógico que sea precisamente en Nazaret, el lugar donde Jesús aprendió a ser, que se explicite a sí mismo y anuncie la unción que el Espíritu del Señor ha hecho sobre Él <span style="font-size:85%;">(lc 4, 18-19).</span><br /><br />Sin embargo, la novedad que su gesto y su mirada implican es tan radical que haría falta que sus vecinos nazarenos nacieran de nuevo para que pudieran comprenderlo. Frente al rechazo, seguramente muy doloroso, de quienes con su convivencia cotidiana y su propio ser le han enseñado a formarse tal y como es, Jesús se repite el refrán: médico, cúrate a ti mismo, y comprende mejor lo que su misión le exige: ofrecer la posibilidad de volver a nacer de nuevo.<br /><br />Admirar el camino espiritual del Hermano Carlos de Jesús, o encontrar en él referencias que nos animen en nuestro propio caminar, no quiere decir que seamos sus seguidores, somos en realidad seguidoras y seguidores de Jesús de Nazaret. Pero lo que nos enseña Jesús de Nazaret con la totalidad de su ser y no sólo con las “enseñanzas” que podamos entresacar, o incluso “inventar” nosotros mismos manipulando sus muchas y a veces conflictivas imágenes, es que seguirlo a Él no consiste en seguir a otro distinto de nosotros mismos.<br /><br />Jesús de Nazaret nos remite a nuestra propia identidad de Hijas e Hijos de Dios y hace efectiva toda la riqueza de vida humana y divina que se esconde allí mediante su opción por una eficacia eucarística. Lo admirable de una experiencia espiritual es reconocer en ella la manera como un hombre o una mujer entra en comunión profunda con su ser de Hija o Hijo de Dios, la forma como Dios brilla y se revela plenamente a sí mismo encarnándose en una identidad humana particular. Pero no se puede hacer de esa admiración el intento de vivir una experiencia espiritual propia usando el camino de otro, ni siquiera el camino de Jesús de Nazaret.<br /><br />Es decir, en el camino de nuestro seguimiento Jesús de Nazaret no es otro, somos nosotros mismos, cada una y cada uno de nosotros. Y seguirlo a Él no consiste en “imitarlo”, consiste en ser lo que Él nos revela que somos. Los daños que puede causar un falso sentido de la imitación, los muestra bien el gran escultor Miguel Ángel cuando le preguntaron lo que pensaba acerca de los escultores que buscaban “imitarlo” y respondió: «Mi estilo está destinado a hacer muchos imbéciles».<br /><br />En su sentido verdadero, la imitación de la que tanto habla el Hermano Carlos habría que explicarla más bien como lo hace la mística carmelita Isabel de la Trinidad: <em>«Seamos para con Él una humanidad suplementaria en la cual pueda renovar plenamente su misterio».</em> Fue éso lo que hizo el Hermano Carlos de Jesús con la totalidad de su vida, más allá de las muchas imágenes que a lo largo de su caminar espiritual él mismo pudo entender y proponer a veces como definitivas.<br /><br />Carlos de Foucauld no terminó siendo el ser humano que le pareció que su vocación religiosa le exigía, no terminó siendo el ser humano que su propia voluntad, o inteligencia, o devoción, quiso que fuera: terminó siendo el ser humano que Dios necesitaba para «renovar en él plenamente su misterio». Y para lograrlo tuvo que abandonar en el camino, tal como lo hizo Jesús de Nazaret, todas las imágenes en las que sus límites humanos pretendieron encerrarlo, hasta morir completamente solo en medio del desierto, dando con su propio fracaso humano el paso hacia el interior de la eficacia eucarística.<br /><br /><em>«Cuando el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda solo, si muere, da muchos frutos. Yo no he muerto, por eso estoy solo. Recen por mi conversión, para que muriendo dé fruto».<br /></em><br />A partir de aquí vale la pena que acompañemos un poco al hermano Carlos en su lectura de Santa Teresa:<br /><br /><em>«… para comenzar con algún fundamento se me ocurrió considerar nuestra alma como un castillo todo de diamante o cristal muy claro, en el que hay muchas habitaciones, así como en el cielo hay muchas moradas. Si bien lo consideramos, hermanas, no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso donde Dios tienen sus deleites.<br /><br />Pues ¿cómo será la habitación donde un rey tan poderoso, tan sabio, tan limpio, tan lleno de todos los bienes, se deleita? No hallo yo cosa con la cual comparar la gran hermosura de un alma, y su gran capacidad. Nuestro entendimiento, por agudo que fuera, no logra comprenderla, porque Dios mismo nos dice que nos crió a su imagen y semejanza…<br /><br />No es pequeña lástima y confusión que por nuestra culpa no nos entendamos a nosotros mismos, ni sepamos quiénes somos. ¿No sería gran ignorancia, hijas mías, que le preguntaran a uno quién es y uno no se conociera, ni supiera quién fue su padre, ni su madre, ni cuál es su tierra?<br /><br />Pues si esto sería gran bestialidad, es mayor aún la que hay en nosotras cuando no intentamos saber qué cosa somos, sino que nos detenemos en nuestros cuerpos, y sólo porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos alma. Pero sin considerar los bienes que puede haber en esa alma, y quién está dentro de ella, y su gran valor. Por eso tenemos tan poco cuidado en conservar su hermosura, todo se nos va en cuidar nuestra apariencia y lo que hay fuera del castillo…<br /><br />(…) Hemos de ver pues cómo podemos entrar en tan hermoso y deleitoso castillo. Parece que digo un disparate, porque si este castillo es nuestra propia alma, claro está que no necesitamos entrar en él porque nosotros mismos somos el castillo. Igual desatino parecería decirle a alguien que entrara en una habitación estando ya dentro.<br /><br />Pero tenemos que entender que va mucho de estar a estar. Hay muchas almas que se quedan en las afueras del castillo, donde sólo viven los guardianes. Y no les importa nada entrar, ni saben qué hay en tan precioso lugar, ni quién está dentro, ni cuántas habitaciones tiene.<br /><br />… son las almas que no tienen oración como un cuerpo paralítico o tullido, que aunque tiene pies y manos no los puede mandar. Hay almas tan enfermas y acostumbradas a estarse en cosas exteriores, que no tienen remedio y parece que no pueden entrar dentro de sí mismas. Tienen tanta costumbre de tratar con las sabandijas y bestias que están en las afueras del castillo, que ya parecen una de ellas. Su naturaleza es muy rica y pueden tener conversación nada menos que con Dios, pero no lo entienden.<br /><br />Si estas almas no procuran remediar su gran miseria, se quedarán hechas estatuas de sal por no volver la cabeza hacia sí mismas. Y, hasta donde yo puedo entender, la puerta para entrar en ese castillo es la oración.<br /><br />…pensar que hemos de entrar en el cielo y no entrar en nosotros, conociéndonos y considerando nuestra miseria y lo que debemos a Dios y pidiéndole muchas veces misericordia, Es desatino…»<br /></em><br />Carlos de Foucauld vivó su obediencia a Nazaret en dos direcciones complementarias. Una, que podríamos señalar como volver la cabeza hacia sí mismo: la entrada en el castillo interior de su propio ser. La expresa de esta manera: <em>«Se hace el bien, no en la medida de lo que se dice o se hace, sino en la medida de lo que se es, en la medida en que Jesús vive en nosotros».</em> Y la otra, que lo llama a vivir una solidaridad radical con los más pobres: <em>«Yo creo que no hay palabra del Evangelio que me haya impresionado tanto y transformado más mi vida que ésta: «todo lo que hacen a uno de estos pequeños, es a mí que lo hacen».<br /></em><br />Tal como él lo vivó, el camino hacia la solidaridad real y radical con los pequeños pasa no por la medida de su propia voluntad o deseo o lucidez humana, sino por la medida en que Jesús vive en él. Y ése es un proceso complejo y difícil que no se da de una sola vez y para siempre sino que construye en una lucha diaria, en una búsqueda permanente. Descubrir lo que Jesús, viviendo en él, haría frente a cada circunstancia de la vida, no es un interrogante que pueda responder repitiendo siempre una misma fórmula. Necesita, como en el Evangelio, saber sacar de él mismo, cada día, cosas viejas y cosas nuevas.<br /><br />Todo esto podría tomarse como pura especulación espiritual, castillos en el aire. Sin embargo, si lo contemplamos con el telón de fondo de la actual realidad de nuestro país podemos percibir las dimensiones del llamado que se nos hace. El resultado de las últimas elecciones revela el deseo, la necesidad y la esperanza que tiene Bolivia de volver a comenzar de nuevo como país, corrigiendo las injusticias y deformidades de los últimos quinientos años de su historia. Un reto nada fácil teniendo en cuenta los enemigos internos y externos que deberá vencer en ese camino.</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;"><br />Los enemigos externos son fácilmente reconocibles porque forman un bloque muy bien organizado. El sistema económico neoliberal, las empresas transnacionales, el gran imperio del norte con sus poderosísimos medios tecnológicos y militares. También sabemos con claridad que sus armas incluyen la manipulación, el bloqueo, el engaño, la corrupción y la compra de conciencias, las imposiciones económicas desiguales, y en último caso el uso directo de su aplastante poderío militar.<br /><br />Respecto a nuestros enemigos internos no podemos hacernos ilusiones fáciles. La esperanza de cambio, si no se sostiene en hombres y mujeres capaces de transformarse a si mismos, no pasará de ser una ilusión, un reacomodo superficial del escenario que a pesar de las buenas intenciones de algunos no logrará generar un desarrollo sostenible que mejore efectivamente las condiciones de vida de los más pobres.<br /><br />Releyendo a Santa Teresa, junto con el Hermano Carlos, desde la realidad boliviana de hoy, podríamos decir que <strong><em>“sería desatino pretender entrar en el cielo de un país nuevo, sin entrar en nosotros para conocernos y considerar seriamente lo que debemos cambiar para ser mujeres y hombres nuevos, capaces de construir y sostener un nuevo país”.<br /></em></strong><br />No con el ánimo de ser aguafiestas, ni con el ánimo de ser profetas pesimistas, pero sí dejándonos iluminar por el caminar de otros cristianos en momentos y circunstancias pasadas de nuestra historia latinoamericana, es pertinente recordar aquí las palabras del sacerdote jesuita Xavier Gorostiaga, que participó directamente en todo el proceso de la revolución sandinista. Haciendo un repaso de las causas del fracaso de la revolución, y luego de reconocer la gran incidencia que tuvo la agresión y el bloqueo económico norteamericano, termina diciendo:<br /><br /><em>«…Sin embargo, considero que fue la inconsecuencia ética con los valores promulgados por la revolución popular sandinista, los que hicieron fracasar el intento: las luchas internas por el poder dentro de la dirección nacional; el personalismo de los dirigentes que buscaban el éxito de sus propios proyectos más que la consolidación de un proyecto alternativo; la lejanía creciente del pueblo y de los cuadros medios que provocó un aburguesamiento de la cúpula revolucionaria; la ideologización trasnochada en algunos dirigentes que no aceptaban el mercado como una realidad económica… la falta de respeto a las identidades campesina, indígena, y de la mujer y a la religiosidad popular…».<br /></em><br />Al interior de la Familia Espiritual de Carlos de Foucauld, la Fraternidad de Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón busca ofrecer instrumentos que le permitan a quienes sean llamados por Dios a esa vocación, crecer de forma integral en una doble dirección.<br /><br />Por un lado, ayudarlos a penetrar en la belleza y riqueza de su propio castillo interior, para reconocer y asumir gozosamente la hermosura de su alma, y su gran capacidad. Y, al mismo tiempo, permitiendo que Jesús viva en ellas y ellos, vivir una solidaridad eficaz con los pequeños, con los más pobres. Una solidaridad que no pueda ser derrotada de ninguna manera. Ese proceso de educación humana y espiritual pasa, en nuestro caso, por la obediencia a Nazaret.<br /><br />Una obediencia que en contra de todas las lógicas humanas termina desembocando en la mayor de las libertades:<br /><br /><em>«Estoy siempre preparado. Vivo al día. Haré aquello que me parezca lo mejor, según las circunstancias. Vayamos ahora a donde podamos ir; cuando las puertas se abran en otra parte, allá iremos: a cada día le basta su pena; hagamos en el momento presente lo que mejor podamos hacer».<br /></em><br />Sólo recorriendo ese camino podremos vencer en nosotros…<em>la inconsecuencia ética… las luchas internas por el poder…el personalismo… la búsqueda del éxito de los propios proyectos más que la consolidación de un proyecto alternativo… la lejanía creciente del pueblo… el aburguesamiento… la ideologización… la falta de respeto a las identidades campesina, indígena, y de la mujer y a la religiosidad popular...</em></span></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1157641845881034722007-02-12T23:04:00.000-08:002007-02-13T06:20:06.278-08:00Hijos<div align="justify"><span style="color:#000000;">Un hijo es siempre, de una o de otra manera, la consecuencia del tipo de relación que viven sus padres. No es el resultado de un aporte, por muy fuerte y grande que éste pueda ser, ni es la sumatoria más o menos mecánica de dos aportes: es el fruto de la <em>relación</em> establecida entre esos dos aportes. Más que los aportes en sí mismos pesa la relación que establecen. Es imposible dispensar a un hijo de las consecuencias de la relación que lo trajo al mundo. Por eso para ser buen padre o buena madre no hace falta tener muchos talentos, mucho que aportar, basta con <em>saber relacionarse.</em> De hecho, algo de lo peor que le puede suceder a un hijo es tener padres que pongan el acento en los talentos que ellos le pueden aportar (y que a él se le impone el deber de desarrollar) y no en la calidad de su relación de pareja. La calidad humana de un hijo no puede ser sino una añadidura, una consecuencia inevitable de la calidad de relación que viven sus padres. </span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Dios quiere probar a Abraham y le dice: Toma a tu hijo, al único que tienes y al que amas, Isaac, y vete a la región de Moriah. Allí me lo ofrecerás en holocausto, en un cerro que yo te indicaré. Abrahán sabe que lo mejor para su hijo se esconde no en las buenas intenciones de su propio amor, por grande y previsivo que sea, sino en la voluntad de Dios sobre él, por muy oscura y dolorosa que pueda parecerle, y no duda un solo segundo en hacer lo que se le dice. La obediencia inmediata a una orden tan “aparentemente” cruel es la única forma que tiene él, el elegido, de evitar que la vida de su hijo sea destruida por las consecuencias de su propia relación con el absoluto. Para ser padre, sin dañar al hijo, hay que hacer voto de castidad.<br /><br />La única manera de por lo menos atenuar en los hijos las propias deformidades, es haciéndose a un lado y dejando que los otros sean también su padre y su madre. Obviamente, no en el sentido de renunciar a la propia responsabilidad, ni de abrir ingenuamente la puerta al primer aparecido. Esos otros son los otros con los que formo una comunidad, mi comunidad, mi verdadera familia. De hecho, la única que puede formar a un ser humano es una comunidad.</span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-32564264228843690692007-02-12T15:30:00.000-08:002007-02-07T12:33:50.947-08:00Sólo hay una Tristeza...León Bloy en «La Mujer Pobre»:<br /><br /><em><span style="color:#990000;">«Clotilde tiene hoy cuarenta y ocho años, aunque demuestra no menos de un siglo. Más hermosa que antes, se parece a una columna de plegarias, la última columna de un templo derruido por los cataclismos...Casi nunca se la ve sentarse. Siempre en camino de una iglesia a otra, de uno a otro cementerio, no se detiene sino para arrodillarse, y se diría que no conoce otra actitud...No pide limosna. Se limita a recibir con una dulce sonrisa lo que le ofrecen, y lo da en secreto a los desdichados...Los cristianos cómodos y bien vestidos a quienes molesta lo Sobrenatural y dicen a la Prudencia: “Tú eres mi hermana”, la consideran trastornada, pero el pueblo humilde es respetuoso con ella y algunas pordioseras de iglesia la creen una santa..."Todo lo que sucede es digno de adoración" – dice frecuentemente, con el aire de una criatura mil veces colmada que no encontrase otra fórmula para expresar los movimientos de su corazón o de su mente, sea en la ocasión de una peste universal, sea en el momento de verse devorada por las fieras...Muerto Leopoldo, cuyo cuerpo no fue encontrado entre los anónimos y espantosos escombros, Clotilde trató de ajustar su vida a aquel precepto evangélico cuya observancia rigurosa es considerada más intolerable que el suplicio mismo del fuego. Vendió cuanto poseía y donó el importe a los pobres, convirtiéndose de la noche a la mañana en una mendiga...-Debe ser usted muy desdichada, mi pobre señora – le dijo una vez un sacerdote, que por fortuna era un verdadero padre, al verla anegada en lágrimas junto al Santo Sacramento expuesto. – Soy completamente dichosa – le contestó ella - . No se entra en el Paraíso mañana, ni pasado mañana, ni dentro de diez años, se entra hoy, cuando se es pobre y se está crucificada...Un solo testigo de su pasado, Lázaro Druida, la ve todavía algunas veces. Es el único vínculo que no ha roto. El alto pintor...es demasiado grande para que lo visitara la fortuna, cuya práctica secular es hacer girar su rueda entre las inmundicias...De tanto en tanto va a poner en el alma del profundo artista un poco de su paz, de su grandeza misteriosa; luego vuelve a su inmensa soledad, en medio de las calles llenas de gente. – Sólo hay una tristeza – le dijo la última vez - , y es la de no ser santos...»<br /> </span></em>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-32171446372414935462007-02-07T12:25:00.000-08:002007-02-07T12:33:51.194-08:00Hacer el Bien<span style="color:#000000;"><strong><em>«Se hace el bien, no en la medida de lo que se dice o se hace, sino en la medida de lo que se es, en la medida en que Jesús vive en nosotros» </em></strong>(Carlos de Foucauld)<br /><br /><br />El texto probablemente más antiguo que se refiere a la tradición cristiana de la «Cena del Señor» lo escribió el apóstol Pablo en el año 55:<br /><br /><em>Lo que el Señor Jesucristo me enseñó, es lo mismo que yo les he enseñado a ustedes: La noche en que el Señor Jesús fue entregado para que lo mataran en la cruz, tomó en sus manos pan, dio gracias a Dios, lo partió en pedazos y dijo: “Esto es mi cuerpo, que es entregado en favor de ustedes. Cuando coman de este pan, acuérdense de mí”. Después de cenar, Jesús tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa de vino es mi sangre. Con ella, Dios hace un nuevo compromiso con ustedes. Cada vez que beban de esta copa, acuérdense de mí”. Así que, cada vez que ustedes comen de ese pan o beben de esa copa, anuncian la muerte del Señor Jesús hasta el día en que él vuelva. Por eso, el que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. Cada uno, pues, examine su conciencia y luego podrá comer el pan y beber la copa</em> (1 Cor. 11, 23-28).<br /><br />A la luz de lo que el Señor Jesucristo le enseñó a Pablo, una lectura y una comprensión eucarística de la actual realidad boliviana pasa inevitablemente por la pregunta acerca de cuál fue la eficacia de Jesús de Nazaret. <br /><br />Según la tradición más comúnmente aceptada, Jesús vivió treinta años de su vida en Nazaret y dedicó sólo sus tres años finales a la llamada «vida pública». Eso quiere decir que vivió el noventa y uno por ciento de su vida en Nazaret, y apenas el nueve por ciento lo dedicó al anuncio más o menos explícito de lo que ahora los cristianos llamamos Evangelio, Buena Nueva. La manera como Jesús vivió esos treinta primeros años no le dejó entrever a sus vecinos nada extraordinario. Fue tan común y corriente, tan parecido a lo que vivían todos los hombres de su pueblo y de su misma condición social, que cuando lo ven retornar a su patria precedido por una gran fama, exclaman escandalizados: <em>¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?</em> (Mt 13, 54-56).<br /><br />La reacción de sus vecinos deja ver claro lo seguros que estaban de que alguien como ellos, que viviera en sus mismas condiciones, que tuviera las mismas carencias y oportunidades en la vida, no podía de ninguna manera llegar a ser importante y reconocido. Ellos estaban destinados a ser para siempre unos don nadie y punto, ahí terminaba su historia. Ni se les ocurría la posibilidad de que pudiera ser de otra manera. Sabían bien que el poder que revelaba su vecino no se lo daba ningún privilegio hereditario, social, religioso o académico. No era uno de esos afortunados que por tener muñeca con algún poderoso hubiera logrado matricularse en una escuela especial. Tampoco era alguien que hubiera establecido algún tipo de relación que le permitiera escalar social o religiosamente. Era simplemente el hijo del carpintero y el hecho de que su familia viviera en una casa igual a la de todos, y tuviera que trabajar como las demás para poder sobrevivir, les daba derecho a sospechar y descalificarlo.<br /><br />Aún hoy en pleno siglo XXI la mayoría de los cristianos siguen considerando este tiempo vivido por Jesús en Nazaret como una simple “preparación” de los que realmente serían importantes: sus últimos tres años de fama y poder que lo convirtieron en un personaje. Aún hoy la valoración que se hace de lo que vivió Jesús en Nazaret tiende a quedarse en un plano más bien superficial, se considera como un gesto de “buena voluntad” de Dios, una manera de congratularse con nosotros, como cuando un rico va de visita y se disfraza de pobre para que el pobre no se sienta avergonzado de su pobreza. No tenemos por qué extrañarnos: aunque a veces queramos pensar de otra manera, en la práctica hemos optado por construir un mundo y un tipo de ser humano para el cual lo que vale es lo que se hace, lo que se dice, lo que se ve, no lo que se es. El que vale es el que tiene títulos, amigos con influencia, estructuras que lo respalden, cargos de poder social o político o religioso que lo hagan aparecer como importante. Nuestra manera de percibir a Dios no puede ser ajena a las orientaciones y opciones más profundas de nuestro ser.<br /><br />Sin embargo, lo que vive Jesús en Nazaret no es un teatro, es una opción por el SER. No por cualquier ser sino por el ser humano más plenamente desarrollado en todos sus sentidos posibles. Asumir que la Encarnación del Hijo de Dios fue un mero disfraz, o un gesto de condescendencia, le quita a nuestra fe todo su sentido y la convierte en un simple discurso humano que sirve para justificar “religiosamente” nuestra opción por las apariencias. El Hijo de Dios no hace teatro: nace como hombre en el lugar y en las circunstancias en las cuales es posible desarrollarse más plenamente como ser humano a imagen y semejanza de su Padre. En Nazaret Jesús no es un Dios que “parece” hombre, es Dios siendo plenamente hombre y plenamente Dios. Pero atreverse a ser es un camino demasiado riesgoso en el que nos podemos estancar a la altura de un simple hijo de carpintero, por eso optamos por parecer y usamos la fe como un argumento más para justificarnos.<br /><br />Jesús, Dios encarnado, que nace en las condiciones humanas en las cuales nació, no busca parecer muy bueno, o muy débil, o muy tierno, para obtener nuestra adhesión sentimental. Nace como el primero de los Hombres Nuevos de una Nueva Creación. Está empezándolo todo otra vez, no condesciendo, ni sintiendo lástima, ni juzgando. Y lo que nos dicen sus primeros treinta años de vida es que la forma de participar como seres humanos Nuevos en esa Nueva Creación pasa por la obediencia a Nazaret. <br /><br />El peso y el misterio que tiene para Jesús el tiempo vivido en Nazaret, es el mismo peso y el mismo misterio que tiene para todo ser humano su propio SER. Es fácil conocer lo que una persona hace, o dice, o piensa, pero no es fácil saber lo que una persona es. No es fácil ni siquiera para la propia persona. Más allá de los límites de nuestra intimidad más profunda, todos representamos un cierto papel social. Hacemos, pensamos, hablamos, y con todo eso creamos y sostenemos una imagen que nos permite ocupar determinado lugar. Por eso, quienes se exaltaron con lo que Jesús hacía, o decía, pero no se dejaron tocar por el misterio más profundo de lo que Él era más allá de todas sus inevitables imágenes, vivieron la cruz como el final de una ilusión. <br /><br />En esa hora crucial Jesús hubiera podido afirmarse en alguna de sus apariencias: de reformador social y político, de profeta, de gran sanador, de hombre muy sabio, y parado allí hubiera movido fuerzas a su favor y tal vez impedido su muerte. Sin embargo, la fidelidad a su ser más profundo lo llevó a renunciar a esa lucha para no mentirse a sí mismo, para no quedarse a medio camino; no se vendió a ninguna de las apariencias que sus propios talentos humanos le ofrecían, no traicionó el lugar en el cual se formó como persona a imagen y semejanza de su Padre: no renunció a ser el hijo del carpintero de Nazaret. Y fue esa opción, ese fracaso en términos humanos, el que le dio a su aventura espiritual una eficacia capaz de atravesar los siglos encarnándose nuevamente en todas las situaciones humanas. Hoy sabemos que esa eficacia es una eficacia eucarística y que está al alcance de cualquier ser humano que como Él decida ser fiel a su identidad de hijo o hija de Dios. <br /><br />No son nuestros afanes, nuestras construcciones y nuestros argumentos, es nuestro SER de hijos e hijas de Dios el que le anuncia a los pobres la Buena Nueva, proclama la liberación a los cautivos, devuelve la vista a los ciegos, da libertad a los oprimidos y proclama el año de gracia del Señor. Por eso es lógico que sea precisamente en Nazaret, el lugar donde Jesús aprendió a ser el hombre que era, que se explicite a sí mismo y anuncie la unción que el Espíritu del Señor ha hecho sobre Él (lc 4, 18-19). Sin embargo, la novedad que su gesto y su mirada implican es tan radical que haría falta que sus vecinos nazarenos nacieran de nuevo para que pudieran comprenderlo. Frente al rechazo, seguramente muy doloroso, de quienes con su convivencia cotidiana y su propio ser le han ayudado a formarse tal y como es, Jesús se repite el refrán: médico, cúrate a ti mismo, y comprende mejor lo que su misión le exige: ofrecer la posibilidad de volver a nacer de nuevo.<br /><br />Lo que nos revela Jesús de Nazaret con la totalidad de su ser y no sólo con las “enseñanzas” que podemos entresacar, o incluso “inventar” nosotros mismos a partir de sus muchas y a veces conflictivas imágenes, es que seguirlo a Él no consiste en seguir a otro distinto de nosotros mismos. Jesús de Nazaret nos remite a nuestra propia identidad de Hijas e Hijos de Dios y hace efectivo todo el caudal de vida humana y divina que se esconde allí mediante su opción por una eficacia eucarística. Lo admirable de una experiencia espiritual es reconocer en ella la manera como un hombre o una mujer entra en comunión profunda con su SER de Hija o Hijo de Dios, la forma como Dios brilla y se revela plenamente a sí mismo encarnándose en una identidad humana. Pero no se puede hacer de esa admiración el intento de vivir una experiencia espiritual propia usando el camino de otro, ni siquiera el camino de Jesús de Nazaret. <br /><br />Es decir: Jesús de Nazaret no es otro, somos nosotros mismos, cada una y cada uno de nosotros. Y seguirlo a Él no consiste en “imitarlo”, consiste en ser lo que Él nos revela que somos. En palabras de la carmelita Isabel de la Trinidad: «Seamos para con Él una humanidad suplementaria en la cual pueda renovar plenamente su misterio». Fue eso lo que hizo el Hermano Carlos de Jesús con la totalidad de su aventura espiritual, más allá de las muchas imágenes que a lo largo de su caminar él mismo pudo entender y proponer a veces como definitivas. Carlos de Foucauld no terminó siendo el ser humano que le pareció que su vocación religiosa le exigía, no terminó siendo el ser humano que su propia voluntad, o inteligencia, o devoción, quiso que fuera: terminó siendo el ser humano que Dios necesitaba que fuera para poder «renovar en él plenamente su misterio». Y para lograrlo tuvo que abandonar en el camino, tal como lo hizo Jesús de Nazaret, todas las imágenes en las que sus límites humanos pretendieron encerrarlo, hasta morir completamente solo en medio del desierto, dando con su propio fracaso humano el paso hacia el interior de la eficacia eucarística.<br /><br /></span><span style="color:#000000;"><em>Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:<br />–Maestro, ¿cuándo has venido aquí?<br />Jesús les dijo:<br />–Les aseguro que ustedes no me buscan porque hayan visto las señales milagrosas, sino porque han comido hasta hartarse. No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y les da vida eterna. Esta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.<br />Le preguntaron:<br />– ¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?<br />Jesús les contestó:<br />–La obra de Dios es que crean en aquel que él ha enviado.<br />– ¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron- para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: “Dios les dio a comer pan del cielo.”<br />Jesús les contestó:<br />–Les aseguro que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.<br />Ellos le pidieron:<br />–Señor, danos siempre ese pan.<br />Y Jesús les dijo:<br />–Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed. Pero, como ya les dije, ustedes no creen aunque me hayan visto. Todos los que el Padre me da vienen a mí, y a los que vienen a mí no los echaré fuera. Porque no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite el día último. Porque la voluntad de mi Padre es que todo aquel que ve al Hijo de Dios y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día último.<br />Por eso los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque había dicho: “Yo soy el pan que ha bajado del cielo.” Y decían:<br />–Este es Jesús, el hijo de José. Nosotros conocemos a su padre y a su madre: ¿cómo dice ahora que ha bajado del cielo?<br />Jesús les dijo:<br />–Dejen de murmurar. Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré el día último. En los libros de los profetas se dice: ‘Dios instruirá a todos.’Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él vienen a mí.<br />“No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios. Les aseguro que quien cree tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Sus antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo para que quien coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.”<br />Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:<br />– ¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?<br />Jesús les dijo:<br />–Les aseguro que si no comen el cuerpo del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron sus antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de este pan, vivirá para siempre.<br /></em><br /><br /></span><span style="color:#000000;"><strong><em>Bolivia 2007<br /></em></strong><br />Independientemente de cualquier valoración objetiva acerca de su desempeño, gran parte de quienes rechazan al actual presidente Evo Morales lo hacen por ser quien es. Suponen, aunque no todos se atreven a decirlo en voz alta, que alguien que haya nacido en el lugar y en las condiciones en las que él nació, alguien que tenga su misma formación, su misma cultura, no merece esa dignidad o no está en condiciones de asumirla digna y eficazmente. Y afirmados en esa posición, conciente o inconcientemente racista, están dispuestos a hacer lo que sea con tal de evitar que semejante «escándalo» siga ocurriendo en la patria. <br /><br />Sin embargo, es bueno no confundirse: más allá del miedo a lo que Evo Morales representa en términos de la distribución de fuerzas en la actual realidad boliviana, lo que no quieren enfrentar es el llamado a dejar lo viejo y comenzarlo todo otra vez desde el principio: el llamado a nacer de nuevo.<br /><br />La Bolivia de hoy es una nación que tiene el privilegio de estar atravesando una esquina histórica en la que sería posible atreverse a nacer de nuevo. Por eso su responsabilidad espiritual de cara a toda la humanidad es tan grande. Hoy por hoy Bolivia no está en la cola sino en la vanguardia de las búsquedas más cruciales que los seres humanos deberemos realizar en el presente siglo. No sólo porque haya sabido colocarse en esa esquina en la que sería posible atreverse a nacer de nuevo, sino sobre todo porque tiene la información necesaria para vivir ese renacimiento, porque ha sabido mantener vivo a pesar de todos sus pesares un depósito de sabiduría cultural y espiritual que es la semilla de una alternativa real y sistemática al imperio de muerte que cada vez copa más espacios en el mundo.<br /><br />Fuera de Bolivia son muchos los que apuestan a favor de Evo Morales, no tanto por una valoración objetiva de su desempeño como presidente, sino porque lo ven como un símbolo de ese «atreverse a nacer de nuevo» que ellos añoran desde sus propias circunstancias existenciales, sin saber cómo hacerlo, o desengañados por intentos fallidos en el pasado. Más que por Evo Morales apuestan a favor de algo todavía oscuro y confuso que en ellos mismos está pidiendo una oportunidad de SER. Si no existiera Evo Morales tendrían que inventarlo.<br /><br />De puertas hacia dentro las cosas se ven y son de otra manera. Independientemente del rechazo más o menos racista a Evo Morales, el problema objetivo es qué hacer con un pueblo, con varios pueblos, que luego de siglos de silencio quieren atreverse, con todo derecho y justicia, a decir su palabra. Algunos en medio de su ceguera no entienden, o se niegan a entender, las proporciones y la profundidad de lo que se juega en la Bolivia del año 2006. Le tienen tanto temor a lo diferente, a lo alternativo, que estarían dispuestos, si pudieran hacerlo, a devolver la película y regresar al pasado. Este temor que para unos es simple ceguera, paro otros es la conciencia clara de sus propios privilegios amenazados. Son éstos últimos los que muy hábilmente han sabido distraer la atención del tema de fondo: la posibilidad de comenzarlo todo otra vez desde el principio, y pretenden generar pánico convocando fantasmas extranjeros: el comunismo, Cuba, Venezuela. Lo que no calculan es que por ahí podrían terminar despertando no sólo fantasmas sino monstruos tan terribles como el de la violencia fratricida.<br /><br />La posibilidad de comenzarlo todo otra vez desde el principio no es un slogan publicitario para la constituyente, es la novedad radical que la Palabra de esos pueblos silenciados durante tantos siglos puede aportar hoy no sólo a Bolivia sino a toda la humanidad. Una novedad que cuestiona incluso el significado de la palabra palabra, y que nos invita a abrirnos a formas nuevas de comunicación, de organización, de construcción de lo social. Formas que por el significado y las consecuencias que tienen hoy se pueden llamar «nuevas», pero que son en realidad antiquísimas, milenarias.<br /><br />No perder de vista la grandeza de lo que se juega en la actual realidad boliviana no quiere decir ser ingenuos o cerrar los ojos a lo pequeño, a lo inmediato, a las realidades y necesidades cotidianas de la gran mayoría pobre del país. En ese sentido no dejan de tener cierta medida de razón quienes afirman que con esos bonitos análisis de antropólogos, sociólogos y teólogos no se puede llenar el plato del almuerzo cada día. Y también tienen razón quienes llaman la atención acerca de una posible idealización del aporte que las culturas originarias pueden hacer hoy. No se puede ignorar que la historia vivida y la limitación “original,” que cargamos los seres humanos vengamos de donde vengamos, también han echado encima de las semillas que aún se mantienen vivas una cantidad inmensa de basura que no es fácil separar y echar al fuego.<br /><br />¿Qué hacer como cristianos ante una situación tan compleja? ¿Cómo aportar a la construcción de un hoy más justo y fraterno para las mayorías del país, integrando las semillas de vida que la realidad nos coloca hoy sobre la mesa? ¿Cómo ser esas mujeres y esos hombres nuevos capaces de estar a la altura de un momento histórico tan rico pero también tan arduo, tan difícil? Sin ofrecer recetas imposibles o conclusiones fáciles, quizá lo que se nos pide es que seamos capaces de orientarnos en medio de esa realidad compleja con un sentido que se podría llamar: olfato eucarístico. Tenemos que aprender a ser eficaces de la manera como Jesús de Nazaret nos revela con la totalidad de lo que Él es: eficaces por la calidad de nuestro SER. <br /><br />Sin negar nada de lo humano, como el hijo de Dios encarnado, tenemos que asumir que nuestras reales soluciones, como hijas e hijos de Dios, no son humanas sino divinas. Es decir, tenemos que atrevernos a SER eucaristía. Se nos olvida que como cristianos no estamos llamados a buscar o a anunciar una solución: estamos llamados a dar testimonio: a SER la solución. Tenemos que ocupar nuestro sitio en la realidad de tal manera que el que coma nuestro cuerpo y beba nuestra sangre tenga vida eterna. Sólo quienes tienen una vida eterna pueden dar la medida de la complejidad de la realidad y pueden discernir, aportar para construir Vida. <br /><br />Hay algo que se podría considerar “positivo” en el pesimismo y la desesperanza de quienes no creen en las posibilidades de una mejora de la situación del país: en el fondo tienen la conciencia de que no existe ese programa salvador, venga de donde venga, que pueda llenar el plato de comida en la mesa de los pobres: no creen ya en las señales milagrosas. Lo malo de esa desesperanza es que casi siempre termina generando una rapiña egoísta: como no hay solución posible para el gran problema me ocupo de comer hasta hartarme, sin importar lo que le pase a los demás.<br /><br />Vivir SIENDO eucaristía es lo único que nos permite cargar y soportar sin falsas ilusiones la imposibilidad de soluciones humanas, pero de una manera que no es resignación o abandono sino que nos transforma en canales a través de los cuales la realidad entra en contacto con la verdadera solución: Les aseguro que si no comen el cuerpo del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida.<br /><br />El llamado cristiano a trabajar por la verdadera comida, por ese pan que no es como el maná que comieron sus antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido, muchas veces ha servido de argumento a quienes han querido utilizar la fe para defender sus privilegios. Siempre ha sido más cómodo ponerse del lado de quienes tienen el poder y señalar el “error” de los que desde abajo buscan cambiar esa situación construyendo algo nuevo. Sin embargo, más que entender la realidad como una balanza con dos platillos en sus extremos, el cristiano entiende que es el lugar donde está llamado a nacer de nuevo del agua y del Espíritu, el lugar donde debe atreverse a SER un ser humano nuevo de una nueva creación. Esa es su forma de entender el significado de la palabra cambio.<br /><br />Y es en este contexto donde la Palabra (con mayúscula) de esos pueblos silenciados durante tanto tiempo revela su significado. Pero para escucharla hace falta tener un olfato eucarístico. Olfato porque no son nuestros oídos el órgano capaz de comprender un significado que ni siquiera está expresado en eso que nosotros entendemos como palabra (con minúscula). ¿Acaso después de tantos siglos de silencio y resistencia van a ser tan ingenuos como para desperdiciar este momento histórico volviendo a caer en las trampas de una palabra que no ha hecho más que negarlos y discriminarlos? El cristiano que hoy no tenga el olfato eucarístico suficientemente desarrollado corre el riesgo de que su buena voluntad termine siendo utilizada por quienes apertrechados en sus privilegios si comprenden que la Palabra de esos pueblos contiene la semilla de una nueva creación y saben que la única manera de mantenerlos es volviendo a silenciarla.<br /> <br />Hoy en Bolivia el Maestro nos sale al encuentro al otro lado del lago. Pero la palabra que nos dirige desde allí no es la nuestra, no es ésa con la cual estamos acostumbrados a mirarnos nuestro propio ombligo, es la Palabra de aquellos que buscan despertarse luego de un silencio milenario. El ser humano viejo que debe morir para darle paso a uno nuevo insiste en defenderse: ¿Y qué señal puedes darnos para que, al verla, te creamos? ¿Cómo podremos ser capaces de ver las señales de lo nuevo si no nos dejamos conducir por quienes mantienen vivas todavía semillas que la vieja palabra no ha logrado corromper? Si queremos llegar con el Maestro hasta el otro lado del lago nos toca correr el riesgo del viaje, arriesgar la vida en la tormenta. Quienes desde la comodidad de la orilla pretenden juzgar a los que se atreven lo único que harán será seguir alimentándose con la comida que se acaba… siendo cómplices de la muerte.<br /><br />La afirmación de Jesús de ser el pan que da vida no es palabra, es acto: El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna. La Vida no se puede anunciar, no se puede escuchar, hay que comerla y beberla. Pero el que da la Vida, el que se deja comer y beber no hace su propia voluntad sino la voluntad de su Padre que lo ha enviado. Es así como puede cumplir con su responsabilidad de no perder a ninguno de los que se le han dado. Como seguidores de Jesús de Nazaret hoy en Bolivia estamos llamados a defender la unidad, a no dejar que ninguno se pierda. Pero cumplir esa responsabilidad no es palabra, es acto, es hacer el viaje junto con los que se han subido en la barca y enfrentan la tormenta para intentar llegar al otro lado.<br /><br />SER eucaristía no es “tener” fe, es vivir de la fe. Y en la práctica, el que vive de la fe tiene el alma llena de pensamientos nuevos, de nuevos gustos, de nuevos juicios; son horizontes nuevos los que se abren ante él (…) comienza necesariamente una vida totalmente nueva, opuesta al mundo, al que sus actos le parecen una locura (…) el camino luminoso por donde anda no aparece a los ojos de los hombres, les parece que quiere caminar en el vacío como un loco (Carlos de Foucauld). <br /><br />Desde luego el discernimiento que nos corresponde hacer hoy no es nada fácil. Si dejamos que sea el ser humano viejo que se esconde en nosotros mismos el que decida, ciertamente no podremos ver ni escuchar los pensamientos nuevos, los nuevos gustos, los nuevos juicios, los horizontes nuevos que hoy el Maestro nos quiere comunicar desde la otra orilla de la realidad Boliviana. Como cristianos sabemos que humanamente nadie da la medida para enfrentar semejante reto, pero también sabemos que como hijas e hijos de Dios vive también en nosotros un ser humano nuevo que tiene el olfato suficientemente desarrollado como para orientarnos en medio de la oscuridad y llevarnos al puerto. También sabemos que ese olfato no es el olfato de un SER que se queda afuera, que no se compromete, sino el olfato de alguien que desde adentro se ofrece como comida y bebida, como alimento verdadero. Ese ser humano nuevo no se obedece a sí mismo, no hace su propia voluntad, obedece la voluntad del que lo ha enviado. Por eso su paso por la cruz es inevitable.<br /><br />Hoy en Bolivia volvemos a ser los seguidores del hijo de un carpintero que se llamaba José, nacido en un caserío miserable, alejado de los centros de poder de un gran imperio, con tan mala fama que todos pensaban que no podía salir nada bueno de él. Su formación fue tal que sus propios vecinos lo reconocían y lo juzgaban solamente como “el hijo del carpintero”. Ese hijo de carpintero armado con la certeza que le daba su dignidad de Hijo de Dios fue descubriendo en sí mismo capacidades que lo convirtieron en una persona con poder, tanto que las multitudes quisieron hacerlo rey. Y cuando estaba en la mejor posición, cuando con un poco de organización y estrategia hubiera podido ser la cabeza de un movimiento importante en la capital misma de su país, opta por no obedecerse a sí mismo sino a alguien que llamaba mi Padre, y termina, en un gesto completamente inexplicable, ofreciendo su propia sangre y carne como alimento capaz de dar un tipo de vida no sólo abundante sino eterna. Esa fue su eficacia que más que con palabras expresó colgado en una cruz. Actuando así le heredó a sus seguidores una fuerza mayor que la del imperio.<br /><br /><br /><strong><em>Tiempo de Celebración</em></strong><br /><br /> <br />Para los cristianos la eucaristía es más que una tradición y una repetición ritual de ese acto realizado por el mismo Jesús. Así lo expresó Juan Pablo II en su Encíclica ECCLESIA DE EUCHARISTIA:<br /><br />“La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20); en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza. Con razón ha proclamado el Concilio Vaticano II que el Sacrificio eucarístico es «fuente y cima de toda la vida cristiana». «La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo». Por tanto la mirada de la Iglesia se dirige continuamente a su Señor, presente en el Sacramento del altar, en el cual descubre la plena manifestación de su inmenso amor. (…) Los Apóstoles que participaron en la Última Cena, ¿comprendieron el sentido de las palabras que salieron de los labios de Cristo? Quizás no. Aquellas palabras se habrían aclarado plenamente sólo al final del Triduum sacrum, es decir, el lapso que va de la tarde del jueves hasta la mañana del domingo. En esos días se enmarca el mysterium paschale; en ellos se inscribe también el mysterium eucharisticum.”</span><br /><span style="color:#000000;"><br />Mientras la semilla no termine de caer en tierra y muera para dar fruto, siempre nos encontramos en ese lapso que va de la tarde del jueves hasta la mañana del domingo. Pero hay momentos históricos, como el que actualmente vive Bolivia, en los que la intensidad del sentido que se juega en ese lapso se remarca doblemente. Es aquí, en medio de las oscuridades y los sobresaltos del camino, donde nos toca responder la pregunta: ¿comprendimos el sentido de las palabras que salieron de los labios de Cristo?... Quizá no. No estamos llamados a vivir de la eucaristía como si fuéramos parásitos de un rito, estamos llamados a vivir de la eucaristía en el sentido de SER nosotros mismos eucaristía. Pero ésa, más que una experiencia individual es una experiencia de Iglesia, una experiencia de Comunidad.<br /><br />¿Cómo ser comunidad, ser Iglesia, en la Bolivia de hoy, sin dejarnos arrastrar por propuestas que ofrecen estilos de convivencia que no son acordes a la dignidad que tenemos todas y todos de SER hijas e hijos de Dios, pero también sin estorbar la acción del Espíritu que quiere echar vino nuevo en cántaros nuevos? ¿Cómo vivir este momento histórico que se nos ofrece como espacio de celebración eucarística de ese tránsito misterioso y doloroso de la muerte hacia la vida? Si los cristianos no somos eucaristía ¿qué podemos aportarle a la celebración de nuestros ritos eucarísticos?<br /><br />El único poder más grande que todos los imperios es el poder de la misericordia. El borrón y cuenta nueva absoluta, el milagro de volver a nacer. Pero ese poder nos lo reveló alguien que en sí mismo es la señal de una opción Divina: Jesús de Nazaret. No podemos SER eucaristía sin acompañar esa opción, sin correr en comunidad los mismos riesgos que corrió nuestro Maestro, sin realizar hoy nuestro propio tránsito eclesial de la tarde del jueves hasta la mañana del domingo. Es época de muerte, muchas muertes se fermentan en el hoy del mundo y de la humanidad, pero por eso mismo, para nosotros los cristianos es también época de vida. De vida no en el sentido de que arrinconados por el temor a lo nuevo nos constituyamos en defensores de lo viejo. De vida en el sentido de ser dóciles a las muertes que el Espíritu necesita que nosotros experimentemos para transformarnos en mujeres y hombres capaces de acoger al ser humano nuevo que ya está llegando.<br /><br />Eucarísticamente hablando la realidad que atraviesa hoy Bolivia, el corazón de América Latina, es de una densidad y una riqueza infinitas. Somos, en un rincón menospreciado del imperio esa Nazaret en la que el hijo del carpintero vuelve a nacer con el rostro de muchos pueblos relegados y despreciados. No esperemos como Iglesia que ese Jesús nos hable con viejos y caducos lenguajes, no esperemos que nos repita nuestras cansadas certezas, o que nos afirme en nuestras actuales instalaciones. No estamos llamados a ser una comunidad que se conforma con ser testiga formal y muda del misterio pascual, del misterio eucarístico. Estamos llamados a SER una comunidad que encarna ese misterio, que realiza la Vida de Dios, de Dios que es novedad absoluta, en medio de un mundo cercado por la muerte.<br /><br />Hay un bello mito Quechua que se expresa con la palabra Pachakuty, que significa el retorno a los periodos originarios, el vuelco total y el transito a un estado de mayor sabiduría. Y en el capítulo 13 del Evangelio de Mateo, dice Jesús: Todo maestro de la Ley que se convierte en discípulo del reino de Dios, se parece al que va a su bodega y de allí saca cosas nuevas y cosas viejas. El complemento de estas dos afirmaciones hoy en Bolivia es evidente: para ser discípulos del Reino tenemos sacar cosas viejas de nuestra bodega, retornar a los periodos originarios, vivir un vuelco total y entrar en un estado mayor de sabiduría, pero también tenemos que saber sacar cosas nuevas, atrevernos a construir lo que parece imposible, sabiendo que nuestros actos parecen una locura (…) el camino luminoso por donde andamos no aparece a los ojos de los hombres, les parece que queremos caminar en el vacío como locos…</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-91087872671405552162007-02-02T14:54:00.000-08:002007-02-02T15:08:24.030-08:00Camino Espiritual de las Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld<div align="justify"><span style="color:#990000;"><strong><span style="color:#333333;"></span></strong></span> </div><div align="justify"><span style="color:#990000;"><strong><span style="color:#333333;"></span></strong></span> </div><div align="justify"><span style="color:#990000;"><strong><span style="color:#333333;">Vocación<br /></span></strong><br /></span><span style="color:#990000;"><strong><em>“Lo que yo busco en este momento no es un grupo de almas que entren en un marco de vida prefijado para llevar estrictamente un género de vida bien delimitado... No, actualmente lo que busco es un alma de buena voluntad, que quiera compartir mi vida, en la pobreza, la oscuridad, sin ninguna regla fija, siguiendo su llamada, como yo sigo la mía...” </em></strong>(Carlos de Foucauld. Dic 3/1905)<br /><br /><br />1. Las Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld, están llamadas y llamados a reconocer en sus vidas la presencia y la acción misericordiosa de Dios, Señor de lo imposible, capaz de sanar todas las heridas y hacer que los últimos, según las razones humanas, sean quienes más cerca estén de su corazón y ocupen los primeros puestos en el banquete del Reino.<br /><br />Reconocen la riqueza de vida infinita que han recibido gratuitamente por ser hijas e hijos de Dios, que nada ni nadie les podrá quitar.<br /><br />Acogen y celebran esa riqueza de vida que gratuitamente se les da y afirmándose en ella, sin hacer ningún caso de sus propios límites y defectos humanos, la ofrecen a los demás, gritándola con toda su vida, para que ellos puedan también reconocerla y ser felices como el corazón de Dios desea que lo sean.<br /><br />2. La vida escondida que eligió Dios vivir en Jesús de Nazaret, les invita a reconocerse también como habitantes de ese Nazaret santificado por la presencia silenciosa y discreta de Dios encarnado.<br /><br />3. Acogen el don de su propio Nazaret santificado y lo santifican ellos mismos por su comunión con ese gesto amoroso de Dios en la Encarnación.<br /><br />4. Se abren al deseo de Dios que quiere vivir en sus corazones los mismos sentimientos que vivó el Corazón de Jesús en Nazaret.<br /><br />Por eso buscan estar presentes, como Él lo estaría, en medio de todas las situaciones personales, familiares y sociales que les corresponda vivir.<br /><br />5. Se niegan a sí mismos, como Dios se negó a sí mismo en Jesús de Nazaret, no por debilidad, o piedad, o moralismo, sino para afirmar en ellos la fertilidad de las hijas y los hijos de Dios.<br /><br />6. Acompañan a su Hermano Mayor, Jesús, en su camino, que no es camino de esclavitud, debilidad y muerte, como puede parecerle a los ojos humanos, sino camino de liberación, de poder y de vida.<br /><br />7. Y llegan con Él hasta la mesa de su Última Cena, y ofreciendo allí junto con Él el pan y el vino de sus propias vidas, todo lo bueno y todo lo malo que pueda haber en ellas, aceptan pasar por la Cruz y por la Muerte para transformarse en Eucaristía y darle a sus vidas una plenitud y una eficacia divinas.<br /><br /><em>Los que fuimos sumergidos por el bautismo en Cristo Jesús, fuimos sumergidos en Él para participar de su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con Cristo para compartir su muerte, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, también nosotros hemos de caminar en una vida nueva. (</em>Rom 6, 4-5)<br /><br />8. Las Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld están llamadas y llamados no a “tener” fe sino a vivir de ella:<br /><br /></span><span style="color:#990000;"><strong><em>“El que vive de la fe tiene el alma llena de pensamientos nuevos, de nuevos gustos, de nuevos juicios; son horizontes nuevos los que se abren ante él (...) comienza necesariamente una vida totalmente nueva, opuesta al mundo, al que sus actos le parecen una locura (...) el camino luminoso por donde anda no aparece a los ojos de los hombres, les parece que quiere caminar en el vacío, como un loco...” </em></strong>(Carlos de Foucauld. Nazaret Nov 9/1897)<br /><br />9. Se esfuerzan por llevar una vida totalmente nueva, opuesta al mundo, por transformar su Ser en Eucaristía, para dar testimonio de que allí donde los límites humanos dicen que no hay nada, hay en realidad un camino luminoso que se puede transitar.<br /><br />10. No pueden hacer visible el camino por el que avanzan porque sólo se puede ver desde el interior de una experiencia de fe, pero su vida, que puede parecer una locura, si puede despertar en los otros el gusto por algo que está más allá y que hace posible la vida en el centro mismo de la muerte.<br /><br />11. Para ellas y ellos Ser Eucaristía es la respuesta definitiva de Dios a todas sus búsquedas humanas.<br /><br />Pero no es una respuesta teórica sino una invitación a ponerse de rodillas, porque lo que Dios les propone no es que “comprendan” sino que asuman, que multipliquen la eficacia eucarística sobre el mundo mediante el ofrecimiento eucarístico de sus propias vidas.<br /><br />Ámense los unos a los otros como yo los he amado... Jn 13, 34<br /><br />12. Este ofrecimiento eucarístico de sus vidas los invita a vivir en cada uno de sus encuentros humanos, a la manera de la Virgen María, el gozo de saber que son sus propias entrañas las que acogen y comunican al Salvador.<br /><br />13. No tratan primero de creer en la eucaristía, ni de adorar la eucaristía, ni de asistir a la celebración de la eucaristía, sino que se esfuerzan por Ser ellos mismos eucaristía.<br /><br />Por creer en ella, adorarla y celebrarla en su manera de vivir los acontecimientos que la vida les impone, como seres humanos resucitados que han empezado ya una vida nueva.<br /><br />Participan con gozo y fe, en la celebración y la adoración de la eucaristía que Cristo resucitado vive en su cuerpo místico, la Iglesia.<br /><br />14. Como hijas e hijos se dejan alimentar por el magisterio de la Iglesia y velan junto con ella haciendo caso de la interpelación de Jesús en el Huerto de Getsemaní: ¿Cómo pueden dormir? Levántense y oren para que no caigan en la tentación. (Lc 23, 46)<br /><br />15. El fruto que están llamados a dar no es una construcción exterior a ellos mismos. Su seguridad y su felicidad nacen de saber que lo que está sucediendo en sus entrañas es YA el fruto.<br /><br />16. Se vacían de sí mismos en un gesto de confianza total y colocan toda su vida en las manos de Dios para que sea Él quien les indique su lugar.<br /><br />Y cuando están allí, en el lugar donde han sido llevados por el Espíritu, dejan que su Ser sea su eficacia, se ocupan de lo fundamental, el Reino de Dios y su Justicia, y esperan que el resto se les dé por añadidura.<br /><br /><br /></span><span style="color:#990000;"><strong><span style="color:#333333;">Misión<br /></span></strong><br /><strong><em>“Nada de raro ni de extraordinario encontrará usted en el padre De Foucauld, sino una fuerza irresistible que empuja, un instrumento duro para una ruda tarea (...) firmeza, deseo de ir hasta el final en el amor y en la entrega, de sacar todas las consecuencias, nunca desánimo, nunca (...) todas las objeciones que se le ocurren, ¡cuántas veces se me han ocurrido¡ Sólo me he rendido ante la experiencia, y tras largas pruebas (...) ¡Déjele ir y vea¡” </em></strong></span><span style="color:#990000;">(P. Huvelín. Ag 25/1901)<br /><br />17. Las Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld son llamadas y llamados a <em>ponerse de pie en el Nazaret en el cual la vida los haya criado y anunciar que el Espíritu de Dios está sobre ellos y los ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, para devolver la vista a los ciegos, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor</em> (Lc 4, 18-19).<br /><br />18. Viven todos los acontecimientos de su vida personal, familiar y de su pueblo, esforzándose por ser testigos agradecidos de la manera como Dios sana todas las heridas y construye la vida en medio de la muerte.<br /><br />Pero no sólo se esfuerzan en ser testigos sino que hacen todo lo que pueden hacer, usando al máximo sus talentos humanos, para afirmar y fortalecer esa construcción sanadora y liberadora de Dios, luchando permanentemente contra la tentación de creerse ellos mismos los constructores.<br /><br />19. No olvidan nunca que como hijos e hijas de Dios son plenamente responsables y deben tomar todas las iniciativas que estén a su alcance para construir un mundo en el que efectivamente los últimos sean los primeros, tal y como sucede en el corazón del Padre, y como debe suceder en su propio corazón de Hermanas y Hermanos Laicos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld.<br /><br />20. Hacen todo lo humanamente posible pero como su vocación no los llama a una eficacia solamente humana sino eucarística, viven un proceso constante, individual y comunitario, de discernimiento y educación espiritual, que les permita dejarse conducir y modelar por la sabiduría divina.<br /><br />21. Se abren a las novedades del Espíritu que puede construir, sanar y liberar de formas que a ellas y ellos mismos les pueden parecer humanamente incomprensibles.<br /><br />22. No buscan intencionalmente ningún tipo de fracaso o de ineficacia humana, pero no evitan en su camino con Jesús de Nazaret el paso doloroso y oscuro de la Cruz, de la semilla que debe morir para dar fruto.<br /><br />23. Su vocación los empuja a buscar con pasión en cada hecho de su vida personal, familiar y de su pueblo, la forma concreta de vivir su obediencia eucarística, porque saben que es así como pueden participar eficazmente en la construcción del Reino de Dios.<br /><br />24. Una obediencia eucarística que inevitablemente pasa por la negación de sí mismos, y que los llevará a asumir actitudes que vistas desde fuera de una experiencia de fe pueden parecer negligencias, infidelidades o cobardías.<br /><br />25. A pesar de todas sus inevitables contradicciones y vacilaciones humanas, intentan no quedarse nunca a medio camino. Su obediencia eucarística los empuja, como al Hermano Carlos, a buscar una manera de ir siempre hasta el final en el amor y en la entrega, de sacar todas las consecuencias.<br /><br />26. Su testimonio, su Ser que busca adecuarse cada vez más al ritmo y a la manera como Dios construye, hace que sin salir del mundo no sean del mundo y con su presencia defiendan de la acción del maligno el corazón de todas las situaciones en las que deban intervenir. (Jn 17, 14-15)<br /><br />27. Quizá muchas veces la necesidad de sobrevivir y sostener a sus familias les obligue a participar en iniciativas y trabajos humanos que les impidan cualquier forma de expresión de su fidelidad profunda al ritmo y a la manera como Dios construye.<br /><br />Tal vez tengan que asumir condiciones de trabajo y de vida abiertamente injustas y opresoras, en medio de las cuales no podrán hacer nada distinto a callar y obedecer.<br /><br />En esas circunstancias extremas están llamados y llamadas a transformar su impotencia en misericordia.<br /><br />Su respuesta será la misma que la de Jesús de Nazaret ante la cadena de injusticias con las que fue llevado hasta la cruz. Aparentemente se calló, se resignó, no luchó, pero en realidad estaba enfrentando y derrotando al mal, no en sus manifestaciones externas sino en su raíz: el corazón del hombre.<br /><br />Desde la condición de víctima torturada y condenada injustamente, y ante la ceguera de quienes lo interpelaban diciendo: ya que salvó a otros que se salve a sí mismo (Lc 23, 35) pidió perdón por sus verdugos porque no sabían lo que hacían (Lc 23, 34).<br /><br />28. Por eso, aún en medio de sus inevitables luchas por obtener para ellos, para sus familias y para su pueblo condiciones de vida más dignas y justas, ofrecen sus vidas para que Dios vuelva a demostrar en ellas, como lo hizo en la vida de Jesús de Nazaret, que el extremo del amor, la justicia, no podrá ser nunca el resultado de cálculos y organizaciones humanas sino el resultado de la misericordia.<br /><br />29. En el secreto más íntimo de su propio ser, al interior de sus familias y caminando codo a codo con su pueblo, deben tener el coraje de anunciar como Buena Noticia, lo que a los ojos humanos parece ser el silencio y la impotencia de Dios ante el mal del mundo.<br /><br />30. Pero todo su ser debe también dar testimonio de que su comunión con ese aparente silencio e impotencia de Dios los hace plenamente humanos y felices, aun viviendo en medio de circunstancias profundamente inhumanas y dolorosas.<br /><br />Pueden llegar a ser destruidos pero no pueden ser alcanzados por la muerte. Su destrucción no es un regreso a la nada ni una claudicación ante el mal. Es el paso de la semilla que con su muerte hace posible la fertilidad.<br /><br /><br /></span><span style="color:#990000;"><em>“El Padre me ama porque yo mismo doy mi vida,<br />y la volveré a tomar. Nadie me la quita, sino que yo mismo<br />la voy a entregar. En mis manos está el entregarla, y también el recobrarla...” (</em>Jn 11, 17-18)<br /><br />31. Su Misión es defender la vida y la cumplen no porque sean especialmente fuertes, o porque tengan una sabiduría humana que les diga cómo hacerlo, sino porque dejan que en ellos suceda de manera gratuita tal y como Dios lo desea, porque no la estorban, porque son dóciles al camino misterioso que ella usa para circular en medio de la muerte y repetir el milagro de la fertilidad.<br /><br />32. Perseveran porque saben que:<br /><br /><strong><em>“En el momento en que Jacob está de camino, pobre, solo, cuando se acuesta en la tierra desnuda, en el desierto, para descansar tras un largo camino a pie, en el momento en que está en esa dolorosa situación del viajero aislado, en medio de un largo viaje en país extranjero y salvaje, sin refugio, en el momento en que se halla en esa triste condición es cuando Dios lo colma de favores incomparables...” </em></strong></span><span style="color:#990000;">(Carlos de Foucauld)<br /><br /><br /><strong><span style="color:#333333;">Oración</span></strong><br /><br /></span><strong><em><span style="color:#990000;">“Todo lo que no es la simple adoración del Amado, lo veo de tal modo igual a cero, que se me caen las manos apenas dejo el pie del sagrario”. </span></em></strong><span style="color:#990000;">(Carlos de Foucauld)<br /><br />33. Las Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld, en su camino de oración están llamadas y llamados a llegar al extremo de percibir con el Hermano Carlos que la simple adoración del Amado es no sólo la fuente que alimenta todas sus acciones, sino la acción humana más eficaz que pueden realizar.<br /><br />Y es acción porque después de haber amado a los suyos que están en el mundo, son empujados a amarlos hasta el fin, y es en el silencio y en la quietud de la adoración, cara a cara con Dios, sin ningún intermediario, donde pueden llevar a cabo el hundimiento definitivo de su Ser en el misterio de la eficacia del amor divino.<br /><br />34. La eficacia del amor divino es la que desarrolla su Ser de hijas e hijos de Dios, y los hace capaces de participar eficazmente en la construcción del Reino de Dios y su justicia en el mundo.<br /><br /><strong><em>“Yo soy muy feliz; no me alejo apenas del Sagrario: ¿Qué puedo desear más y encontrar mejor? La soledad no me pesa para nada, al contrario, me resulta muy dulce, tan dulce que si buscara mi consuelo, no la rompería jamás”. </em></strong>(Carlos de Foucauld)<br /><br />35. Se alimentan con el cuerpo y la sangre de Jesús que a través de la celebración de la eucaristía en la Iglesia el mismo Jesús les ofrece cada día, y piden allí la gracia de ser fieles a su vocación de ser ellos mismos eucaristía en medio del mundo.<br /><br />36. En el silencio y en la quietud de la adoración eucarística se realiza en ellas y ellos la misma transformación que se llevó a cabo en Jesús de Nazaret luego de entregarse a sí mismo, su cuerpo y su sangre, para ser comido y bebido por sus discípulos.<br /><br />Pero no llegan allí por pura creencia o devoción sino que son conducidos por el Espíritu. Él reconoce que ellas y ellos acogen su vocación, y tienen el deseo sincero de ser fieles a la misión a la cual se los envía.<br /><br />No llegan a ponerse de rodillas ante el Sagrario con las manos vacías, sino llevando su realidad humana de cada día molida, amasada y hecha pan por la fidelidad a su opción de Ser eucaristía.<br /><br />37. Su oración es una forma de expresar que su manera propia de comulgar con el cuerpo y la sangre de Jesús es haciéndose ellos mismos materia consumible y bebible.<br /><br />Aceptan dar en la fe ese paso que los hunde en una oscuridad inexplicable, y se vacían de sí mismos para que Dios los utilice como le plazca y sirvan a su proyecto de inundar con misericordia todos los rincones de las realidades humanas, y del universo entero.<br /><br />38. Quien se vive a sí mismo como eucaristía no puede “hacer” oración: Es oración.<br /><br />Quien “hace” oración realiza un esfuerzo voluntarioso para salir de sí mismo y dirigirse a un objeto exterior.<br /><br />En cambio, quien Es oración se acepta plenamente, acepta con gusto su realidad de hija o hijo de Dios, no lucha consigo mismo sino que suelta su humanidad, con absoluta confianza, en las manos de Dios, que espera solamente un si para intervenir y derramar abundante gracia.<br /><br />Y con la nueva mirada de fe que la gracia recibida despierta en ellas y ellos, saben reconocer en cada realidad, oscura o luminosa, feliz o sufriente, un sagrario que los invita a ponerse de rodillas y adorar.<br /><br />39. En su oración aprenden a reconocerse y aceptarse a sí mismos, a sus familias, y a su pueblo, como habitantes de ese Nazaret santificado por la presencia silenciosa del Dios encarnado.<br /><br />Y se disponen para regresar a sus vidas cotidianas a responder amor con amor, dejándose conducir por el Espíritu que quiere que ellas y ellos se encarnen en su propia realidad de la misma manera y con la misma eficacia que Jesús en Nazaret.<br /><br />40. La unidad entre su fe y su vida es una responsabilidad que toca desde luego todas sus opciones y responsabilidades humanas, pero en última instancia es un misterio que sólo la voluntad de Dios conoce y puede realizar.<br /><br />Por eso su oración es una solicitud permanente de luz, un esfuerzo de discernimiento, pero también es una forma de aceptación, dolorosa y gozosa al mismo tiempo, de todo aquello que siendo voluntad de Dios contradiga sus luces y sus opciones humanas.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /></div></span>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1165495645623063392006-12-07T08:44:00.000-08:002006-12-07T04:47:25.636-08:00Caminar sobre las aguas<span style="color:#000000;">La Vida nos espera <em>en </em>Jesús y queremos ir hacia ella como Pedro: <em>Señor, si eres tú, mándame ir donde ti... </em><span style="font-size:85%;">(Mt 14,28).</span> Ilusionados por nuestros buenos deseos, se nos olvida que Él, que nuestra vida, nos espera, sí, pero caminando sobre las aguas en medio de una tempestad. Su orden, la orden de la vida que nos llama, es clara y fuerte: <em>¡Ven!,</em> y damos uno o dos pasos sobre las aguas picadas, pero la “conciencia” del peligro en que nos encontramos termina imponiéndose y nos echa encima el lastre del miedo que nos empuja hacia el desastre. ¿Cómo sostener la confianza en ese instante precioso en que logramos ignorar la imposibilidad racional de hacer lo que en ese instante <em>ya </em>estamos haciendo: caminando sobre las aguas en dirección a Jesús? El gesto del cual somos responsables y que nos capacita para movernos hacia la Vida que nos llama, consiste en volver cada día y en cada situación concreta a colocar los pies sobre ese sostén invisible e irracional capaz de mantenernos a flote en medio de la tormenta y permitirnos llegar hasta Él... volver a nosotros mismos.</span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1161201461808175942006-10-18T13:48:00.000-07:002006-10-18T12:57:41.836-07:00Santidad<a href="http://photos1.blogger.com/blogger/2747/2829/1600/DSC00093_redimensionar_JPG.jpg"><img style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://photos1.blogger.com/blogger/2747/2829/400/DSC00093_redimensionar_JPG.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;">Si no nos diera (qué será: miedo? pudor?) tendríamos que afirmar abiertamente que cada vez creemos menos en las intervenciones humanas. Es decir, prácticamente ya no creemos para nada en las intervenciones humanas. Y da miedo porque al fin de cuentas dependemos de esas intervenciones para sostener nuestra vida y la ilusión de que nos hacemos inmunes al sufrimiento, pero sabemos que esa vida sostenida con miedo es apenas una «vidita» minúscula. La verdadera Vida nos espera más allá, en el descaro total de los que no defienden nada y lo aceptan todo. ¿Algún día sentiremos en el pecho el pálpito humano que quizá sientan los que lanzan su vida por esa pendiente y se atreven a correr los riesgos que semejante paso conlleva? Mejor dicho: ¿algún día sentiremos lo que sienten los santos? ¿O acaso los santos, aunque se atreven, sólo sienten lo que estamos sintiendo? ¿Cómo saberlo?<br /><br />Santidad. El caso no es empeñarse en eliminar por completo nuestras basuras sino en aprender a convivir con ellas evitando al máximo la contaminación, aunque para ello sea necesario desarrollar un método profiláctico tan eficiente que permita no contaminarse aunque se tenga que revolcar uno todo el día entre inmundicias. Sin ser ilusos, lo sano (¿lo santo?), accesible para nosotros, es mantener un nivel de basuras que no nos desborden y dejarnos tocar sólo por un tipo de infecciones no mucho más fuertes que nuestras defensas naturales y que puedan ser por lo menos controladas con los medicamentos que tenemos a mano. Si logramos sostener ese equilibrio le daremos espacio a nuestras defensas naturales para que se fortalezcan y ganaremos fuerzas para incinerar un poco más de basuras cada día.<br /><br />Santidad siglo XXI. Hay un Proyecto que en sí mismo no tiene un objetivo que cumplir sino que se ocupa exclusivamente de crear el espacio y las condiciones que hacen posible el cumplimiento y desarrollo de todos los demás proyectos. Lo que Hace no es ser eficaz en ningún sentido particular sino establecer vínculos, propiciar asociaciones, incitar desplazamientos. Es como el sistema operativo de un computador, que no es un programa con funciones específicas determinadas y delimitadas sino que está ahí como telón de fondo para permitir (haciendo todo lo que haga falta hacer de la manera más discreta y eficiente posible…) que los programas “corran” y cumplan cabalmente las funciones para las que fueron creados. Pónganle el nombre que quieran a ese proyecto: contemplativo, místico, artístico. Yo agregaría: Nazaret. Espiritualmente hablando no es momento de crear nuevos programas -estamos saturados de programas-, es momento de actualizar y agilizar el viejo y fatigado sistema operativo antes de que nuestra totalidad colapse en el caos interno generado por tantos programas queriendo correr desenfrenadamente al mismo tiempo. Cuestión de colocarle acentos a las prioridades.</span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1161014082853442052006-10-16T08:47:00.000-07:002006-10-16T08:54:42.870-07:00Señales<a href="http://photos1.blogger.com/blogger/2747/2829/1600/foto04.jpg"><img style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://photos1.blogger.com/blogger/2747/2829/400/foto04.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><strong><em><span style="font-size:85%;color:#000000;">Ustedes me buscan, no porque han visto señales, sino porque han comido panes y se han saciado. Obren, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que les da el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre Dios ha marcado con su sello.</span></em></strong></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"><br />Cierto es que la tendencia humana más fuerte consiste en buscar aquello que llena el estómago, pero también cierto es que hay hombres y mujeres -quizá la mayoría- que no tienen oportunidad de ver señales porque no hay casi nadie que se dedique a ese oficio: generar señales. Y generar señales consiste en obrar, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que les da el Hijo del hombre. No importa que los seres humanos permanezcan encerrados en su tendencia desaforada a buscar solamente aquello que les llena el estómago “hasta saciarse”, por más que quieran no pueden arrancar de sus entrañas esa brújula interna que los hace desear, a favor de lo mejor de sí mismos, de su identidad divina, ver señales. Y cuando logran ver una señal les brotan de donde menos esperan, gestos, palabras y sentimientos de vida eterna. Ser cristiano, ser seguidor o seguidora de Jesús de Nazaret, es dedicarse al oficio de generar señales, no porque dejemos de responder a las necesidades del estómago, sino porque solamente quienes viven ya la vida eterna, quienes generan y reconocen las señales, pueden vivir una justicia divina, la única que multiplica el pan para todos y todas sin imponer ninguna forma de injusticia o de opresión a nadie. Quien genera señales provoca, quien provoca despierta, y quien despierta vive y hace posible que otros vivan la vida eterna.</span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1158953515501115552006-09-22T12:23:00.000-07:002006-12-07T04:57:26.100-08:00Monjes hoy<div align="justify"><em><span style="color:#333333;"></span></em> </div><div align="justify"><em><span style="color:#333333;"></span></em> </div><div align="justify"><span style="color:#333333;"><em>“Por monje, monachos, entiendo aquella persona que aspira alcanzar el fin último de la vida con todo su ser, renunciando a todo lo que no sea necesario para ello, es decir, concentrándose en este único y singular objetivo. Precisamente esta singularidad, o más bien la exclusividad del fin que rehúsa todos los demás fines subordinados, aunque legítimos, distingue al camino monástico de todos los demás caminos espirituales hacia la perfección o salvación. El monje se encuentra como mínimo en el deseo de ser liberado, y está tan concentrado en eso que renuncia a los frutos de su acción, distinguiendo lo real de lo que no lo es, y por eso está dispuesto a seguir la praxis necesaria. Si en cierto sentido se supone que todo el mundo aspira al fin último de la vida, el monje es el más radical y exclusivo en su cometido. Todo lo que no sea medio hacia ello es ignorado; todo lo que no sea el camino es marginado.”<br /><br />“Mi hipótesis es que lo monacal, es decir, el arquetipo del cual el monje es una expresión, corresponde a una dimensión de lo humanum, de modo que todo ser humano tiene potencialmente la posibilidad de realizar esa dimensión. Lo monacal es una dimensión que tiene que ser integrada a otras dimensiones de la vida humana para conseguir lo humanum. No sólo de pan vive el hombre.”<br /><br />“Me hago eco de la tradición que ve al monje como un ser solitario (no un aislado), viviendo quizá en una familia (espiritual), pero no como miembro de un mundo encerrado en sí mismo. La vocación monástica es esencialmente personal.”<br /><br />“Creo que la tarea monástica más urgente hoy es buscar a Dios por los caminos de la política, la sociedad, la economía, la ciencia y la cultura, y no buscarlo perpetuando instituciones automarginadas y apolíticas, olímpicamente distanciadas de las cuestiones económicas, que rehúsan con aires de superioridad las disputas científicas, y se proclaman refinadamente supraculturales. Un Dios así sería una abstracción, no un Dios viviente ni ciertamente (en el ejemplo de la tradición judeo-cristiana-islámica) el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob”.<br /><br />“Primero: necesidad de formación. El primer paso hacia la formación es una in-formación autentica. Las tradiciones monásticas, en general, no tienen suficiente conocimiento del estado del mundo, el cual empeora y se debilita de día en día. Con esto no quiero decir que deban ser informados, a través de los medios modernos de comunicación o periódicos, de la última noticia de lo que está ocurriendo en algún lugar, etc., que sólo serviría para distorsionar la visión y la perspectiva genuina de la aventura global de la realidad en su camino hacia el centro, hacia su destino como quiera que lo interpretemos. Pero hay una gran falta de información. Esta arrogante despreocupación o desinterés o indiferencia ante las cuestiones del mundo, actualmente sólo puede aparecer como la menos monástica de las virtudes, ya que fomenta la crueldad de la indiferencia, la insensibilidad y la ignorancia culpable. Muchos anacoretas de tiempos antiguos se hicieron cenobitas con el fin de ser medios de edificación para sus hermanos.<br /><br />Quizá los nuevos monasterios deberían ser centros donde se estudie y se cultive la verdadera “construcción” del mundo.<br /><br />Segundo: un estudio contemplativo o una aproximación profunda a estos problemas, de modo que no se consideren como simples cuestiones técnicas o como simples datos informativos, científicos o logísticos. Los dilemas globales de hoy no están sujetos a soluciones inmediatas o técnicas, así que todo lo que hemos estado diciendo aquí acerca de la contemplación debería tener un apoyo directo en el modo como abordamos los problemas humanos urgentes de la vida de cada día: sociedad, política, ciencia, cultura, etc.<br /><br />Debería surgir una metodología sui generis que integre la actividad de la contemplación y la vida de acción contemplativa. No quisiera que se interpretasen mal mis palabras como si tal estudio se tuviese que reducir sólo a cuestiones sociológicas. Un conocimiento en profundidad de la propia tradición, por ejemplo, es igualmente imperativo. Además, ya no podemos conocernos a nosotros mismos correctamente sin conocer a nuestros vecinos, e incluso sus opiniones sobre nosotros. El conocimiento de otras tradiciones espirituales es también un imperativo monástico.<br /><br />Tercero: una invitación a la acción. Para el monasticismo, invitar a la acción no significa activismo o un simple politiqueo.<br /><br />(…)<br /><br />El monasticismo tradicional convertía los monasterios en un politeuma (pertenencia al cuerpo social, unidad política), un modelo de comunidad en simbiosis con el mundo del entorno. Pero lo que una vez fue simbiosis puede convertirse en parasitismo si no se restablecen la comunicación y la comunión. Esta visión del monje se puede interpretar como idealista y utópica. Me reconfortó leer en el suplemento de la Nueva Enciclopedia Católica (1979) que el “instinto monástico es profético”. Sin querer identificar los dos carismas, no se puede negar que el nuevo monje ya no se siente satisfecho con una fuga mundi e intenta realizar una consecratio mundi de forma muy especial, una consagración de las estructuras espacio temporales: lo que he llamado secularidad sagrada.<br /><br />Y aquí me siento impulsado a hacer una propuesta concreta a la luz de todo lo que hemos dicho. Va en contra de mi estilo, porque la historia demuestra que las cuestiones de este calibre no pueden ser resueltas organizando comisiones, sino más bien con el esfuerzo y la experiencia de unas pocas almas valientes. Quisiera transmitir la urgencia de construir una comisión o un grupo, o un simposio sobre la formación monástica en nuestro mundo contemporáneo. Esto podría quizá crear la atmósfera propicia para que se produzca un cambio más existencial. El tiempo no puede estar ya más maduro.<br /><br />“La crisis de nuestro período contemporáneo y al mismo tiempo su más grande oportunidad y vocación es comprender que el microcosmos humano y el macrocosmos material no son dos mundos separados, sino una y la misma realidad cosmoteándrica, de la cual, precisamente, la tercera dimensión “divina” es el vínculo unificador entre las otras dos dimensiones de la realidad”.</em> (Raimon Panikar)</span></div><p><span style="color:#333333;">Es un hecho que hoy esas pocas almas valientes, donde estén, a pesar de la insipiencia de sus búsquedas y resultados, están llamadas a posponer de alguna manera su necesidad y deseo (eremítico) de soledad y aceptar un compromiso comunitario (cenobítico), poniendo todos sus esfuerzos y experiencia al servicio de la edificación de sus hermanos, intentando ser educadores-formadores de ese nuevo tipo de ser humano (monástico) capaz de realizar un verdadero estudio contemplativo de la realidad, generando espacios (“centros”) donde se cultive la verdadera «construcción» del mundo, y creando la atmósfera propicia para que se produzca un cambio más existencial. Sin embargo, esta aparente claridad no lo es tanto cuando se está en medio de la realidad y se intenta construir. Hace falta ciertamente renunciar a algo y atreverse a las comisiones, pero hacerlo de tal forma que no volvamos a caer en otros discursos que pretenden manipular desde afuera la realidad y no logran producir un cambio realmente existencial. Y no es fácil. Hace ya mucho tiempo que estamos estancados ahí, porque nosotros mismos, lo que somos, es la trampa. Lo que habría que hacer es dejar surgir una metodología sui generis que integre la actividad de la contemplación y la vida de acción contemplativa, que nos permita dejarnos llevar por la urgencia de construir una comisión o un grupo, o un simposio sobre la formación monástica en nuestro mundo contemporáneo, pero manteniendo por lo menos la mitad del ser fuera de ese movimiento, intentando sumar el propio esfuerzo y experiencia individuales al de las pocas almas valientes que se enfrentan, arriesgando cada día su propia identidad, al verdadero calibre de estas cuestiones. Y en este sentido, la forma un poco «clandestina» como Carlos de Foucauld vive su vocación monástica al interior de una opción radical por la construcción de Fraternidad, es un aporte muy pertinente -de mucho calibre- para encontrar respuestas eficaces y equilibradas. En la práctica, la espiritualidad de Nazaret consiste en entrar en comunión con el gesto amoroso de Dios en la Encarnación. Esta no es una exigencia teórica, o moralista, o voluntarista, o afectiva, o ideológica: es una exigencia de ritmo. Y es la manera de ser de Dios en Jesús de Nazaret la que nos enseña el ritmo propio de nuestra vocación. Llamamos ritmo a los movimientos que, con todo nuestro ser, debemos realizar para llegar a SER Eucaristía. Es la manera concreta de vivir nuestra vocación contemplativa eucarística. (Algunos sinónimos de la palabra ritmo que pueden ayudar a una comprensión mayor, son: sinfonía, simetría, regularidad, equilibrio, compás, acento, cadencia…) La Fraternidad de las Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld es una familia espiritual llamada a vivir en su interior una diversidad de parentescos espirituales. Para nosotros Nazaret, más que una forma, un estilo de vida determinado y establecido de antemano al cual haya que ser fieles de manera rígida y estricta, es un ritmo propio que cada persona está llamada a descubrir en y por sí misma, a través del cual puede realizar su vocación eucarística. Para nosotras y nosotros vivir Nazaret no es hacernos responsables de un estilo de vida universalmente establecido, supuestamente muy valioso, que se tendría que proteger y dispensar de una manera «correcta». Es más bien la invitación a dejarnos recrear, nacer de nuevo hoy, reconociendo en nuestras vidas la presencia y la acción misericordiosa de Dios, Señor de lo imposible, capaz de sanar todas las heridas (C. E.1). La aventura espiritual de Carlos de Foucauld, los frutos de su fidelidad al Espíritu más allá de sus propias limitaciones humanas, nos enseña que la espiritualidad de Nazaret está llamada a nutrirse con plena libertad de todo lo que le permita, según las circunstancias, desarrollar su eficacia espiritual. Sin esa libertad las intuiciones espirituales de Carlos de Foucauld pierden su fertilidad. Vivir Nazaret es establecer canales de comunicación para dejarse fecundar, para llegar a SER hombres y mujeres que acogen y celebran la riqueza de vida que gratuitamente se les da y afirmándose en ella, sin hacer ningún caso de sus propios límites y defectos humanos, la ofrecen a los demás, gritándola con toda su vida, para que ellos puedan también reconocerla y ser felices como el corazón de Dios desea que lo sean (C. E. 1). La apertura al deseo de Dios que quiere vivir en nuestros corazones los mismos sentimientos que vivó el Corazón de Jesús en Nazaret (C. E. 4), hace que nuestra vocación sea contemplativa, eucarística, y también monástica, porque El fruto que estamos llamados a dar no es una construcción exterior a nosotros mismos. Nuestra seguridad y felicidad nacen de saber que lo que está sucediendo en nuestras entrañas es YA el fruto (C. E. 15). Nuestro testimonio, nuestro Ser que busca adecuarse cada vez más al ritmo y a la manera como Dios construye, hace que sin salir del mundo no seamos del mundo y con nuestra presencia defendamos de la acción del maligno el corazón de todas las situaciones en las que debamos intervenir. Jn. 17, 14-15. (C. E. 26). El convencimiento de que lo que está sucediendo en nuestras entrañas es YA el fruto no nace de ninguna autosuficiencia humana: es un don que se nos hace. Es el tesoro de nuestra propia santidad al cual accedemos mediante la opción de SER eucaristía. Afirmados en ese don nos atrevemos a vivir los acontecimientos que la vida nos impone, como seres humanos “resucitados” que han empezado ya una vida nueva (C. E. 13). Desde luego, cuando decimos que Nazaret no es un estilo de vida preestablecido al cual debamos ajustarnos mecánica y rígidamente, no pretendemos afirmar que la espiritualidad de Nazaret se pueda vivir de cualquier manera. Como Fraternidad de Hermanas y Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús de Carlos de Foucauld, estamos llamadas y llamados a vivir Nazaret dándole a nuestro SER un equilibrio humano y espiritual que surge principalmente de la utilización, o más bien del «cocimiento» propio y original -en cierta medida y proporción- de los ingredientes que la espiritualidad cristiana ha venido desarrollado a lo largo y ancho de su historia. Decimos que nuestra vocación es contemplativa, eucarística y monástica, para afirmar al mismo tiempo algo viejo y establecido y algo nuevo que todavía busca los lenguajes, las formas y estructuras que le permitan explicitar y afirmar su propia identidad. Con mucho gozo nos sentimos llamadas y llamados a alimentarnos de las riquezas contemplativas, eucarísticas y monásticas que la vida de la Iglesia ha acumulado en su interior. Nuestro punto de partida, más que pretender algún tipo de aporte original que pudiera sumarse a esa gran riqueza, es determinar en qué medida y de qué manera vamos a integrar en nuestro SER esos diferentes ingredientes para «cocinar» el alimento espiritual que nos dará la identidad vocacional a que estamos llamadas y llamados en el mundo y las circunstancias de hoy. Sin embargo, no podemos desconocer que el mundo y las circunstancias de hoy aportan a la construcción de lo humano y lo espiritual ingredientes novedosos que ningún otro momento de la historia ha conocido, y que hace parte de nuestra responsabilidad humana y espiritual, de nuestra «encarnación», integrar en nuestro SER esas novedades de la forma como en nosotras y nosotros quiera hacerlo el Espíritu. La mayoría de las notas con las cuales estamos llamadas y llamados a componer nuestra sinfonía espiritual son antiquísimas, pero parados, encarnados, en el mundo y las circunstancias de hoy, no podemos recaer en composiciones del pasado. Esa no sería vida sino muerte. Tenemos que ser capaces de intuir, en medio de la noche y de un aparente caos, los sonidos que responden a las búsquedas espirituales de los seres humanos que somos hoy; y tenemos también que ser capaces de integrar los sonidos tradicionales y los nuevos sonidos que desde ese hoy se nos ofrecen (o se nos imponen) como novedad radical, y hacer de nuestro propio SER, viviendo ya como resucitados, el lugar donde esa totalidad se ordena y se integra, dejando que el Espíritu le de forma que quiera a nuestra identidad nazarena. Es así como hoy estamos llamadas y llamados a ser contemplativos, eucarísticos y monásticos. El Espíritu no inventa: responde. Responde a través de las vocaciones que dispensa. Y al responder integra, reconcilia, corrige, restaura. Nuestra vocación es al mismo tiempo la explicitación y el reconocimiento de algo que ya vivimos de alguna manera quienes estamos siendo llamados a ella, por lo menos al nivel de nuestros deseos más profundos, y también es una respuesta que el Espíritu le da desde nuestro SER, desde el Ser que Él realiza en nosotras y nosotros, a las búsquedas más urgentes y esenciales de los seres humanos de hoy. La identidad contemplativa nos llama a vivir una unidad dentro de la cual nuestro SER y nuestro hacer son una misma cosa. Lo que somos es lo que hacemos. Pero la fidelidad a ese llamado nos obliga a aceptar la oscuridad de «no saber» cuáles son nuestras verdaderas consecuencias, «no saber» qué es lo que el Espíritu a través de nosotros le aporta a la construcción de lo humano a imagen y semejanza de Dios. Ese vacío, ese silencio, ese no saber, son gestos proféticos en medio de un mundo en el que las causas y los efectos, las ganancias y los beneficios, son lo primero que se calcula. Es así como somos hojas en blanco para que Dios escriba en ellas su historia sagrada. Ese abandono pudiera ser entendido a primera vista como un desentendimiento, como una falta de compromiso, o como una manera egoísta y narcisista de centrarnos en nosotros mismos. Sin embargo, sólo nuestra propia divinidad nos permite liberarnos de las falsas imágenes de lo humano a las que inevitablemente estamos sometidos mientras no nos atrevamos a dar un paso radical fuera de nosotros mismos. Todo compromiso humano que no pase antes por ese vacío, por ese silencio, por ese «no saber», no es más que una multiplicación cancerosa de nuestros talentos espirituales. Pero, irónicamente, inexplicablemente, la negación radical, dar realmente ese paso fuera de nosotros mismos, lo que hace es colocarnos en nuestro verdadero centro. Mientas permanecemos en nosotros mismos no somos nosotros mismos y no podemos actuar. Sólo cuando salimos ocupamos nuestro verdadero Ser y sólo ahí podemos afirmar que hemos hecho algo, aunque nuestro nivel de responsabilidad con respecto a ese algo se juega en un fondo que aunque lo «somos» no lo podemos alcanzar con nuestra sola humanidad. En términos de divinidad, de nuestra propia divinidad, no podemos hablar de narcisismo porque la plenitud lo abarca todo, no puede generar ninguna imagen de sí misma frente a la cual cuestionarse, simplemente ES. </p><div align="justify"><br /></div></span><div align="justify"> </div><div align="justify"><span style="color:#000000;"><div align="justify"> </div></span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1158584330673655982006-09-18T05:55:00.000-07:002006-09-18T05:58:50.686-07:00Monjes<div align="justify"><span style="color:#000000;">Thomas Merton termina su introducción a un pequeño libro que recoge algunos “Dichos de los Padres del Desierto”, monjes del siglo IV, con estas palabras:<br /><br /><em>“Los hombres sencillos que vivieron sus vidas hasta una edad avanzada entre las rocas y la arena, lo hicieron sólo porque habían venido al desierto para ser ellos mismos, su ser ordinario, y para olvidar un mundo que los apartaba de sí mismos. No puede haber otra razón válida para buscar la soledad o para abandonar el mundo. Y así, abandonar el mundo es, de hecho, ayudar a salvarlo al salvarse uno mismo. Este es el punto decisivo, y es un punto importante. Los eremitas coptos, que dejaban el mundo como quien huye de un naufragio, no intentaban sólo salvarse ellos mismos. Sabían que no podían hacer nada por los demás mientras permaneciesen debatiéndose en el naufragio. Pero una vez que conseguían un punto de apoyo en terreno sólido, las cosas eran diferentes. Entonces tenían no sólo el poder sino incluso la obligación de tirar del mundo entero para ponerlo a salvo tras ellos.<br /><br />Esta es su paradójica lección para nuestro tiempo. Tal vez fuese demasiado decir que el mundo necesita otro movimiento como el que condujo a estos hombres a los desiertos de Egipto y Palestina. El nuestro es ciertamente un tiempo para solitarios y eremitas. Pero la mera reproducción de la simplicidad, austeridad y plegaria de aquellas almas primitivas no es una respuesta completa o satisfactoria. Debemos trascenderlos, y trascender todos aquellos que, desde su tiempo, fueron más allá de los límites que ellos fijaron. Tenemos que liberarnos, a nuestra manera, de las implicaciones de un mundo que se precipita en el desasatre. Pero nuestro mundo es diferente al suyo. Nuestro compromiso con él es más completo. Nuestro peligro es mucho más desesperado. Nuestro tiempo es, quizá, más corto de lo que pensamos.<br /><br />No podemos hacer exactamente lo mismo que ellos hicieron. Pero hemos de ser tan concienzudos e implacables en nuestra determinación de romper todas las cadenas espirituales, y desechar el dominio de coacciones ajenas, para encontrar nuestro verdadero ser, para descubrir y desarrollar nuestra inalienable libertad espiritual y emplearla en construir, en la tierra, el Reino de Dios. No es éste el lugar para especular lo que nuestra elevada y misteriosa vocación pueda traer consigo. Todavía se desconoce. Sea para mí suficiente decir que necesitamos aprender de estos hombres del siglo IV cómo ignorar prejuicios, desafiar coacciones y adentrarnos sin miedo en lo desconocido”.</em></span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1157642033166368632006-09-07T08:04:00.001-07:002006-09-07T08:30:12.803-07:00Hijos<div align="justify"><span style="color:#000000;">Un hijo es siempre, de una o de otra manera, la consecuencia del tipo de relación que viven sus padres. No es el resultado de un aporte, por muy fuerte y grande que éste pueda ser, ni es la sumatoria más o menos mecánica de dos aportes: es el fruto de la relación establecida entre esos dos aportes. Más que los aportes en sí mismos pesa la relación que establecen. Es imposible dispensar a un hijo de las consecuencias de la relación que lo trajo al mundo. Por eso para ser buen padre o buena madre no hace falta tener muchos talentos, mucho que aportar, basta con saber relacionarse. De hecho, algo de lo peor que le puede suceder a un hijo es tener padres que pongan el acento en los talentos que ellos le pueden aportar (y que a él se le impone el deber de desarrollar) y no en la calidad de su relación de pareja. La calidad humana de un hijo no puede ser sino una añadidura, una consecuencia inevitable de la calidad de relación que viven sus padres. La única manera de por lo menos atenuar en los hijos las propias deformidades, es haciéndose a un lado y dejando que los otros sean también su padre y su madre. Obviamente, no en el sentido de renunciar a la propia responsabilidad, ni de abrir ingenuamente la puerta al primer aparecido. Esos otros son los otros con los que formo una comunidad, mi comunidad, mi verdadera familia. De hecho, la única que puede formar a un ser humano es una comunidad. El que asume la responsabilidad de educar tiene que hacer pasar lo que sea necesario que pase, pero sin estar ahí desde el principio. </span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1156366752408584022006-08-23T13:52:00.000-07:002006-08-23T13:59:12.423-07:00Hoja de Ruta<div align="left">El Dios vivo que nos habita no cabe ya en las palabras en las cuales lo hemos encerrado y por eso llegamos a ser incapaces de pronunciarlo. Tenemos que ir a buscar en las parcelas inexploradas y relegadas de nosotros mismos, en esos rincones hasta donde la rigidez de las palabras no ha podido llegar: es allí donde nos espera. Pero para llegar necesitamos ser conducidos porque no reconocemos ese camino ni estamos entrenados para recorrerlo. No importa tanto el brillo como la densidad, ni vale tanto lo que se mueve y desarrolla como aquello que permanece y mantiene contacto con las raíces. No tiene sentido confiar en lo que sabemos porque ese saber lo único que logra hoy es ahondar el estancamiento, tenemos que acudir más bien al hecho de que por lo menos <em>hay imágenes de Dios, custodias de su misterio</em> <span style="font-size:85%;">(León Bloy).</span> La puerta de entrada al lugar donde nos espera el Dios vivo está custodiada por imágenes y no por gruesísimos portones, y para atravesar esas imágenes de nada sirve comprenderlas, hacer fuerza, luchar con ellas, o supuestamente a favor de ellas: hay que <em>contemplarlas.</em> Pero para estar en la capacidad real, espiritual, de contemplar, de percibir lo vivo, es necesario romper todo compromiso con aquello que fija ante nuestros ojos lo petrificado y muerto, y concentrar la atención en las imágenes que custodian hoy el misterio. Si se tiene una venda sobre los ojos de nada sirve reemplazarla por otra venda o mover la cabeza en una u otra dirección: aunque se cambie de lugar siempre se estará viendo el mismo y monótono muro de tinieblas. Romper todo compromiso con aquello que fija ante nuestros ojos lo petrificado y muerto es un problema de disciplina, de ascesis; concentrar la mirada en las imágenes que custodian hoy el misterio es un problema de obediencia, de dejarse llevar en la dirección en la cual sopla hoy el Espíritu. Cada uno de nosotros y nosotras tiene que hallar las imágenes que le permitan contemplar la novedad y desarrollar una estrategia, darle a su vida una disciplina que le permita quitarse la venda de los ojos y mantenerse fiel, obedecer… contemplar esas imágenes. Hay que correr el riesgo, creer, dejarse arrastrar por esa corriente aunque según la lógica de nuestra actual ceguera sea un camino condenado al fracaso. Hay fuerzas muy poderosas que esperan las señales propicias para desencadenarse, fuerzas capaces de hacer posible un renacimiento, pero a menos que hayan hombres y mujeres entrenados y fieles al oficio de perforar las tinieblas hasta llegar a ellas, permanecerán para siempre cercenadas de nosotros mismos y no podrán inundarnos, fecundarnos. Los que pierdan su vida en este oficio son los únicos que la ganarán.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1152107149541796072006-07-05T08:41:00.000-07:002006-07-05T06:51:22.266-07:00Rigidez<span style="color:#000000;">Vamos de vuelta hacia la rigidez. Es evidente que si para enfrentar el clima contemporaneo no nos colocamos en una posición muy rígida, progresivamente llegaremos a ser insoportables… sobre todo para nosotros mismos. No se trata, claro, de la rigidez obtusa del que intenta negar o escamotear la complejidad de la realidad, sino de una rigidez que consiste en retraer los tentáculos de nuestro ser en un movimiento defensivo. Seguiermos siendo los mismos, seres llenos de brazos empeñados en extenderlos hacia todos los puntos cardinales, pero tendremos que concentrarnos (¿refugiarnos?) en nuestro centro durante un periodo que puede muy bien durar algunos siglos. Hemos ensuciado con excesivo movimiento las aguas que nos sostienen, el fondo arenoso sometido a corrientes permanentes no ha tenido tiempo ni posibilidades de decantarse, por eso flotamos en una turbulencia que no nos deja ver. Necesitamos transparencia y claridad para recuperar el sentido de nuestros movimientos, y la única forma de tenerlas es quedándonos quietos. El noventa por ciento de nuestros problemas actuales no tienen solución, y mientras más intentemos solucionarlos más se agrandarán. Quedarnos quietos, tener paciencia y esperar que se disuelvan en el aire: ése es el camino. Y es el camino (no un escape) porque el noventa por ciento de nuestros problemas no son realmete “nuestros”, no nos corresponden, no son más que distorsiones de una imagen reflejada y vuelta a reflejar, casi hasta el infinito, en ese callejón de espejos en el cual decidimos encerrarnos.</span><br /><span style="color:#000000;"></span><br /><span style="color:#000000;">Siempre hay una forma de construir. Entre el “mansos como palomas” y el “astutos como serpientes” hay una variedad infinita de territorios, de posibilidades; los matices, las variaciones, las combinaciones, son inagotables. Diez por ciento de mansedumbre y noventa por ciento de astucia, o setenta y cinco por ciento de mansedumbre y venticinco por ciento de astucia, las proporciones se pueden multiplicar indefinidamente. La sutileza de los ingredientes y la cantidad invertida de cada uno son un abanico dispuesto en el que caben toda clase de acciones, de actitudes, de iniciativas... de silencios. Siempre hay una manera de construir visible o invisible, directa o indirecta, comprensible o misteriosa; los caminos parecen agotarse, los abismos cortan el paso en el momento y en el lugar más inesperado, pero, sin embargo, en las orillas, en los rincones, en las esquinas, hay un sendero que quizá no haya sido transitado nunca y que conduce sorpresivamente hasta el otro lado. A veces ni siquiera hay que buscarlo porque es él quien nos encuentra, suele suceder que lo estamos transitando ya sin darnos cuenta; afuera lo único que nuestra vista reconoce es un desierto, pero, sin saber cómo ni por qué nuestros pasos son conducidos misteriosamente, caminamos sobre el sendero adecuado aunque nos sintamos hundidos en la nada.</span><br /><span style="color:#000000;"></span><br /><span style="color:#000000;">Un ser humano a lo largo de toda su existencia está llamado a moverse dos o tres veces, el resto consiste en obedecer. El problema es que tanta obediencia tiende a hacernos sumisos, borregos, lerdos, temerosos, y en eso también está la sabiduría, en saber sacudirse a tiempo, en correr los riesgos adecuados en el momento propicio.</span><br /><span style="color:#000000;"></span><br /><span style="color:#000000;">El equilibrio entre lo que se nos da y que estamos llamados a obedecer y la propuesta que se espera de nosotros: un contrapunteo difícil de sostener porque según el lugar, las circunstancias, el tiempo, hay que acentuar uno u otro extremo para poder mantener una posición que nos permita caminar. Hoy por ejemplo estamos frente al hecho de que hemos embarrado tanto las fuentes de lo que se nos da, que por más esfuerzos que hagamos para discernir casi siempre terminamos empantanados en nuestra propia basura. Por eso es hora de proponer, aceptando que dado nuestro actual estado de inevitable ceguera, en algo o en mucho esas propuestas pueden no estar en comunión con aquello que se nos da, pero son el paso pertinente para poder continuar andando y no resignarse a ser idiotas útiles al servicio de lo viejo. No lo niego: sospecho que quizá haya en esto un cierto tinte suceptible de ser calificado como espíritu «sectario». </span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1151961524477217792006-07-03T13:55:00.000-07:002006-07-03T14:18:44.536-07:00Lo que falta<span style="color:#000000;"><strong><em><span style="font-size:85%;">... me alegro de lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando, en mi propio cuerpo, lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo</span></em></strong> <span style="font-size:78%;">(Col 1, 24)</span>. ¿De qué manera estamos llamados y llamadas a sufrir a comienzos del siglo XXI para completar en nuestro cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por la Iglesia? Para responder esta pregunta hay que tomar en serio el enfrentamiento de Jesús con María que está sentada a sus pies para escuchar lo que dice, y con Marta, que, atareada con muchos quehaceres, le recrimina: <strong><em><span style="font-size:85%;">Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude.</span></em></strong> He aquí su famosa respuesta: <strong><em><span style="font-size:85%;">Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte y nadie se la va a quitar.</span></em></strong> Cada día es más evidente que estamos siendo llamados y llamadas, cueste lo que nos cueste, a sentarnos a los pies de Jesús para «únicamente» escuchar lo que nos dice, abandonando, incluso <em>irresponsablemente,</em> los muchos afanes y quehaceres que nos empujan a hacer y hacer y hacer… Los inútiles sufrimientos que nos salgan al paso en ese camino, empezando por nuestra propia recriminación, son los que tienen la capacidad de completar hoy los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, y son además, en términos prácticos, la única forma de hacer (aunque parezca puro fracaso y esterilidad) que no termina alimentando el caos de muerte en el que nos hemos hundido con nuestros muchos, bienintencionados y “cristianos” afanes. Las respuestas de Jesús, todas sus respuestas, van en la línea de la más radical eficacia. Ninguno de nosotros puede ser tan eficaz como lo es Él con sus aparentes fracasos y silencios, por eso el camino de nuestra eficacia pasa por dejar de inquietarnos por muchas cosas y sentarnos a sus pies para escuchar lo que dice. A Jesús no le preocupa que quienes estén atareados con sus muchos quehaceres y afanes se queden solos y sin ayuda, tal y como ellos mismos han decidido, porque quien <em>no lo escucha</em> permanece fuera de sí y no puede ser ayudado de ninguna manera por nadie. Preocuparse por ellos es algo que no tiene sentido porque es perfectamente ineficaz, incluso para ellos mismos. La providencia que mueve montañas, que hace que los hombres y las mujeres puedan caminar sobre las aguas, que conduce pueblos hacia la tierra prometida, está del lado de quienes optan por sentarse a sus pies para escuchar lo que dice, aceptando el tipo de sufrimientos que ese gesto les acarree. <em>Estoy muy cansada desde hace algunos días, pero eso pasará como todo lo demás. Todo progresa siguiendo un ritmo profundo, un ritmo propio en cada uno de nosotros. Debería enseñarse a la gente a escuchar y respetar ese ritmo: es lo más importante que un ser humano puede aprender en esta vida. No lucho contigo, Dios mío. Mi vida no es más que un largo diálogo contigo. Es posible que no llegue a ser nunca la gran artista que quisiera ser, pues estoy demasiado bien resguardada en Ti, Dios mío. A veces quisiera grabar con un buril pequeños aforismos y pequeñas historias vibrantes de emoción. Pero la primera palabra que me viene a la mente, siempre la misma, es «Dios», que lo contiene todo y hace inútil todo lo demás…</em> <span style="font-size:78%;">(Etty Hilessum.)</span></span>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1151622675299933102006-06-29T13:59:00.000-07:002006-06-29T16:11:15.310-07:00Lo nuevo<div align="justify"><span style="color:#000000;">Lo nuevo no parece nuevo. Ni se siente como nuevo mientras se vive porque ni siquiera quien lo vive sabe lo que es. Lo que alcanzamos a vislumbrar en medio de las tinieblas y que señalamos como <em>nuevo,</em> está contaminado por nuestro compromiso visceral con lo viejo, es en gran parte (¿cuánto?) un reflejo distorsionado de nuestra propia imagen. </span><span style="color:#000000;">No tiene casi ningún sentido analizar, planear, organizar, lo nuevo en sí mismo es lo único que puede dar testimonio de sí mismo, somos nosotros quienes estamos en sus manos para ser utilizados. A lo más que podemos aspirar es a convertirnos en focos de infección; ofrecer lo que somos para que el tejido de lo nuevo contagie a los demás tejidos, pero sin hacernos la ilusión de que somos los dueños, de que podemos controlar el proceso desatado, porque es esa ilusión la parte más vieja y muerta de nuestra vieja y muerta estructura. </span><span style="color:#000000;">Lo nuevo somos nosotros mismos a pesar de nosotros mismos; lo nuevo somos los viejos pero viviendo en posición de resucitados. </span><span style="color:#000000;">Basta de tanto alboroto y palabrería estéril: quienes cambian el mundo no son quienes cambian el mundo, aunque efectivamente lo cambien, son quienes se cumplen a sí mismos hasta llegar a la posición de resucitados. </span><span style="color:#000000;"><strong><em><span style="font-size:85%;">A pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando Él aparezca en su gloria, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal como es. Y si es esto lo que esperamos de Él, querremos ser santos como Él es santo…</span></em></strong> <span style="font-size:78%;">(1 Jn 3, 2-3)</span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26966922.post-1151508078310434762006-06-28T08:10:00.000-07:002006-06-29T15:59:32.003-07:00Veamos las cosas como son<div align="justify"><span style="font-size:85%;color:#000000;"><em><strong>Veamos las cosas como son, a la gran luz de la fe, que ilumina nuestros pensamientos con una claridad tan luminosa que nos hace ver las cosas con una visión diferente de la de las pobres almas del mundo. La costumbre de mirar las cosas a la luz de la fe nos eleva por encima de la niebla y el barro de este mundo y nos transporta a otra atmósfera, a pleno sol, a una calma serena, a una paz luminosa, por encima de la región de las nubes, los vientos y las tempestades, fuera de la zona del crepúsculo y de la noche.</strong></em></span></div><p align="justify"><span style="color:#000000;"><em><strong><span style="font-size:85%;">“Hay en la Sagrada Escritura una palabra de la que, creo yo, hemos de acordarnos siempre, y es que Jeruralén fue reconstruida in angustia temporum (Daniel). Hay que contar con trabajar durante toda nuestra vida in angustia temporum. Las dificultades no son un estado pasajero que hay que dejar pasar como una borrasca, para volver al trabajo apenas se calma el tiempo. No. Son el estado normal. Hay que contar que toda nuestra vida, para todo lo bueno que queramos hacer, estaremos in angustia temporum…”Carlos de Foucauld</span></strong></p><div align="justify"></em></span><span style="color:#000000;"><span style="font-size:85%;">Carlos de Foucauld<br /></span><br />Establecerse en la vida de una manera «ilógica» que le deje a Dios el cuidado de procurarnos los medios… ése es el establecimiento, la encarnación, que genera vida y que comunica, más allá de todas las apariencias forzadas y retóricas de convivencia y solidaridad; es el establecimiento que le da a nuestros actos una eficacia divina. </span><span style="color:#000000;">Evangelizar desde Nazaret es crear las condiciones, en todos los campos y niveles de las actividades humanas, que hagan posible la existencia de seres humanos capaces de establecerse en la vida de esta manera, capaces de gastar su vida en un oficio que además de mantenerlos en una angustia e incertidumbre constantes, no les promete prácticamente ninguna eficacia visible. </span><span style="color:#000000;">Es atreverse a fundar sobre la nada estructuras invisibles que no florecerán antes de mucho tiempo; solamente así este mundo y los seres humanos que somos podremos ser salvados. </span><span style="color:#000000;">Y además tenemos que ser capaces de anunciar esta forma «ilógica» de establecernos en la vida, pero divinamente eficaz, como lo que es en realidad: una Epifanía, una manifestación de Dios en medio del mundo y de los seres humanos tal como son hoy; tenemos que explicitar, primero ante nosotros mismos, que ésta es nuestra manera de aportar a la construcción de un mundo y de un ser humano nuevos, una manera que no por ser divinamente eficaz es humanamente ineficaz, sino todo lo contrario, que por ser divinamente eficaz es también la realización más plena posible de nuestro ser de hijos e hijas de Dios. ¿Cómo lo explicitamos? Mediante una fidelidad radical y terca a colocarnos en la vida de tal forma que <em>si Dios no nos da los medios para continuar no podamos hacer nada.<br /></em><br /></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0